Durante el 2022, el sector agropecuario en México nuevamente dio muestras de su capacidad para trabajar, producir y contribuir generosamente con México y los mexicanos. Nuevamente se mantuvo como una de las ramas productivas que más contribuye a la economía mexicana. El sector primario refrendó su vocación social al incrementar la producción de los alimentos que día a día llegan a la mesa de los mexicanos y a muchos otros países. Aún más, es el hilo conductor que permite mantener estable la paz social, porque una sociedad con hambre es más devastadora que cualquier guerra. Y pese a todo lo anterior, la cuatroté insiste en mantenerse indiferente a estos logros al centrar su interés en combatir a las transnacionales que venden agroquímicos o en crear acuerdos comerciales que ponen en riesgo al sector.

No olvidemos que las presiones inflacionarias motivaron al inquilino de Palacio a sacarse de la manga sus ocurrencias. En mayo presentó el Paquete Contra la Inflación y Carestía (PACIC), para contener los precios de ciertos productos básicos. ¡No funcionó! En octubre, ante la imperceptible efectividad del PACIC sacó de la chistera el Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (APECIC), firmado entre el gobierno y la iniciativa privada. Les dio manga ancha y de un plumazo desapareció la normatividad. El objetivo era disminuir 8% el precio de la canasta básica de 24 productos. Como era previsible, tampoco funcionó, pero sí afectó.

Una de las zanahorias ofrecidas a las empresas participantes fue la “licencia única universal”, que les otorgaba libertad plena para la importación de cualquier producto sin cumplir con la normatividad sanitaria, ni arancelaria. Hasta el Impuesto General de Importación se suprimió. Hoy, es realidad la entrada a México de carne de res argentina sin importar que tenga problemas de fiebre aftosa, lo que implica un alto riesgo de contaminación para la cadena productiva de carne mexicana. A esto se suma la competencia desleal por el margen dumping de hasta 69 por ciento respecto a la producida en México. El beneficio no es ni para el consumidor ni para el productor nacional…

Así, desde Palacio Nacional se refrendan día a día los posicionamientos políticos tipo farol de la calle en pro de productores o jornaleros de otro país, pero en el terreno de la política pública nacional se observa una desafortunada desarticulación y desdén en contra de los productores mexicanos.

Ejemplo de ello son las conclusiones de la X Cumbre de Líderes de América, en las que el inquilino de Palacio se refirió en dos ocasiones al sector: uno para refrendar que su programa Sembrando Vida es un éxito y que está ayudando a evitar la migración… ¡en El Salvador! Dos, para agradecer al Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, “el extraordinario y fraterno programa” de visas temporales de trabajo para jornaleros mexicanos que consideró “es un camino a seguir para la migración ordenada” con un evidente interés presidencial en la captación de más remesas. En ambos casos usa al sector como moneda de cambio.

Así, el mensaje de los mandatarios de Estados Unidos y Canadá para fortalecer las cadenas de suministro a fin de ser más competitivos no obtuvo eco, menos relevancia frente al sueño bolivariano y la integración de una región económica continental.

Significativamente, en la agenda presidencial aparecen incluso sin querer, temas que afectan directamente al sector agropecuario y que abren las interrogantes de cómo serán atendidas. En las conclusiones del encuentro tripartita destaca la creación de un Comité Conjunto destinado a la planeación y a la sustitución de importaciones en América del Norte, lo que eso signifique. Lo relevante es la reaparición de Alfonso Romo, quien “en su carácter de empresario independiente” será uno de los cuatro negociadores. No es un secreto que su interés personal está centrado en el uso y consumo de transgénicos, precisamente la demanda de los productores de maíz de EU. De persistir el rechazo del gobierno mexicano, podría trasladarse a las cortes comerciales porque se transgrede el T-MEC. ¿De qué lado jugará Romo?

En estos retos reaparece el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos -para nadie desconocido como alfil de Romo-, quién deberá definirse de qué lado jugará: a favor o en contra del campo mexicano. En los últimos meses del 2022 parece que intentó reivindicarse y tomó posición a favor de la demanda de los productores frente al tema de la prohibición del uso del glifosato. Durante el Primer Parlamento Abierto en Materia de Plaguicidas y Fertilizantes organizado por el Senado, desafió la estrategia presidencial al advertir que no se pueden tomar decisiones apresuradas que afecten la producción alimentaria. En el mismo tono, defendió su papel al advertir que para cada sector hay un responsable que toma decisiones. El tema desde luego desató una andanada de críticas e inconformidades con otros miembros del gabinete y senadores. El tema aún está en el tintero y en espera de su desenlace.

Esta actitud del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), fue muy bien recibida entre los productores, Sin embargo, en un giro, nuevamente les da un descalabro al nombrar a la MVZ Mirna Aragón Sánchez como Encargada de Despacho de la Dirección General de Fomento a la Agricultura perteneciente a la Coordinación General de Agricultura.

Para los productores enfrentar la desaparición de la Subsecretaría de Agricultura ha representado un difícil camino que han tenido que superar con muchas dificultades, por lo que la llegada de Mirna Aragón generó incertidumbre y preocupación básicamente por dos factores: uno, no tiene la experiencia, menos el pulso del sector, y dos, no tiene equipo, porque se ha desempeñado principalmente al cobijo del Coordinador General de Agricultura, Santiago Argüello, en labores secretariales. No tiene que saberlo todo diría el inquilino de Palacio, pero en un sector tan técnico urgen perfiles especializados que entiendan a profundidad la trascendencia de las decisiones que tomarán y no los que generan suspicacias de toda índole.

En estos momentos de definiciones, con el nombramiento de Mirna Aragón, el secretario Villalobos envía un mensaje a los productores de que la política agrícola seguirá por el mismo camino o peor, que tendrá un retroceso o estancamiento, pero sobre todo, falta de sensibilidad al dejar en manos de la improvisación una área tan estratégica para la producción nacional, toda vez que es allí desde dónde se fomenta e impulsan las cadenas productivas del país. Allí se toman las decisiones estratégicas para la agricultura.

Los retos para el sector se acumulan conforme corren los primeros días del año. Los productores están en su ruta para no sucumbir ante los embates de la cuatroté. Son tiempos de definiciones: se está del lado de los productores mexicanos o  a favor de las ocurrencias presidenciales impulsadas en muchos casos por los subsecretarios agroecológicos: Víctor Suárez y Hugo López-Gatell. ¿Dr. Villalobos de qué lado de la historia se colocará?