Entrevista con Javier Ávila, impune asesinato de jesuitas

 

El miedo sigue imperando en Cerocahui, municipio de Urique y es que hay el rumor de que Noriel Portillo Gil, alias “el chueco”, quien asesinara hace más de 100 días a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y a Joaquín César Mora “Morita” sigue en la zona, como aseguran algunos pobladores. El miedo se acrecienta cuando se preguntan que sucederá cuando se vayan los militares y los guardias nacionales, cuya presencia se ha visto reducida en la sierra tarahumara, aunque los jesuitas no se han replegado.

La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, en un comunicado y en una misa celebrada el pasado miércoles aseguran que en la Sierra Tarahumara se vive un clima de fragilidad “las redes delictivas siguen operando, el presunto autor del delito, líder criminal de la zona sigue libre, esto genera miedo en las comunidades y una gran incertidumbre sobre el futuro, es fundamental que estos asesinatos no queden impunes”. Una demanda que es apoyada por la iglesia católica que desde su semanario “Desde la fe” advierte que la impunidad amenaza con salir triunfante una vez más ya que “se siente amenazante sobre nosotros la losa de la impunidad y la condena al olvido”.

Y es que los asesinatos no solo de los jesuitas sino también del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma y del joven Paul Osvaldo Bellereza ha calado hondo en la sociedad no así sobre funcionarios federales y estatales. Aunque autoridades de los tres niveles destinaron en un inicio más de mil miembros del ejército y 200 miembros de la Guardia Nacional que rastrearon la zona y han aprehendido a 19 personas, entre ellas varios familiares de “el chueco”, no han logrado detener a este criminal —que pertenece al grupo de “Los Salazar”, y que a su vez forma parte de la organización “Gente Nueva” del cártel Sinaloa—.

Desde el pasado 13 de septiembre, el fiscal de Chihuahua, Roberto Fierro, aseguraba que estaba por detener a “el chueco”, pero hasta ahora las cosas siguen sin resultados concretos como señala a Siempre, vía telefónica, el sacerdote jesuita Javier Ávila, “el padre Gallo”.

 

Padre, este miércoles se cumplieron 100 días del asesinato de los padres Javier Campos y Joaquín Mora, el guía Pedro Palma y el joven Paul Osvaldo. ¿Qué balance se puede hacer?

Es un balance muy desbalanceado porque no hay ninguna resolución, no hay resultados, no hay esperanza, bueno la esperanza, ésta siempre la tenemos presente pero cosas muy concretas que se vean en avances para la captura del señalado, no las tenemos.

Hay muchísimos personas detenidas, alrededor de 20 en relación con el imputado pero no está el imputado, lo que no entendemos. Hay muchísimas promesas, pero de éstas creo que en todo el país estamos hartos, en el estado de Chihuahua principalmente, pero ni el gobierno estatal ni el federal.

Hemos tenido un par de diálogos con las autoridades y francamente no me han dejado muy satisfecho porque hay una ambigüedad muy grande, una indiferencia muy grande frente a esa situación y no se ven cosas concretas que digan ese es el camino y la ruta a seguir.

 

¿Donde está “el chueco”?

Voy a los orígenes del conflicto. Usted recordará que salió libre un grandísimo capo del país y a los pocos días se le volvió a detener —Rafael Caro Quintero detenido el pasado 15 de julio—. Un capo de estos niveles lo pueden detener, y acá no ¿qué hay detrás?, no sé. Lo que si sé es que el hecho está cubierto por un manto de impunidad y es muy impresionante. No sé si es la incapacidad de las autoridades, de los cuerpos de investigación o si es indiferencia, no entiendo, no entiendo.. El pais está lleno de dudas, de preguntas y no hay quien nos responda con verdad y con certeza.

 

El semanario Desde la Fe  publicó que a 100 días de estos asesinatos  la impunidad amenaza con salir avante en el pais.¿Temen que ésta prevalezca?

Si estuvieramos convencidos de que va prevalecer la impunidad, no estaríamos luchando, yo por lo menos. No estaríamos luchando  porque lo dejaría todo, ¡apaga y vámonos! pero precisamente porque estoy decidido a colaborar con mi granito de arena para que se acabe la impunidad. Sigo en la lucha y sigo exigiendo, señalando y lo seguiré haciendo porque a este país, estamos convencidos, no lo van a cambiar las autoridades.

Lo he dicho mucho, no le dejemos la responsabilidad  a las autoridades porque no saben cumplir, ¡miren como nos va!, tenemos que intervenir más como sociedad civil, de ahí nuestros diálogos de paz, nuestras búsquedas de la reconstrucción del tejido social, de ahí nuestros programas y proyectos para dialogar. No hay de otra, hay que seguir y trabajando.

 

¿Cómo van estos conversatorios por la paz?

Los estamos iniciando, en algunas partes ya se iniciaron y como le decía, voy hacer todo lo posible por sobrellevarlo y fortalecerlo porque estoy convencido, no saldrá la respuesta de parte de las autoridades porque hasta este momento lo único que nos han manifestado es una incapacidad impresionante, la respuesta tiene que salir de la sociedad civil.

 

Vigente la crítica a la estrategia de seguridad

Sigue vigente la crítica al gobierno sobre su estrategia de seguridad que se niegan a revisar y se indignan por declaraciones de que los abrazos ya no alcanzan para cubrir tantos balazos..

Cuando se indignan el problema es de ellos, no nuestro, el que se enoja es el que pierde. Yo no me enojo con las respuestas y comentarios del gobierno federal, lo que da es pena por algunas de las respuestas que dan y eso de parte del gobierno federal. Con el gobierno estatal hemos estado en diálogo, con el fiscal general del estado y hay una serie de respuestas que dan más pena que gozo y tranquilidad. No saben por dónde van a ir o no quieren ir por donde deben ir.

Es una responsabilidad mutua. El gobierno del estado tiene mucho que ver en esto porque está en su terreno y es el que gobierna, el territorio es estatal y hay que meterle todos los kilos de parte de las autoridades y no se ha hecho. Siento que hay una falta de coordinación muy grande dentro del mismo estado.

 

Hay videos que se atribuyen a “el chueco” donde acusa a sus familiares por los asesinatos. ¿Serán realmente de este hombre?

Ahí está la duda, algunas personas dicen que no es, otras que sí,  pero el hecho del mismo mensaje me deja muchas dudas. ¿Cómo es posble que una persona que en público se auto identifica de ser quien es, se cubre el rostro?. Qué problema hay en que se le reconozca físicamente si está diciendo quien es el. Hay dos o tres detalles que dejan mucho que desear, dice uno aquí hay una cosa muy rara.

Siento que quizá lo hizo para auto justificarse, previo a una detención, para decir yo ya lo había dicho antes pero eso le corresponde determinarlo a las autoridades investigadoras, no a un servidor.

 

Cómo pulsan los habitantes de Cerocahui, lo que están viviendo. ¿Cómo ven la situación?

Ellos están viviendo una situación de mucho miedo. El miedo no se les va, dicen que se les pasará cuando vean a las autoridades, ¡pocas, por cierto!, los elementos de Guardia Nacional y de Sedena que existen todavía en la zona, son pocos. Y la gente se pregunta ¿qué pasará cuando se vayan?, en el ambiente de la comunidad hay miedo,mucho miedo.

Antes había muchísimos elementos, no sabría cuántos pero ahora hay momentos en los que se ve uno, dos elementos de la Guardia Nacional, dos o tres de Sedena y punto. Van y vienen, pero también hay otra cosa, no nada más nosotros hemos reclamado que hay mucha vulnerabilidad de los que están ahí, los sacerdotes, las religiosas y le hemos exigido al gobierno del estado que revise sus tácticas de seguridad, aunque debo decir que por lo menos ellos han sido más humildes, no han sido tan orgullosos de decir ¡estamos bien y no vamos hacer nada!, No, ellos han dicho, si lo vamos a revisar pero del dicho al hecho.. No sé cuando lo vamos a lograr y que realmente encontremos la respuesta.

 

Se asegura que la organizacion de ”el chueco” sigue operando impunemente en la zona…

Personalmente, no los he encontrado, por supuesto que no están tan abiertamente circulando como antes de los hechos. Había mucha libertad, de cualquier manera no deja uno de encontrarse de repente los retenes, eso lo hemos señalado también a la autoridad estatal, no es posible que con tanta impunidad se planten retenes en las carreteras, en los pueblos tranquilamente, sin mayor conflicto o restricciones, ya que encontrabamos retenes en cualquier trayecto de cualquier camino.

Últimamente se han reducido esos retenes, hay un cierto repliegue me parece de parte de los grupos, es lógico.

Ahora vamos a ver cuál es la reacción de esos grupos a los 100 días de los asesinatos y frente a los señalamientos que hacemos además de la solidaridad tan fuerte que se ha suscitado de parte de la sociedad civil. No podemos echar un manto a esto para que desaparezca, tenemos que mantener vivo el lamentable hecho, mantenerlo vivo en la memoria, en el corazón. No podemos callarlo ni ocultarlo, ni olvidarlo.

Los jesuitas seguiremos con la responsabilidad que la Iglesia nos ha dado y con la opción que hemos hecho de vida, instrucciones de por vida, no de sexenio como todos los políticos. Seguiremos caminando fortalecidos de verdad con la vocación y con un Dios en el que creemos profundament, él es el que nos ha mandado y el que nos tendrá ahí.