El lunes del 27 de marzo, pasadas las nueve de la noche, el centro de detención del Instituto Nacional de Migración ubicado frente a la presidencia municipal de Ciudad Juárez, Chihuahua, se convirtió en una gran hoguera. En el incendio murieron 40 hombres de nacionalidades guatemaltecos, salvadoreños, venezolanos, hondureños y un colombiano. En pocos minutos murieron 39 migrantes privados de su libertad, algunos por asfixia provocada por el humo y otros calcinados; hubo un saldo de 40 muertos y 11 heridos de gravedad ya que un herido murió en el hospital días después.

El tema de la migración internacional y sus consecuencias ha adquirido tal relevancia, que se ha situado entre una de las principales inquietudes que tiene la humanidad a nivel mundial. En los últimos años, el análisis de la situación de los migrantes ha sido tema de atención de los más importantes foros internacionales, junto con los temas ecológicos, de narcotráfico, de desarme, del derecho al desarrollo y de la situación desigual socioeconómica entre los seres humanos que habitamos este planeta. El 3.5% del total de la población en el mundo son migrantes internacionales que tuvieron que salir por decisión propia o son desplazados de su país o ciudad por cuestiones de guerra, hambruna o violencia.

Ningún país puede sustraerse del impacto económico, social y cultural de los flujos migratorios. La experiencia histórica nos muestra que las guerras civiles, los conflictos internacionales, los disturbios étnicos, la discriminación racial, la intolerancia religiosa, la degradación del medio ambiente, los desequilibrios económicos, la pobreza extrema o la búsqueda de mejores niveles de vida, han provocado que millones de personas abandonen su lugar de origen, produciendo efectos directos en las sociedades y en las economías de los países receptores.

Tanto los países expulsores como receptores se enfrentan a una situación disímbola, en donde pocas veces las instituciones involucradas han sabido cómo contrarrestar los efectos negativos dentro de los países receptores. Además, ninguno de los gobiernos de los países receptores, hasta ahora, ha sabido reconocer los importantes efectos que tienen en sus economías la participación laboral de los trabajadores migratorios. Lo anterior, pone de manifiesto que la problemática de los trabajadores migratorios es eminentemente humana, porque trata sobre la vida de mujeres, hombres, niños y familias enteras, en búsqueda de una vida mejor.

México tiene una frontera de más de 3 mil kilómetros con Estados Unidos que es un imán que atrae a migrantes de diversos países en particular del Continente Americano. En el trayecto, desde su lugar de origen hacia el destino que buscan alcanzar, los migrantes afrontan múltiples riesgos y un alto grado de vulnerabilidad, con frecuencia se encuentran privados de su libertad y de los servicios esenciales  sin  el  apoyo de sus familiares, viven atemorizados, a merced de los traficantes de personas, expuestos al rigor de un clima hostil. Necesitan protección y asistencia humanitaria. Muchos de ellos mueren o desaparecen en el camino cada año y muchos permanecen en detención prolongada por haber entrado o permanecido irregularmente en el país,

Dentro de la política Migratoria adoptada se priva de su libertad a los extranjeros que se internan a México de paso hacia los Estados Unidos, la acción de ingresar al territorio Mexicano sin los permisos migratorios legales,  no es tipificada como un delito, tan solo debe de ser considerada como una infracción de carácter administrativo por lo  que la detención debería ser siempre una medida excepcional de último recurso y estar limitada en el tiempo. A pesar de que México se caracteriza por tener una parte de su población migrante, poco hemos aprendido sobre salvaguardar los derechos humanos de las personas que transitan por el país para llegar a Estados Unidos. El grado de dificultad para atravesar la frontera mexicana con los Estados Unidos, cada vez es mayor, por las situaciones de violencia y corrupción que enfrentan quienes se internan en territorio mexicano, además del estigma social con que carga el migrante.

Los migrantes están expuestos a extorsión y corrupción de las autoridades mexicanas.  En un estudio realizado por investigadores de la UNAM, los migrantes entrevistados señalaron que en la ruta ferroviaria por la que transitan por territorio mexicano para llegar a Estados Unidos, los grupos de seguridad privada, contratados para cuidar la mercancía, son violentos, usan arman, los extorsionan, los secuestran y perciben su presunta complicidad con el crimen organizado, de igual forma los agentes del Instituto Nacional de Migración, la Policía Federal y la Policía Municipal; los tres principales problemas a los que se enfrentan los migrantes durante su tránsito por México, son robos, secuestro y crimen organizado  y los operativos migratorios . Los migrantes identificaron como los principales agresores a los particulares, es decir, pandillas, personas de la delincuencia organizada, seguido por los cuerpos de seguridad, incluidos los policías, seguridad privada del tren y del Instituto Nacional de Migración.

Siendo México uno de los corredores migratorios más importantes en el mundo, se requiere fortalecer las políticas públicas de protección a un sector de la población migrante durante su tránsito por nuestro país, ya que estos individuos por su vulnerabilidad son agredidos, tanto en su integridad física como psicológica.

Para las nuevas políticas migratorias que necesariamente deberá adoptar el Gobierno mexicano, como sociedad debemos cambiar los patrones de comportamiento de esta sociedad migrante como es la nuestra, ya que recriminamos el trato que se da a los mexicanos en Estados Unidos pero no nos preocupamos de la violencia que se ejerce con los hermanos latinoamericanos y de otras latitudes que transitan por nuestro país, esta es una incongruencia que debemos combatir mediante la sensibilización y la solidaridad con todos los pueblos y exigir un trato digno para todos los migrantes, sean o no mexicanos.

La libertad para cambiar de residencia desde el lugar de origen es un derecho natural, y debería ser ordenado y seguro, con la posibilidad de alcanzar los objetivos de mejora en la calidad de vida de las personas, así como contribuir en el desarrollo económico y social de cualquier país que se elija como destino.