El miércoles 21 de septiembre, el pleno de la Cámara de Senadores devolvió a las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos Segunda el dictamen de reforma constitucional que amplía hasta el 2028 la participación de las fuerzas armadas en seguridad pública. ¿El motivo? No hay que darle muchas vueltas. Ricardo Monreal y Adán Augusto López Hernández no lograron los votos para alcanzar la mayoría calificada de dos tercios. Al PAN lograron arrebatarle un senador, pero el PRI no se dividió, no pudieron conseguir votos en Movimiento Ciudadano o en el Grupo Plural.

En un máximo de diez días conoceremos el desenlace de este episodio de la tragicomedia mexicana. La oposición jura y perjura que aprobar esta reforma es militarizar el país. Son hipócritas, porque durante los  gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, el Ejército desplegó miles de efectivos en el territorio nacional, pero lo hacía sin sustento constitucional. El gobierno federal y aliados sostienen que sacar al ejército de las calles es entregar el país a los delincuentes. Si las posiciones siguen así, sólo escalará la polarización social.

¿Qué ocurrirá en los siguientes días? Dos escenarios. El primero y más probable es que la iniciativa quede congelada en comisiones, porque el Presidente y Morena no lograron los votos necesarios para aprobarla. ¿Qué caso tendría subirla al Pleno para rechazarla? El segundo escenario es que Morena y aliados consigan 10 votos más.

Antes de decir el desenlace; tres datos:

Uno. México tiene un déficit de alrededor de cien mil policías estatales. Si México quiere alcanzar el estándar internacional, respecto del número de elementos que integran a las fuerzas policiales que operan en los estados, requiere pasar de 127 mil policías en activo y que han acreditado exámenes de confianza, a 224 mil uniformados locales.

Dos. La Fuerza Armada permanente tiene desplegados alrededor de 80 mil efectivos en las 32 entidades del país. En este año, Chihuahua, CDMX, Coahuila, Edomex, Guanajuato, Colima y Jalisco son las entidades que tuvieron un incremento de elementos.

Tres. La Guardia Nacional tiene una fuerza de 113 mil efectivos, de los cuales 73 mil son personal asignado de SEDENA; 16 mil son personal de SEMAR y 23 mil son elementos provenientes de la extinta Policía Federal.

Si la iniciativa se congela habría una crisis de inseguridad, pero no llegaríamos al caos. Es verdad que sólo cinco entidades, CDMX, Edomex, Nuevo León, Jalisco y Puebla, podrían enfrentar con fuerzas estatales y municipales a la delincuencia. Pienso en estados como Colima, Guanajuato o Zacatecas que no pueden solas.

Una alternativa sería que los 80 mil efectivos militares que ahora se encuentran desplegados y que ya han sido capacitados, pasarán a la Guardia Nacional. De esta manera, no se violaría la constitución y se robustecería a la GN.

El punto clave es fortalecer a las policías estatales y municipales. Pasaron casi cuatro años y se ha hecho muy poco. Eso pienso yo, ¿usted qué  opina? La política es de bronce.

@onelortiz  

Audio: https://youtu.be/6vA6Jk_2qVQ