Cautelosa, previendo, (como Scotland Yard avisa) que más tarde pueda ser usado en su contra, la Enciclopedia Británica tiene un tono neutro, mesurado siempre, más si se trata de un comunista. Rompe esta norma cuando se atreve a decir que Bertold Brecht es el más grande dramaturgo del siglo XX. Hoy, Oliver Reese, actual director del Berliner Ensamble, recuerda al mundo que el 19 de febrero  se cumplieron 125 años del natalicio del teatrista.

Su obra más famosa es, sin duda, La ópera de tres centavos, que tuve el privilegio de ver en Londres en 1972, con la actuación (como Polly) de la célebre actriz Vanessa Redgrave, quien en esos años era una activa militante troskista que formaba parte incluso del Partido Revolucionario de los Trabajadores. (Aquí a los troskistas los encabezaba Manuel Aguilar Mora). En México, apuesto doble contra sencillo, es el dramaturgo que más se ha escenificado. Marta Luna, por mencionar la que prefiero, dirigió, con brillantez, El resistible ascenso de Arturo Ui. Uno de sus aciertos, no el único, fue que los que llevan al poder a Hitler estaban trajeados de empresarios. ¿Por qué el resistible del título? Porque la clase obrera, en esta etapa histórica, puede y tiene que detener el ascenso del fascismo, ya que Arturo Ui es Hitler.

Recuerdo con cariño que mi amigo Néstor López Aldeco puso, con trabajadores de la Facultad de Filosofía y Letras, La excepción y la regla, que fue acompañada con lecciones de marxismo de mi hermana Magdalena a los actores primerizos.

 

La teoría de Brecht

Brecht fue el creador del teatro no aristotélico, ya que consideraba que todo el teatro anterior se basaba en la identificación. Los espectadores nos identificamos con los personajes de ficción, en una palabra, nos despersonalizamos, nos enajenamos. En el teatro brechtiano se provoca el efecto del distanciamiento o extrañamiento: un personaje se dirige al público y le aclara “estamos actuando” o, lo que es más frecuente, rompe la emoción del espectador con una canción. Se llega a decir en el proscenio, la tragedia no está aquí (en el teatro) está a tus espaldas, en la calle, en la vida real. Se trata, pues, y en última instancia, de crear y mover las conciencias.

Sin duda, la más popular de las canciones de las obras de Brecht es Micky the knife, (Micky Navajas), La composición es de Kurt Weill y se puede escuchar con Louis Armstrong o en las voces de Bobby Darin o Frank Sinatra y su eco, claro, en Pedro Navajas de Rubén Blades. Lotte Lenya, la esposa de Kurt Weill, la cantó en el estreno por los años veinte y es ella la de los zapatos, casualmente,  con punta de cuchillo en la película clásica de James Bond De Rusia con amor.

 

Brecht y los Revueltas

Cuando el senador McCarthy inicia la cacería de brujas al señalar que Hollywood está lleno de comunistas y se acusa a Arthur Miller, Chaplin, Thomas Mann, Donald Trumbo, Lilian Hellman y Brecht, entre muchos otros, Brecht regresa a Alemania comunista y crea, junto con su esposa Helene Weigel, el Berliner Ensemble. En ese grupo teatral, actúa la mexicana Rosaura Revueltas y ella misma cuenta en su libro Los Revueltas, que alguien le comentó a Brecht que en escena se notaba el contraste del color de piel de la mexicana con el resto del elenco alemán. Brecht confiesa que no se había dado cuenta y, en efecto, desde ese día se maquillarán todos en más oscuro para no desentonar con ella. José, Rosaura y el resto de “la chiquillada” estudiaron en el Colegio Alemán y hasta Eugenia, que es hija de Silvestre, habla alemán. Al morir Brecht en 1956, el Berliner Ensemble ensayaba la obra de teatro de José Revueltas Nos veremos en abril. Nunca se representó.