Andrés Manuel López Obrador se contagió por tercera ocasión de COVID, lo que provocó su aislamiento por unos días. Desde el domingo 23 en la tarde, hasta la tarde del miércoles 26 de abril, el Presidente desapareció de sus redes sociales. Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, lo sustituyó en las conferencias mañaneras, como en los anteriores dos contagios lo hizó la entonces Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

La cuarentena del presidente y su súbita salida de sus redes sociales por unos días provocó toda suerte de especulaciones, rumores y campañas de odio. Demostró la inmensa capacidad que tienen estos medios para difundir noticias falsas y tratar de confundir a la opinión pública. Un rumor y una obviedad incendiaron la pradera.

El portal electrónico de “El Diario de Yucatán” publicó que el Presidente había suspendido su gira, que había sufrido un padecimiento cardíaco y que había regresado súbitamente a la CDMX para su atención. Lo único cierto de esta nota fue que el Presidente suspendió su gira y que regresó en vuelo militar a la capital.

En la tierra del Fake News, el meme es el rey. De inmediato, en la tarde del domingo,  comenzaron las cadenas de mensajes de alguien que “estaba” en el hospital militar y que juraba haber visto llegar a AMLO o de alguien que  “visitaba” a un familiar en un hospital militar y que elementos del Ejército o la Marina, le habían quitado su teléfono celular. Lo cierto es que el primer mensaje del vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez, negando totalmente los hechos, no ayudó.

En la noche del domingo, el propio Presidente informó de su estado de salud, pero las redes no le creyeron, las especulaciones siguieron. Lo mismo ocurrió un día después, cuando el secretario de Gobernación y responsable de la política interior, Adán Augusto López Hernández informó de la situación de salud del presidente. Lo que no cuadraba y atizó la hoguera de las especulaciones, fue que en sus dos anteriores contagios, AMLO había mantenido contacto permanente con la ciudadanía, a través de sus redes sociales. Esto ocurrió hasta la tarde del miércoles en un video desde Palacio Nacional.

No me sorprende los chismes, propagados de boca en boca o a través de las redes sociales, lo que me sorprendió fue, por una parte, la inmensa cantidad de mensajes de amor al Presidente y por la otra, la también inmensa cantidad de usuarios de redes que deseaban su muerte.

Desde 1928, con el asesinato del presidente electo Álvaro Obregón, México no experimenta la ausencia de un presidente. El orden constitucional y legal ha prevalecido por casi un siglo. Parece que nada de eso importa y que los rumores fácilmente pueden desplazar a la verdad. Estas circunstancias de la vida cotidiana y la realidad política, obliga a las autoridades a reforzar sus esfuerzos para proporcionar información oportuna y certera, como única medida en contra del rumor y la infamia. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

@onelortiz