El 21 de marzo se recordó el natalicio del presidente Benito Pablo Juárez García,  se trata de un mexicano ilustre que vivió tiempos convulsos de guerra e inestabilidad, lapsos que superó hasta llegar a la restauración de la república en 1867, está presente en la memoria histórica el nacido en San Pablo Guelatao Oaxaca.

Para muchos, Benito Juárez ha sido el mejor presidente en la historia de México, se trata de un hombre polémico, le acompañan luces y sombras aunque figuran más sus aportaciones a favor de la república, principalmente la construcción del estado laico y la austeridad republicana.

El estado laico es la mejor opción para la convivencia social, el poder temporal no depende de las iglesias y se respeta el derecho humano de creer o no creer, se toma distancia de las prácticas medievales tan proclives a los dogmas y al fanatismo fruto de la oscuridad intelectual.

Estado laico no significa, en modo alguno, asumir una actitud contra la religión o beber del néctar del fanatismo jacobino, el asunto es respetar la libertad y el reconocimiento de derechos. Nuestra Constitución Política reconoce la libertad de cultos, ello es un aporte de los liberales de la Reforma del siglo XIX.

México enfrentó múltiples conflictos en el siglo XIX, la estabilidad política estuvo ausente durante lapsos prolongados en dicha centuria, las guerras intestinas fueron un elemento reiterado.  Actualmente en el año 2023, también se enfrentan crisis, por ejemplo en materia de seguridad, la polarización política es evidente, ya no es el México decimonónico que gobernó Juárez y al que mucho admira el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, los conflictos se registran cotidianamente y ello vulnera al estado de derecho. Cada día tenemos noticias salpicadas de tragedias, la justicia es un imperativo que no debe terminar en utopía.

Se enfrenta una violencia imparable como lo ilustra el alto número de homicidios dolosos, una narrativa sangrienta que debe combatirse con la ley y la voluntad de las autoridades correspondientes, sin demora.

Algunas de las aportaciones juaristas son evidentes, aunque algunos problemas no se han resuelto, por ejemplo  la pobreza y desigualdad que se mantienen, en esta etapa temporal los latigazos de los poderes fácticos se empoderan paridos por la impunidad para erosionar tejido social.

Juárez promovió la austeridad republicana, algo que muchos políticos repiten en sus discursos aunque no lo practican, son múltiples los actores de la política en el último siglo que se enriquecieron a la sombra del poder público con total impunidad, algunos están procesados legalmente.

La generación de la Reforma fue una de las más lustrosas en la historia de nuestro país, el gabinete juarista sumaba inteligencias que podríamos denominar renacentistas, por ejemplo el michoacano Melchor Ocampo, un hombre versado en diversas ciencias y con grandes aportaciones en el ámbito legislativo. Ignacio Ramírez El Nigromante, Guillermo Prieto, por citar algunos.

Benito Juárez representa la causa liberal que fue signo de su tiempo, las aportaciones suyas están presentes con todo y los cambios naturales que sufren todas las sociedades porque todo se transforma, es un proceso dialéctico. El estado laico fue sin duda un gran aporte de los reformistas encabezados por el presidente Juárez, el cual facilita la vida en comunidad para abonar a la pluralidad que fortalece la democracia. Benito Juárez con sus luces y sombras es recordado como un símbolo, más allá de los mitos.

Además, el presidente Juárez Fue un destacado masón iniciado en el Rito Nacional Mexicano en la Logia Independencia No. 2, es una figura icónica del liberalismo mexicano y un referente que legó un apotegma que debiera recordar y practicar nuestra actual clase política; el respeto al derecho ajeno es la paz.