Una de las reacciones inmediatas de la visita sorpresiva de Joe Biden a Ucrania y su reunión con el presidente Zelenki, fue la amenaza de Rusia de separarse del tratado nuclear más importante que tiene el Kremlin con la Casa Blanca.

Y es que, el anuncio del presidente ruso Vladimir Putin de que su gobierno se retira del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido como Nuevo START, prendió las alarmas en el mundo.

Este acuerdo entre Rusia y los Estados Unidos trata sobre la revisión de armas nucleares con las que cuentan ambos países desde 2011 y que fue prorrogado por cinco más, hasta 2021. Vladimir Putin dijo públicamente…”me veo obligado a anunciar hoy que Rusia suspende su participación en el tratado sobre armas estratégicas ofensivas” y aseguro que Rusia debe estar preparada para probar armas nucleares si Estados Unidos lo hace primero.

Y esta puerta nuclear la abrió el mandatario ruso el martes pasado durante el informe de el Estado de la Nación que presentó, en donde dijo que su país suspende este tratado, pero no habló de su rompimiento o su salida. ¿Qué significa esto?

¿Qué pasará con las 18 revisiones sobre la tenencia de armas nucleares tanto en los Estados Unidos como en Rusia que realiza el Consejo de Seguridad Nuclear?, ¿Qué garantía tenemos los ciudadanos de a pie de que no se realice un ataque con estas armas?, ya que es sabido de su existencia.

Y es que, un misil nuclear lanzado por cualquiera de estas 2 naciones que mantienen una tensa calma tardaría tan sólo 17 minutos en estallar, con efectos de radiación aún desconocidos. ¿Viviríamos un invierno nuclear?

Vladimir Putin es un hombre de una ambición desmedida que parece no reparar para saciar su apetito de volver al pasado, y conseguir la reunificación del bloque que conformó la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas.

Hay que mencionar que el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas o Nuevo START fue diseñado para prevenir una guerra nuclear. Limita la cantidad de ojivas nucleares estratégicas que ambos países pueden desplegar y otorga a cada uno el poder de inspeccionar al otro.

El acuerdo fue firmado originalmente en 2010 por los entonces presidentes: Barack Obama y Dmitry Medvedev.

El pacto establece que tanto Estados Unidos como Rusia pueden disponer de hasta 1.550 cabezas nucleares de largo alcance, una cifra inferior a la del pacto anterior y autoriza la inspección de las instalaciones nucleares, este acuerdo entró en vigor en 2011 y se prorrogó 10 años después. Sin embargo, las inspecciones de armas se vieron interrumpidas por la pandemia de Covid-19.

Los dos antiguos rivales de la Guerra Fría disponen de casi todas las armas nucleares del mundo. Rusia ha dicho anteriormente que quería mantener el tratado en vigor, a pesar de la retórica hostil de ambos lados durante la guerra de Ucrania, pero esta semana cambió todo, planteando un futuro incierto, donde cualquier error, una mala interpretación de una frase o idea, puede desencadenar en un conflicto de consecuencias inimaginables.

Expertos en geopolítica han expresado que la suspensión de este tratado aumenta las apuestas nucleares de ambas naciones.

Cabe recordar que este programa (START) estaba en problemas y es que, el mes pasado, Washington acusó a Moscú de violar el acuerdo al negarse a permitir actividades de inspección en su territorio”, aunque Putin dijo que no iniciaría pruebas nucleares “primero”, precisó que, “Estados Unidos realiza pruebas, nosotros también las haremos”.

En un reportaje presentado por la BBC de Londres, Andrei Kolesnikov del grupo de expertos Carnegie Endowment for International Peace afirmó…” esta separación de Rusia del acuerdo es más un chantaje nuclear, pero es extremadamente peligroso, ya que, bajo ninguna circunstancia podemos predecir cómo se comportará Putin en el futuro y qué tiene en mente”.

Este experto nuclear agregó que… “al perderse este marco estamos ante una amenaza real de un enfrentamiento”.

El histórico viaje de Joe Biden a un país en conflicto como lo es hoy Ucrania, nunca había sucedido y es que no podemos dejar de lado el real peligro que enfrentó el mandatario, sobre todo, después de que se conoció la larga ruta que siguió para llegar a Kiev y del recorrido por los edificios, calles y plaza de esta semidestruida ciudad y el anuncio para Rusia de que acudiría a esta región de Europa del Este.

Bien vale recuperar lo dicho también esta semana por el encargado de las relaciones internacionales estadounidenses, Anthony Blinken…” observaremos atentamente para ver qué hace realmente Rusia. por supuesto, nos aseguraremos de que, en cualquier caso, tengamos una postura adecuada para la seguridad de nuestro propio país y la de nuestros aliados”, sin embargo, Blinken dejó la puerta abierta para reanudar las negociaciones en cualquier momento…”seguimos dispuestos a hablar sobre limitaciones de armas estratégicas en cualquier momento con Rusia, independientemente de cualquier otra cosa que suceda en el mundo o en nuestra relación”.

La guerra en Ucrania acaba de cumplir un año y su solución aún se ve lejana desafortunadamente, con lo cual la posibilidad de una guerra nuclear sigue abierta.

@lalocampos03