Panamá.- Les platico: Un día antes de dejar tierras centro y sudamericanas a las que nos trajo el conflicto del Perú, me golpeó la noticia de la muerte de Javier Livas Cantú, quien durante 40 años escribió su columna sabatina en mi Alma Máter del periodismo, El Norte.

Su última entrega fue publicada el pasado 14 de este enero con el título de “Incomprendido e ignorado”. Colegas como Rogelio Ríos Herrán ya escribieron con mucho conocimiento de causa sobre esta pérdida que sufre la prensa de a de veras en México.

Rogelio fue su editor por muchos años en El Norte. De su último texto publicado destaco esto que Javier escribió:

“Las redes sociales solo aportan ruido y confusión. La gente está expuesta a miles de estupideces por minuto en sus celulares. Tenemos demasiados ciudadanos de chapopote. Son como un lastre social viscoso y pegajoso”.

Honrando la memoria de Javier, tomo su último texto como referencia para esto que en seguida les platico. ¡Arre!

Saturadores usurpadores

En mis columnas he tocado ese tema, la toxicidad que representan los que se sienten reporteros y saturan redes y chats con todo lo que cae en sus lagañosos ojos.

Hace poco, un colega le pidió a cierta “tránsfuga del anafre” a la que seguido se le queman los frijoles por andar en el argüende de los chats, que por favor le metiera dos dedos de frente a los posts que sube al ritmo de 300 o más por día. Me tomé la libertad de escribir en ese mismo chat, que a la citada “ignorante ama de casa” -como ella misma se define- le falta frente y le sobran dedos para hacer eso.

Hay otro en ese mismo chat, un “Tal Cual” de nombre Roberto, que arrastra todos los días su ignorancia en la defensa de la 4T, escudado en lo que él cree que le da inmunidad para hacerlo: el apellido Sada que rancia y deshilachadamente porta, para desgracia de su parentela.

Critica como desaforado a los anteriores gobiernos y -al igual que otros emBOLAdos de su especie- confunden a los lectores de los chats con datos falsos, usurpando funciones del periodismo de a deveras, ese al que Javier se refirió en su último artículo.

Incluso llaman “basura” a los contenidos de medios que se la juegan invirtiendo, generando empleos y pagando impuestos, siendo que dichos usurpadores medran en la más vil informalidad y algunos son ya obnubilados jubilados.

 

Recogen y se nutren de basura

Si los medios a los que difaman gravemente tiran la basura, ellos la recogen y se nutren de ella, porque los leen. He ahí una de sus muchas incongruencias. Tipos como éste, como su colega del anafre y los otros, se ponen a discutir con ex asesores del secretario mexicano de Hacienda.

Defienden al AIFA sin haber estado ahí. ¡Háganme ustedes el refabrón cavor!

¿Por qué hacen esto? ¿Por qué defienden tanto a López Obrador y se le tiran a matar a sus opositores cual meretrices en celo?

Porque estos “Tales por Cuales” buscan congraciarse con el partido en el poder para pasar desapercibidos en las cuentas que traen pendientes con el fisco.

Porque unos “aviadores” huyeron de México, donde tienen cuentas pendientes en el SAT. Otros se sirvieron de lo lindo con contratos a modo y sin licitación en los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto, y hoy muerden las manos que les dieron de comer.

Están en la mira de los listones-pistones de Morena, no de los panistas y priiyistas a los que sirvieron.

Unos más son pájaros de poca monta, obnubilados jubilados que viven de sus recuerdos de tiempos mejores y que defienden a la 4T desde el fondo de sus ignorancias, porque no tienen otra cosa qué hacer. De todo esto me acordé al leer la última columna de Javier Livas.

 

Cajón de Sastre de Panamá.

“Que en paz descanse”, expresa la irreverente de mi Gaby.