Las elecciones del Estado de México y de Coahuila se llevarán a cabo el domingo 4 de junio de este 2023 organizadas por los Institutos electorales de cada uno de los Estados en coordinación con el INE. En estas elecciones se elegirán los próximos gobernadores de ambos estados; los dos estados bastiones del PRI en los que en más de ochenta años no ha habido alternancia con otros partidos.

En el Estado de México, que es el estado más poblado de la República, y que cuenta con un padrón de 10 millones 549 mil 910 de electores el periodo para la designación de candidatos de cada partido es del 14 de enero  al 12 de febrero, mientras que el registro para candidatos independientes inició desde el 15 de diciembre y concluye el 12 de febrero. La campaña electoral oficialmente inicia el 3 de abril y se continúa  por ocho semanas, hasta el 31 de mayo y las elecciones se realizan el domingo 4 de junio de 2023.

La democracia, requiere de adaptación cultural, es decir se requiere educar a la población para vivir en democracia, educación que consiste en lograr que los individuos tengan claro el significado y valor de la democracia para ellos mismos, para sus familias y sus comunidades. La democracia no se agota en un proceso electoral, es una práctica continua de participación de la ciudadanía en el acompañamiento y corresponsabilidad en las tareas de gobierno. Una auténtica democracia va más allá del ejercicio electoral, implica una participación real de los ciudadanos en las grandes decisiones del gobierno.

Es por ello que es muy importante que todos participemos acudiendo a votar; si bien la democracia no se agota en las urnas, pasa necesariamente por estas. No es cosa menor, toda vez que estarán en juego la elección en dos entidades con fuerza electoral decisiva para la elección del 2024 cuando se renovará la presidencia de México.  El ejercicio de un verdadero gobierno democrático, se consigue con una mayor participación de todos los sectores de la sociedad en la vida política, cuyo objeto entre otros, es promover la justicia social, luchar contra la impunidad y la corrupción, así como   atacar de raíz las causas de la marginación y la pobreza.

La revista “The Economist” dentro del ranking sobre Democracia que elabora y que mide el índice de democracia en el mundo, bajó a México de categoría y lo consideró como un “Régimen Hibrido”, ya no como una democracia defectuosa como lo era antes del 2018; la revista realiza un análisis de la situación en México y señala que desde el 2013 el índice de democracia en México va en franco descenso,  pronostica que se pudiera producir una mayor erosión de la democracia conforme se acerque el año electoral 2024.

El presidente de México realiza acciones para concentrar el poder en el Ejecutivo Federal, y se propone con la  reforma electoral, paralizar al INE y hacerlo inoperante, también ha intensificado los ataques a los periodistas y a los medios, volviéndose más intolerante hacia sus críticos  la revista señala también que “Los altos niveles de violencia de los cárteles tuvieron un impacto en las elecciones intermedias de junio y plantean riesgos crecientes para la democracia mexicana”.

En los últimos 20 años en México se han sucedido diversas transformaciones políticas, sin embargo la cultura política del ciudadano mexicano se ha quedado estancada; nuestra sociedad presenta características que no propician la participación de los ciudadanos de manera activa, en amplios sectores de la población hay un gran desconocimiento de las acciones públicas, y una gran desconfianza en las instituciones y en los procesos democráticos, lo cual propicia que en las estructuras de gobierno existan rasgos autoritarios apoyados en el clientelismo y el corporativismo propiciado por los partidos políticos.

El lunes 30 de enero pasado, diversas organizaciones civiles convocaron nuevamente a una movilización para defender la democracia y al  INE ahora que se pretende que sea una concentración masiva el 26 de febrero en el Zócalo de la Ciudad de México.

La consigna es en defensa de la Constitución y de la democracia, y uno de los lemas “Mi voto no se toca”  toda vez que el Plan B del Presidente que reformo la legislación en materia electoral está mutilando al INE, quitándole capacidades y buscan desaparecer el Servicio profesional de carreara electoral, como lo declaró Guadalupe Acosta, integrante de la Comisión promotora del Frente Cívico Nacional.

El Zócalo es el Ágora de los mexicanos y nos pertenece a todos,  ese día se pretende  demostrar que no es un pequeño grupo de personas o de partidos los inconformes, sino que es el gran sentir de los ciudadanos para comunicarle al presidente Andrés Manuel López Obrador que deje de golpear a la institución democrática. La participación de la sociedad  en la toma de decisiones trascendentales lleva a la apropiación del país, a que sintamos en nuestro caso, que México nos pertenece, que México no es propiedad de solo unos cuantos políticos y que entre todos somos capaces de un cambio.

El despertar de ese gigante que es la Sociedad Civil, no es una moda, es una  urgente necesidad, porque una auténtica democracia va más allá del ejercicio electoral; supone una participación real de los ciudadanos en las grandes decisiones del gobierno. Sólo mediante el ejercicio de un verdadero gobierno democrático, se consigue una mayor participación de todos los sectores de la sociedad en la vida política, con objeto de promover la justicia social, luchar contra la corrupción y atacar de raíz las causas de la marginación. La participación de la sociedad civil en la elaboración de políticas públicas de Estado lleva a la apropiación del país, a que sintamos que México nos pertenece, y que somos capaces de transformarlo.

Democracia y Derechos Humanos son dos conceptos íntimamente relacionados que constituyen un binomio indisociable,  a lo largo de la historia las sociedades se han ido conformando, a través de grandes luchas en pos de la exigencia de un respeto a la dignidad humana de los ciudadanos por parte de los gobernantes, que se han traducido en leyes y normas que acotan, el ejercicio inmoderado del poder frente al ejercicio de los derechos individuales y colectivos.

La lucha por la vigencia eficaz del Estado de Derecho, como única opción real para asegurar la convivencia pacífica, tendente al mejoramiento de la vida colectiva, se actualiza día con día, tanto en la teoría como en la práctica. A esta dinámica evolutiva de interrelación entre las fuerzas sociales y la configuración jurídica se debería sumar la actuación cotidiana de quien gobierna.

Si queremos realmente un cambio para vivir en un verdadero Estado de Derecho como una Democracia Plena, debemos como sociedad dejar la apatía y el miedo, debemos tomar la iniciativa y organizarnos para poder ser más participativos y no dejar que otros decidan por nosotros.