De acuerdo a la teoría de la relatividad, nada puede viajar más rápido que la velocidad de la luz –300 mil kilómetros por segundo–, por lo que esto se convierte en un obstáculo para alcanzar otros planetas en nuestra galaxia dadas las grandes distancias que hay entre los cuerpos celestes.

Así, por ejemplo, para llegar a Próxima Centaury, la estrella más cercana a nuestro sistema solar y viajando a una velocidad constante un poco menor a la de la luz, una nave terrestre tardaría cuatro años en llegar, por lo que el transporte tendría que ser diseñado pensando en los requerimientos de energía y alimentación necesarios para que una tripulación humana pueda hacer dicha travesía.

Desde luego que a mayor distancia, sería aún más grande el tiempo necesario para alcanzar otros planetas o sistemas estelares.

Pero varios científicos, como el mexicano Miguel Alcubierre, están planteando teorías que pudieran ayudar a curvar el espacio-tiempo y realizar tales viajes con una menor duración.

Al menos en teoría, la posibilidad luce factible –como en las películas de ciencia ficción–, pero aún hay que resolver temas como los motores y la energía necesaria para llevar a la práctica este tipo de conceptos.

Bueno, al menos ya se está trabajando en hacer realidad este tipo de posibilidades, en momentos en que la humanidad pudiera empezar a establecer bases en la Luna o en Marte, algo que sucederá en un futuro próximo.