A 127 años de la invención del Cinématographe Lumiére (“Nació cuatro días después de Nochebuena. Fecha: 28 de diciembre de 1895”, nos informa Paco Ignacio Taibo I, en el epígrafe de su libro “Historia popular del cine. Desde sus inicios hasta que comenzó a hablar”, “que es (cito el comentario de Tomás Pérez Turrent sobre el libro “The Parade’s gone by” de Kevin Brownlow) sin riesgo de exageración, el más bello, el más fabuloso de los libros dedicados al cine jamás publicados” (hasta aquí la cita) en castellano.

Cada quien escribe la historia del cine a su manera. Jean-Luc Godard, quien participó en la historia del cine, como realizador, no la escribió, sino que la filmó o, mejor dicho, la videograbó, a la manera de un collage-documental, dividido en siete partes, titulado Historie (s) du Cinéma (Historias (s) del cine) 1. Touts les histories (todas las historias, 1989), 2. Une historie seule (Una sola historia, 1989), 3. Seul le cinéma (Sólo cine, 1997), 4. Fatale beauté (Belleza fatal, 1997), 5. La monnaie de l’absolu (La moneda del absoluto, 1998), 6. Le contrôle de l’univers (El control del universo, 1998), 7. Les signes par mi nous (Los signos para nosotros, 1998) y 8. Une vague nouvelle (Una nueva ola, 1998).

Entre la primera y la octava partes de sus Historie (s) du cinéma, Jean-Luc Godard realizó diez poyectos: Le Rapport Darty (1989), Nouvelle vague (1990), Episodio L’enfance de l’art de Comment vont les enfants (1990), Allemagne 90 neuf zéro (1991), Episodio Pour Thomas Wainggai, Indonésie de Controle l’oubli (1991), Hélas pour moi (1993), Les enfants jounet à la Russie (1993), JLG: Autoportrait de décembre (1995), Deux fois cinquante ans de cinéma français (1995) y For ever Mozart (1996).

Cada quien escribe la historia del cine a su manera; pero, sin duda, la historia del cine debería escribirse en dos partes: “Antes y Después de Jean-Luc Godard”. Al margen de enciclopedismos, que por orden alfabético, al menos hasta 1973, incluían a Jean-Luc Godard en la lista de los Grandes Realizadores: Michelangelo Antonioni, Jacques Becker, Ingmar Bergman, Bernardo Bertolucci, Robert Bresson, Tod Browning, Luis Buñuel, René Clair, Henri-Georges Clouzot, George Cukor, Claude Chabrol, Cecil B. De Mille, Vittorio de Sica, Aleksandr Dovjenko, Carl T. Dreyer, Seguei M. Eisenstein, Federico Fellini, John Ford, David W. Griffith, Alfred Hitchcock, John Huston, Elia Kazan, Stanley Kubrick, Fritz Lang, Joseph Losey, Ernest Lubitsch, Jean-Pierre Melville, Vincente Minnelli, Friedrich W. Murnau, Pier Paolo Pasolini, Roman Polanski, Otto Preminger, Vsevolod I. Pudovkin, Jean Renoir, Alain Resnais, Roberto Rossellini, Josef von Sternberg, Erich von Stroheim, François Truffaut, King Vidor, Luchino Visconti y Orson Welles, la historia del cine, también incluye la fascinación por Las Divas, Las Diosas, Las Bellezas Fatales y Santas, que fueron y son de carne y hueso.

Cuarenta y tres grandes realizadores, con la omisión del gran Charles S. Chaplin, genio de la desventura y la ironía, como lo calificó Francisco Pina (Colección Aquelarre, México, 1952), realizador de la película El peregrino (1922) filmada hace 100 años, a la que Francisco Pina le dedica un largo comentario: “El peregrino es, para mi gusto, una de las mejores cintas de Chaplin. Y siento esta predilección porque veo en ella el más claro antecedente de la que considero su obra maestra: Monsieur Verdoux. El espíritu satírico –comparable al de Moliére- culmina aquí y se rebela genialmente contra el estrecho puritanismo angloamericano.

Creo también que en El peregrino se muestra al desnudo, en toda su impresionante pureza y con toda su enorme fuerza uno de los aspectos más característicos del espíritu chapliniano, es decir, su capacidad para ridiculizar con un solo gesto a un personaje o a una actuación. La comicidad de El peregrino puede recordar a la de Tartufo, pero es todavía más mordaz y, sobre todo, más efectiva. Esa silueta de Charlot, vestido de pastor protestante, moviéndose libremente entre gente de un puritanismo aplanador, es algo que no se olvida jamás…” Hasta aquí la cita, pero sigue el comentario. Recomiendo leer el libro.

La lista omite a realizadores de la talla de Samuel Fuller, Victor Sjostrom, Jiri Trnka, Max Ophuls, George Stevens, Frank Tashlin, Rene Clement, Victor Fleming, Joseph L. Mankiewicz, Juan Antonio Bardem, Robert Wise, David Lean, Howard Hawks, Richard Brooks, Robert Aldrich, Mauro Monicelli, Thomas S. Hart, etc y a Emilio “Indio” Fernández.

Cada quien escribe la historia del cine a su manera. Alguna vez escribí “Un ensayo histórico del cine mundial”,  (Revista Rino, No. 42, Sección Cinesaurio, invierno 2005-2006), basado en un libro que perdí y no recuerdo el título: “Once libros, de mil páginas cada uno, no bastarían para escribir sobre las once décadas de la historia del cine mundial (1895-2005). Infinitamente, menos el presente ‘ensayo histórico del cine mundial’, derivado de una escritura automática de mi memoria hipnotizada. En todo caso, es una invitación preliminar para que vean las mejores películas y conozcan a los grandes realizadores.

En cuanto al cine norteamericano, sugeriría leyeran The rise of the american film (1939) de Lewis Jacobs y The parade’s gone by (1969) de Kevin Brownlow… ‘un retrato vívido y afectuoso de la edad de oro de Hollywood’ (cita de Tomás Pérez Turrent). En cuanto al cine mexicano, podrían recurrir a Emilio García Riera (Historia documental del cine mexicano), a Jorge Ayala Blanco (La aventura, La búsqueda, La disolvencia, etc… del cine mexicano) y a Francisco Sánchez (Luz en la oscuridad. Crónica del cine mexicano, 1896-2002), incluidos sus anteriores y posteriores estudios.

El cinematógrafo, entre otros aparatos, tuvo como antecedente el praxinoscopio. Los inventores del cinematógrafo fueron los hermanos Auguste y Louis Lumiére; Georges Méliès le dio categoría de arte; Max Linder le dio a la comedia corte universal; hubo una eximia actriz llamada Asta Nielsen, el realizador danés Carl Theodor Dreyer dirigió la película La pasión de Juan de Arco; Selma Lagerlöf, premio Nobel de literatura, inspiró a los realizadores suecos; Greta Garbo deslumbró con su belleza nórdica. Surgió la Escuela Expresionista, teniendo a la película El gabinete del doctor Caligari de Robert Wiene como la más significativa; en ella destacó el guionista Carl Mayer; en la película El último hombre de Friedrich Wilhelm Murnau se prescinde de los subtítulos; Lupe Pick, además de realizador, destacó como actor; descolló el arquitecto y realizador Frita Lang, célebre por su película Metrópolis; Greta Garbo interpretó, en Alemania, La calle sin alegría de George W. Pabst; Arnol Frank , con Luis Trenker y Leni Riefenstahl, se especializaron en el cine de alpinismo; León Portier dirigió la película La Brière de marcado estilo cinematográfico sueco; Louis Delluc destacó como crítico de cine y director”. CONTINUARÁ.