Entrevista con Manuel Ángel Aguilar Dávila, ingeniero especialista en minas

La reciente tragedia en la mina de carbón ubicada en el municipio de Sabinas, Coahuila, el pasado 3 de agosto, con 10 mineros atrapados sin ser rescatados hasta el momento de escribir estas líneas, mostró de nueva cuenta las condiciones en que se realizan este tipo de trabajos en una entidad que ha llamado la atención por accidentes de este tipo.

Es cuestión de recordar. La Organización Pasta de Conchos –en memoria por los mineros fallecidos en una explosión que en 2006 mató a 65 mineros en la mina que dio nombre al grupo–, hizo un listado de los accidentes fatales que han tenido lugar en la entidad desde 1883 hasta 2017, sumando un total de 310 con 3 mil 103 muertos.

De hecho, en 2021 se había dado otro accidente en otra mina de la entidad, en este caso la Micarán en la cual fallecieron 7 trabajadores en el municipio de Múzquiz.

El ingeniero Manuel Ángel Aguilar Dávila, con amplia experiencia en el sector minero de Coahuila, cuenta a Siempre las condiciones en las que se trabaja en el estado, destacando el contraste entre las minas que invierten en seguridad y aquellas en las que los trabajadores tienen que introducirse en una canastilla y rascar con alguna herramienta para sacar algo de carbón.

“No digo que todas las minas, pero si algunas en ciertas zonas hay carbón y hay presencia de azufre que produce calor, por lo que hay que tener ventilación y monitoreo de gases, pero es muy difícil, bajo las condiciones que veo y lo que sale en las noticias, es difícil trabajar. En nuestras minas nuestros trabajadores decían que eran los mejores del mundo porque hacían cosas que me dejaban asombrado, siempre cuidándose entre ellos y con equipo de seguridad de última generación lo logramos”.

El contraste se da con minas en las que los trabajadores recurren a sus manos para sacar carbón o empleando otras técnicas rudimentarias.

“Actualmente, las minas que se encontraban en la cuenca del Río Escondido, cercana a Piedras Negras, producían el carbón para las carboeléctricas y en la zona ya no hay minas, se agotaron y no hubo más contratos. Le cuento lo que sé, había una buena producción, hasta 7 millones de toneladas en minas y tajos en lo que era la zona de Piedras Negras, las siguientes eran más profundas y no hubo más recursos para explotarlas. La falta de contratos provocó el cierre de muchas minas, varias de ellas mecanizadas y con inversiones fuertes para la seguridad y la productividad de los mineros; de hecho, había mucha inversión para que los trabajadores llegaran más rápido, tuvieran una buena vida”, describe nuestro entrevistado.

Respecto a las condiciones laborales, Manuel Ángel Aguilar señaló que “era buena, en la zona que conozco; en la otra, en la cuenca de Sabinas, es otro tipo de carbón más que nada coque para la industria del acero, en cierta proporción podría entrar a las carboeléctricas, y se daban contratos a pequeños mineros para que surtieran a la Comisión (Federal de Electricidad) (CFE), para la Comisión era exclusiva el área de Piedras Negras.

“En Piedras Negras no había pequeños mineros, eran minas y tajos con equipo, con seguridad de punta, con control de gases, ventilación, lo último que había, con producciones de millón y medio en minas subterráneas hasta 4 millones de toneladas en una sola mina.

“Ese tipo de minas (en Sabinas), no cuenta una inversión fuerte en seguridad porque no la pueden dar, se les debería exigir lo mínimo necesario. Lo primero es la seguridad del personal, se les motiva, se les da cursos, capacitaciones, acá en las minas de la cuenca del Río Escondido hasta competencias de rescate minero se daban, es más, se apoyaba en la región carbonífera cuando había accidentes, pero ahora las minas están cerradas, ya se terminaron”.

Aguilar Dávila refiere que en la zona donde se produjo el accidente con 10 mineros atrapados, es una zona “con pocas reservas, que con el precio que se paga el carbón no pueden invertir más, pero alguien debería vigilar que se hagan las cosas como deben ser, en otro nivel, en otra escala, se pueden invertir en pequeño, pero cuidando siempre la seguridad del personal”.

Realidad minera

El contraste entre lo que sucedía en unas minas de Coahuila y otras no deja de llamar la atención, porque ayuda a explicar porque siguen sucediendo percances como el que se dio en la mina de Sabinas.

De acuerdo a nuestro entrevistado, mientras existen minas pequeñas que no pueden costear esquemas de seguridad básicos, otras tienen una constante supervisión de las autoridades.

“Al menos, la Secretaría del Trabajo es la encargada de supervisar el proceso de seguridad, a nosotros nos verificaban y checaban de todo a todo, todas las condiciones, es más, hasta el Seguro Social venía a verificar las condiciones. Teníamos que tener seguridad, ventilación, capacitación, operación, todo vigilado por la Secretaría del Trabajo y el Seguro Social”.

Es por lo anterior que Aguilar Dávila señala que si se siguen presentando percances como el que sucedió en Sabinas, es por falta de seguridad.

“Hay muchos casos que desconozco, pero sin pasan ese tipo de accidentes es que no tienen las condiciones que deben ser para operar o no vigilaron. La seguridad es responsabilidad de todos, del mismo personal, de los jefes, de los dueños y del gobierno”.

Su estimación es que en tanto no se invierta y cuide el aspecto de seguridad, los accidentes seguirán: “Desde antes de Pasta de Conchos, que era una de las empresa mecanizada, los accidentes han ocurrido y siguen ocurriendo, a mi no me da nada de certeza, van a seguir ocurriendo si no se hace algo diferente”.

Es por lo anterior el énfasis en el tema de la seguridad: “Lo que conozco, lo primero era la seguridad del minero, así estuviéramos en crisis económica, bajos precios o lo que no afectara a nivel mundial o nacional, la seguridad nunca se dejó de comprar costara lo que costara. De hecho, tuvimos un accidente, un flamazo en una zona de una mina en una zona abandonada y sellada, sin embargo se escapó un flamazo y hubo un pequeño incendio que se pudo controlar porque teníamos censores de gas, teníamos todo, un equipo de rescate y no se perdieron vidas, seguimos operando y tuvimos que invertirle una buena lana, porque ese carbón, nos dijeron los expertos, es espontáneo, o sea prende solo, entonces había que meter nitrógeno para volverlo inerte, se compró un equipo que inyectaba nitrógeno y ahí se quedó hasta que se cerró la mina, para que no volviera a pasar. Es algo que pasa cuando a uno le importa, a los jefes y a los dueños, el personal”.

@AReyesVigueras