Uno de los temas que han estado en la discusión pública a raíz de la guerra en Ucrania, por sus implicaciones internacionales, es el tema de energía. En la actualidad, distintos países se ven ante la falta de fuentes para generar electricidad, pues como el caso europeo ilustra, la dependencia del gas ruso ha provocado cierta escasez por lo que se está pensando en la manera de resolver esto.

Lo anterior se suma a las protestas de ciertos grupos en contra de la energía nuclear, lo que ha llevado a que algunos gobiernos den marcha atrás a los planes para construir nuevas centrales para producir electricidad.

El panorama se completa con lo que sucede con las energías renovables, pues al no estar disponibles las 24 horas del día –como sucede con los paneles solares en la noche o la intermitencia de los parques eólicos– ha provocado que se busquen alternativas a esta situación.

Afortunadamente, la ciencia ya trabaja en nuevas generaciones de reactores nucleares para producir electricidad, más pequeños y confiables, a la par de que se avanza en la fabricación de mejores baterías para almacenar electricidad para apoyar los esfuerzos de las energías renovables.

Además, se trabaja en nuevas formas de fusión para generar energía, en proyectos que prometen para las próximas décadas una respuesta a la necesidad actual para contar con más fuentes y no depender de combustibles fósiles.