Las corcholatas presidenciales del inquilino de Palacio Nacional: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López están cometiendo ilícitos. Detentan un cargo como servidores públicos que se paga con los impuestos de nosotros los mexicanos, mismos que no atienden con cabalidad y responsabilidad, y que únicamente están enfocados en sus campañas.

Se ha vuelto una constante en quienes pretenden suplir a Andrés, hacer uso de las mismas prácticas opacas para subir como el favorito y ser designado el sucesor. Las corcholatas y Ricardo Monreal, están utilizando recursos públicos de sus respectivos presupuestos o inclusive de actividades ilícitas como el narcotráfico, lavado de dinero, entre otras… para viajar, pintar bardas por toda la República Mexicana, juntar y llevar acarreados, pagar redes sociales, videos y  canciones con sus respectivos nombres.

 

Todo esto son ¡actos anticipados de campaña!

Lo más grave es que la cuarta transformación nos quiere normalizar de lo que tantos años se quejaron y se legisló para que quienes detentan el poder, no abusaran del mismo. Pero no sorprende este nivel de hipocresía con el gobierno actual y mucho menos que descalifiquen e insulten a quienes como el Instituto Nacional Electoral les exigen que respeten la ley. Ante estos ataques constantes con el árbitro de la democracia, buscaron cambiar las reglas con la Reforma Electoral que afortunadamente no tuvo la votación necesaria, pero ahora buscan hacerlo con el plan B. Sin duda, buscan debilitar las funciones del INE para favorecerse y esto tiene más signos de una consolidación de un autoritarismo que la tan nombrada reelección.

Basta del discurso donde “las autoridades electorales tienen exceso de atribuciones para dictar medidas cautelares a servidores públicos y ciudadanos fuera del periodo electoral. Donde no los dejan expresarse libremente y que los propios ciudadanos son quienes pagan por todos esos actos anticipados de campaña.”

Es ilegal la promoción personalizada de actos de campaña y está señalado en la ley. Por años se ha luchado por generar las reglas del juego donde el poder no imponga el mismo y se proyecte sobre cualquier otra opción. No podemos renunciar a los resguardos de abuso de poder dependiendo quién este en la presidencia y si nos cae bien o no.

Hay que entender algo; las reglas electorales no pueden ser modificadas cuando la elección presidencial esta a la vuelta de la esquina. Cuando ahora que están en el poder les conviene porque ya tienen los recursos de forma lícita o ilícita para influir en la decisión de los votantes. En un México tan desigual y que brilla por su opaca transparencia no se puede magnificar la libertad de expresión de quienes tienen más dinero. Con esto me refiero a que si tienes todo el dinero para pintar kilometros de bardas alrededor del país entonces tienes más libertad de expresión que cualquier persona que piensa distinto. Esto sin mencionar ¿De dónde salió el dinero? Actúen como demócratas y las reglas que pusieron estando o no en el poder acátenlas.