Bien sea por la amenaza de bomba, los disturbios por organizar o simplemente el caos que genera uno de sus llamados, la verdad es que, Donald Trump sigue en lo suyo.

La atención política-judicial del que fuera el presidente número 45 de los Estados Unidos sigue ocupando espacio en los medios. Unos cuestionan sus fechorías otros más lo defienden, pero la verdad es que este controvertido hombre que busca regresar a la presidencia está en la conversación diaria, en la agenda mediática.

Nadie sabía qué esperar después del llamado de alerta de Trump a sus seguidores.

Una rebelión, una protesta masiva frente a la Corte o disturbios generalizados en el país por el supuesto arresto que había alertado el ex inquilino de la Oficina Oval, pero nada sucedió, un llamado anónimo a la oficina de la corte neoyorquina alerta de una bomba, lo cual generó simplemente un cambio de planes.

Trump, fue viralizado en infinidad de videos, todos falsos, en donde se veía con el traje naranja de los reclusos o luchando durante un arresto o simplemente sentado al interior de una celda. Todo en la imaginaria en los deseos de muchos ciudadanos contarios a este empresario, político, pero sobre todo controvertido hombre.

Y es que, el momento exacto en el que se puede producir, de llegar la imputación y arresto del expresidente estadounidense, Donald Trump —él aventuró que sería el martes y los medios deshojan la margarita: ¿este miércoles? ¿La semana que viene? No es la única duda que se cierne sobre su supuesta culpabilidad en el caso de un pago de 130.000 dólares para comprar el silencio de la actriz porno, Stormy Daniels.

Lo único claro es que los hechos que se remontan a poco antes de las elecciones de 2016 en las que derrotó a Hillary Clinton, tuvieron el efecto contrario. Si pretendía enterrar la relación entre ambos, que él niega, no lo ha conseguido, siete años después aún se habla de ella.

Lo que hemos visto desde que Donald Trump dejó la presidencia estadounidense es un desgaste de su figura pública, sin embargo, sus seguidores, el ala extrema del fanatismo que alcanzó, no lo abandona.

Es de llamar la atención cómo se ha venido comportando una parte de sus “simpatizantes” que parecen ser más racionales ante el llamado a la rebelión. A principios de esta semana el periódico USA TODAY publicó… los partidarios de Trump están impulsando una narrativa diferente y creen que cualquier evento público es una trampa tendida por la policía y que asistir a cualquier evento será contraproducente.

En un reportaje de primera plana publicado por este medio de alcance nacional se lee… “estamos viendo gente advirtiendo sobre participar en protestas por temor a que sea una trampa del gobierno. También estamos viendo a algunas personas instando a la gente a protestar, a pesar de ese riesgo con algunos llamados a la violencia. Pero, en general, no hay ningún tipo de movimiento coercitivo en términos de donde deberían ocurrir estas protestas”, dijo Oren Segal, vicepresidente del Centro sobre Extremismo de la Liga Antidifamación al medio antes citado.

Lo cierto es que en esta ocasión el llamado de Trump a “protestar” no ha sido tan incendiario como el exmandatario creyó.  Aún están los datos de lo ocurrido en enero de 2021 donde se dieron arrestos al por mayor y que han dado lugar a poco más de mil procesamientos.

En el ámbito de la lucha por alcanzar la candidatura republicana a la presidencia para 2024, ha llamado la atención la posición asumida por uno de los hombres que más se ha mencionado podría arrebatarle a Trump esa posibilidad, Ron de Santis, el gobernador de Florida, quien arremetió contra el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, encargado de la investigación…”tienes un fiscal que ignora los delitos que ocurren todos los días en su jurisdicción y elige retroceder muchos años para tratar de usar algo sobre los pagos secretos de estrellas porno, ese es un ejemplo de perseguir una agenda política y usar la oficina como un arma“, dijo durante un evento.

Trump hizo uso de las redes sociales que tanto le han ayudado en su vida política…” pido a 74 millones de votantes que están conmigo que firmen una carta en contra de las “amenazas de mi posible detención”.

Lo cierto es que Donald Trump ha conseguido que la sociedad estadounidense tenga de nueva cuenta su nombre presente y parece no importarle el costo (su libertad). Dentro de su esquema seguramente ya tiene pensado cómo actuar en un escenario de preso político, de controversia y desorden. Por cierto, se canceló la audiencia en la corte del martes por una amenaza de bomba.

Trump está en su ambiente, ni duda cabe, en el caos, la incertidumbre y la mentira, un espacio que le es muy cómodo, pero sobre todo común en su carrera política, en donde poco pueden aventurar lo que pasará el día siguiente.

Veremos qué pasa, y sobre todo cuándo se acuerda una nueva audiencia.

@lalocampos03