Detrás de todo lo que se ha dicho respecto a la misión Artemis con la que el ser humano regresará a la Luna en un par de años, además de la expectativa para llevar una tripulación a Marte, hay una razón muy poderosa que, sin duda, será el motor que impulsará la exploración espacial en las siguientes décadas.

Así, la idea es establecer una base en nuestro satélite natural para desde ahí lanzar misiones hacia Marte, como primer punto de una eventual colonización de dicho planeta, para estar más cerca del cinturón de asteroides que se encuentre entre dicho cuerpo espacial y Júpiter.

Como es sabido, el cinturón de asteroides cuenta con algunos cuerpos celestes que pueden tener minerales que usamos en la fabricación de muchas cosas aquí en la Tierra, por lo que iniciar lo que sería la minería espacial gracias a las bases en la Luna y Marte pudiera representar grandes ingresos para quienes controlen –sean países o empresas– la citada actividad.

Y es que esto se ha convertido en una poderosa razón para volver a lanzar cohetes con seres humanos hacia otros planetas y buscar contar con naves que permitan recorrer las grandes distancias que nos separan de este tipo de objetivos.

Esto podría cambiar la economía mundial, por la gran cantidad de minerales que están en órbita cerca de la Tierra y que son un gran atractivo para apoyar actualmente la exploración espacial, pues en teoría hasta oro se podría encontrar en el espacio.