Si hablamos de la defensa del Instituto Nacional Electoral, es necesario felicitar a los cientos de miles personas que marcharon en defensa del árbitro electoral, en defensa de nuestro país.

Durante semanas, el presidente López Obrador se dedicó a descalificar la marcha ciudadana a favor de la democracia. Hicieron lo imposible por impedirla.

El gobierno capitalino de la señora Sheinbaum incluso trató de disuadir la asistencia con un “doble no circula” en domingo. Pero la marcha fue impresionante: contra todos los pronósticos del gobierno federal, los mexicanos salimos a defender nuestras instituciones electorales.

Tomamos las calles para decirle al gobierno de Morena que no vamos a permitir que destruyan lo que hemos construido todos juntos con tanto esfuerzo. Hoy tenemos un árbitro imparcial que cuenta los votos y los cuenta bien y no vamos a renunciar a eso. Si lo perdemos, perdemos nuestro país.

En contraste, en la marcha convocada por Morena, fuimos testigos del desvío ominoso de recursos públicos para cumplir con las terquedades del presidente López Obrador.

Como el primer mandatario no acepta la oposición a su gobierno, al desacuerdo, y que los mexicanos están dispuestos a defender nuestra democracia, se organizó su propio mitin en la Ciudad de México.

Se tuvieron reportes de entrega ilegal de apoyos, trajeron gente de todo el país y pagaron vuelos, hospedaje, incluso contra su voluntad. En lugar de reparar el metro, lo llenaron de posters; desviaron recursos de las instituciones de gobierno y desperdiciaron recursos etiquetados, todo para cumplir un capricho, basado en la egolatría del presidente.

El gobierno federal ha fallado en todo. Y como no van a ganar con resultados, ahora quieren ganar con trampa: por eso quieren destruir al INE.

La reforma propuesta por el Presidente López Obrador es un reflejo de su autoritarismo. No es una reforma que se sustente en los principios democráticos. Quiere absorber todo el poder y quiere quitarle el valor al voto ciudadano.

Que quede claro: No lo vamos a permitir.