Entrevista con Emilio Vizarretea, especialista en temas de seguridad nacional

 

Aunque el presidente López Obrador ha intentado minimizar sin éxito el daño por la intervención y sustracción de información de los servidores de la Secretaría de la Defensa por parte de Guacamaya hackers, lo cierto es que el gobierno vive en la incertidumbre a la espera de la información considerada de seguridad nacional, que están dando a conocer poco a poco distintos medios de comunicación y que echan por tierra la narrativa presidencial.

El periodista Carlos Loret de Mola a través de la plataforma Latinus fue el primero en publicar los reportes médicos que mostraban las mentiras y el verdadero estado de la salud del presidente y sus hospitalizaciones de emergencia para padecimientos como una angina inestable, hipotiroidismo, gota y quien sufriera un infarto en 2013. Un tema que en opinión de Emilio Vizarretea Rosales, especialista en seguridad nacional, es fundamental para conocer si posee “ las facultades físicas y mentales óptimas para una toma de decisiones de un país como el nuestro”.

Son 6 terabytes de información, que significarían alrededor de 35 millones de documentos‑ y en donde se dan los pormenores del “Culiacanazo”; nombres y apellidos de militares que han participado en operativos de alto impacto— como detalla Loret de Mola— así como el espionaje a periodistas, activistas y luchadores sociales.

Otros medios y periodistas como Raymundo Riva Palacio se refieren a correos que detallan “los vínculos de los carteles de la droga con dirigentes candidatas y candidatos de “Morena”.

Cabe destacar que fue en Chile donde Guacamaya hackers intervino por primera vez los servidores de internet del ejército de ese país y que sostiene que “solo queremos que los latinoamericanos sepan la verdad de lo que está pasando en cada país”.

 

Vulnerabilidad del ejército

En opinión del politólogo Emilio Vizarretea, el hackeo a los servidores del ejército muestran las mentiras en la narrativa del gobierno mexicano y sus consecuencias “Ya pasados algunos días del ciberataque a los servidores de Sedena queda clara la vulnerabilidad de toda la infraestructura crítica que sostiene dentro de la Sedena, la información y obviamente el manejo del tratamiento de algunos de los asuntos delicados que lleva la Sedena o en la que ella participa con otras instituciones. ¿Qué estamos viendo?

“Por primera vez, en el caso abierto de una institución de seguridad en México, el tema del ciberespacio y de la ciberseguridad ha entrado de lleno, aunque ya teníamos antecedentes.

“Hay varias instituciones que han sido afectadas por estos ciberataques, ahí está lo que ha ocurrido con el Banco de México, con Pemex y con otras dependencias pero nunca se había tenido tal vulnerabilidad y obviamente la toma de la información que le ha ocurrido al ejército, a la Sedena en particular.

“Estamos frente a una red muy amplia de vínculos, de datos, que están poniendo en entredicho versiones oficiales. El tema más candente por el impacto que posee, es la salud del presidente y aunque él lo minimice — aclaro que nos interesa el tema por ser el presidente de la república—  lo importante es lo que significa:  que tiene que poseer las facultades físicas y mentales óptimas para una toma de decisiones de un país como el nuestro.

“Otro punto que está dañando la integridad del gobierno es el tema de Pegasus y el intervencionismo que ha establecido son algunos de los actores políticos relevantes: periodistas, luchadores sociales, miembros y activistas de muchas causas.

“Esa situación nos lleva a una serie de posicionamientos que aunque se sabían o se sospechaban, en este momento se han corroborado.

“El discurso presidencial, la narrativa que traía el gobierno, en este momento se ha caído. Me parece que los únicos que le van a creer, son aquellos que se sientan beneficiados o tienen algún interés en función de lo que el propio gobierno esté generando, entregando por la vía de dádivas o como se les quiera denominar: becas, pensiones o algún otro beneficio pecuniario.

“La situación se volvió lamentable porque cualquier tipo de autoridad que podría haber tenido cuando menos para quienes conocen de ciertos temas, se nos está cayendo. El tema no solo arrasó por la actividad de una dependencia, sino al parecer se está involucrando a todo el gobierno y obviamente en primer lugar por el estilo personal de gobernar, al propio presidente”.

 

Discurso cómplice con las fuerzas armadas

Cuestionado sobre si el presidente está en manos de las Fuerzas Armadas, Vizarretea  Rosales se refiere al toma y daca entre el gobierno y el ejército:

“Hay que recordar que el presidente en alguna medida traía un discurso, vamos a denominarle de odio contra las fuerzas armadas, conforme fue pasando el camino a la toma de protesta como presidente y más adelante en una serie de acciones, se acercó a conocer más lo que eran las fuerzas armadas.

“En el caso del ejército, cambió su opinión. Ahora tiene un discurso amoroso, muy cercano a la complicidad, hay que decirlo también así. A las Fuerzas Armadas y en particular al ejército o a la Sedena, no era algo con lo que se sintieran cómodos con las más de 30 atribuciones o funciones que se les han dado y no les daba esa comodidad para atender las funciones y atribuciones tradicionales o clásicas del ejército.

“Sin embargo, por lo que se observa en algunos de los memorándums que se han descubierto, parece ser que ya se sienten muy a gusto y que están obteniendo ciertas prebendas y ganancias en alguna medida. Hay un toma y daca de compraventa, permítame que lo diga así, en el tratamiento de la relación del poder político encabezado por el presidente con el poder militar. Tenemos un manejo extraño a estas alturas que está generando ingratas sospechas para una institución como lo es el ejército.

“El también maestro en teoría crítica por el Instituto de Estudios Críticos también comentó que las áreas de inteligencia civil no han desaparecido.

Hay una discusión muy fuerte. Muchas veces al presidente da a conocer una serie de opiniones que no necesariamente conllevan a una reforma, sí a algunos cambios. El caso más notable es la desaparición formal del Estado Mayor Presidencial pero en realidad no desaparecen sus funciones, ni ha desaparecido éste, se modificó, se quiso hacer una especie de servicio secreto, al margen de las Fuerzas Armadas pero en realidad ahí está.

“Cada vez que se mueve el presidente se moviliza una guardia regular de alrededor de 2 mil personas que es lo que hacía el Estado Mayor presidencial y estas personas siguen trabajando en el ejército, en la Sedena, no ha cambiado en la práctica.

“Po el otro lado, el caso de las áreas de inteligencia, tampoco. López Obrador había mencionado que iba a desaparecer lo que era el Cisen, pero no desapareció, no sé si perdió la funcionalidad que tenía antes pero lo que se ve es que ahí está y que se están realizando ciertas tareas que normalmente eran muy críticas.

“En dónde se fortaleció, es en los ámbitos donde está la Guardia Nacional como esas referencias de cibernética que ahorita hubieran sido de mucha utilidad ante el hackeo y en el tratamiento de la inteligencia económica que más bien pareciera ser que en lugar de estar fortaleciendo los intereses de la nación, está fortaleciendo los intereses de algún grupo en el poder.

“El clásico enfrentamiento entre la Fiscalía General y algunas instancias de la presidencia, de la secretaría de Gobernación, nos está mostrando lo rudo que se llevan dentro del gabinete y los costos que conllevan para la sociedad. En la estructura de fondo, no hay un cambio mayor, siguen operando estas instituciones, se van adaptando, transformando, cambiando de adscripción como es lo que está ocurriendo con la Guardia Nacional, pero en realidad las situaciones siguen.

“¿Qué preocupa? Mire, no importa en donde esté adscrita la Guardia Nacional, lo que importaría es que diera resultados, que hubiese más tranquilidad, más estabilidad, mejor convivencia social en muchas regiones del país y eso, lamentablemente no está ocurriendo”.

 

El gobierno en jaque

Respecto de la información que día a día dan a conocer los diferentes medios de comunicación que cuentan ya con el informe de Guacamaya, el especialista en seguridad nacional advierte que las mentiras gubernamentales resultan muy delicadas para el interés nacional.

Quienes están haciendo esta actividad de dar a conocer la información, de alguna manera lo están administrando. Sí sabemos que los famosos 6 terabytes que andan por ahí circulando, llevan ya algunos días y depende de la capacidad y la competencia de quienes lo trabajen. Es la capacidad de los equipos y la competencia, pero eso significaría que este tratamiento inició al menos a principios del mes de octubre, para hacer cálculos más o menos decentes y desde luego, por lo que hemos visto, va a tardar unos meses en que se vaya difundiendo y dosificando.

“No debe minimizarse que la intención gubernamental en un primer acuerdo fue decir ¡no pasa nada!, ¡ya todo se sabía!. La verdad es que no, hasta donde yo recuerdo nadie sabía que el presidente tuviera el padecimiento de la gota o de la angina inestable y nadie sabía que se hubiese dado ese tratamiento en la fecha que se señala del 2 de enero. En interés de mantener una estabilidad y tranquilidad, lo único que hemos obtenido es una mentira que puede ser muy delicada para el interés nacional.

“El tema del ciberespacio y eso hay que decirlo, este quinto dominio de una guerra, lo que tenemos indicios son los inicios de una guerra cibernética. No queremos aceptarlo, ni decirlo pero la ciberguerra ahí está como también la no aceptación —que no queríamos  tener— de los actos cuasi terroristas”.