Entrevista con Gustavo López Montiel, Tec de Monterrey

El llamado a los diputados federales para que no voten la reforma electoral del presidente López Obrador se incrementa día a día, pero los oídos morenistas siguen cubiertos, mientras la oposición, con excepción de Movimiento Ciudadano ya aceptó sentarse a la mesa con Morena y sus aliados para intentar construir una reforma electoral.

Especialistas como José Woldenberg, Jacqueline Peschard y María Marbán han calificado la reforma electoral morenista como una seria amenaza para la celebración de elecciones limpias que pondrían a México en una condición política “precaria y peligrosa”.  En una carta firmada por 75 académicos, especialistas y representantes de organizaciones sociales urgieron a impedir que el país vuelva a una era predemocrática de libertades limitadas y desventajas estructurales para las oposiciones. Woldenberg destacó que lo que hoy se pretende es alinear a las autoridades electorales a la voluntad presidencial.

Porfirio Muñoz Ledo fue más lejos y acusó a López Obrador de ser el anti-Juárez, “Juárez dijo que entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz y nuestro presidente viola el derecho interno y se burla del derecho internacional, por eso se llama el antiJuárez”.

Mientras, este jueves se presentará la lista de grupo de los 21 notables —como se hacen llamar quienes negociarán directamente la conformación de la reforma político electoral con representantes de los partidos de Morena, PAN, PRD, PT, Verde y PRI, ya que Movimiento Ciudadano no participará.

El especialista en ciencia política, Gustavo López Montiel del Tec de Monterrey, platicó con Siempre sobre algunos de los puntos de la reforma gubernamental.

 

Elegir a consejeros y magistrados con voto

“Las autoridades electorales son las figuras centrales del modelo que tenemos desde hace más de 20 años porque buena parte de la desconfianza en el proceso electoral giraba en torno a quien organiza las elecciones y por eso las autoridades en México siempre ha sido muy importantes.

“Ha habido muchas discusiones de cómo se debería elegir a esa autoridad tanto a la administrativa que es el INE como a los tribunales que es la jurisdiccional, a la autoridad administrativa le toca organizar la elección y lo que hacen los tribunales es calificarla.

“La parte técnica del INE representa una de las organizaciones más eficientes en términos del modelo que tenemos. Se ha desarrollado una logística muy exhaustiva, pero cuando la parte política predomina como sucede en México son elecciones fuertemente presionadas por una condición política y no técnica.

“La propuesta del presidente de llevar a elección a los consejeros electorales, es un riesgo porque quien vaya a elección va a tener que tener popularidad para poder ser electo o electa y al final las listas donde se van a elegir van a estar ya inclinadas por la mayoría del congreso y también por la afinidad que tengan con la administración presente.

“Obviamente va a pasar lo mismo con el poder judicial, con el ejecutivo, aunque sea la CNDH quien intervenga porque obviamente la Comisión es afín al ejecutivo. Corremos el riesgo no solo de tener un grupo mucho más partidista sino con menos controles, porque parte de esos controles que tienen los consejeros se romperían con una elección directa.

“Los controles de los consejeros actuales son los mismos partidos, cuando estos partidos dejen de ejercerlos, se tomarían las decisiones que se quieran sin la intervención de ningún órgano porque no fueron electos bajo el espacio del Congreso, lo que representa un riesgo”.

 

Reducción de diputados y por listas, afectaría a PT y Verde

“Ahí se plantea un cambio sustancial en la reconfiguración del congreso, no es nuevo ni es menor. En México tenemos un sistema dual de mayoría relativa y de representación proporcional, implantar la mayoría relativa es sacar a muchos grupos de la representación: la representación proporcional lo que hace es que fraccionar el voto.

“La reforma morenista se hace pensando en que ese partido tiene la mayoría en los estados, pero cualquier instituto político que tenga mayoría en un estado tendería a ganar la mayoría de los espacios de representación, si no se ponen límites en términos de cláusulas de sobrerrepresentación.

“Con la mayoría de Morena en 20 entidades y en algunos estados con una población muy numerosa se tendría la posibilidad de tener una mayoría mucho más holgada en el Congreso.

“El sistema actual favorece a la mayoría relativa porque normalmente en los congresos son más diputados y diputadas de mayoría relativa que de representación proporcional como el federal donde son 300 de uno y 200 del otro. Habría una mayoría más holgada de parte del partido que domine a nivel nacional. Esto generaría un efecto adicional y es que muchos partidos que tienen hoy una sobrerrepresentación y aunque son pequeños son funcionales electoralmente como el partido verde o el PT, al final perderían sus espacios, porque les sería más complicado ganar votos y llegarían a un punto en que no pueden obtener más sufragios y perderían su registro.

“Por mucho que estén planteando su apoyo al presidente, en temas finos como este, el PT y el Verde no apoyarían esta reforma”.

 

¿PRI apoyará reforma político-electoral?

“El PRI siempre apostó a generar reformas que le permitieran controlar bajo el supuesto de la mayoría. En este contexto hay dos temas. Uno, los dirigentes del PRI buscan salvarse a costa de lo que se apruebe y dos, la explicación de porque sus legisladores votan a favor a pesar de que no son sus intereses sino los de los de los dirigentes. Al final, la designación de las candidaturas pasa por la dirigencia del partido y eso hace que los diputados mantengan cierta coherencia y unidad en torno a sus líderes porque de ellos depende su reelección si no fuera así habría más posibilidades de un voto libre.

“Una reforma de este tipo acabaría no solo con el modelo sino con el propio PRI porque para éste sería mucho más complicado que para el PAN obtener espacios de representación bajo ese modelo.

“Después de AMLO cuando se vaya, su figura seguirá siendo Morena y si el partido sigue manteniendo su filiación al presidente, se mantendrá unido pero si no sucede, se dispersará y ahí es donde vamos a ver los efectos de esta ley que reconfiguraría mayorías de manera mucho más complicada, porque un cambio en el sistema implica no solo cambiar algunas cosas sino cambiar todos los elementos que se ven afectados y esta reforma trae el supuesto de que se va a configurar una mayoría porque hay un partido hegemónico pero cuando es partido deje de serlo como le paso al PRI, la configuración de mayorías va a ser más conflictiva de lo que es ahora”.