Hace unos días, el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la Secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, presentaron la estrategia de combate de drogas en el aula para la prevención de adicciones en alumnos de secundaria y preparatoria, la cual se llevará a cabo en coordinación con la Secretaría de Salud e impactará a más de 11 millones de jóvenes de escuelas públicas y privadas.

El programa consta de dos partes: acciones al interior del aula y una campaña de difusión. En los salones se realizarán intervenciones por los maestros, quienes informarán a sus estudiantes tres veces por semana sobre los daños que provoca el consumo de drogas. A los maestros se les proporcionarán trípticos e infografías, así como una guía que incluye actividades didácticas. Se hará énfasis en sustancias tóxicas como el fentanilo, las metanfetaminas, los vapeadores, el cannabis, el tabaco, el alcohol y las benzodiacepinas. Y en cuanto a la difusión, se presentarán videos en redes sociales con información sobre diferentes drogas y sus daños.

Esta estrategia se distingue de las anteriores por tres temas: el primero, es que aborda el problema desde un enfoque pedagógico; el segundo es la dimensión, ya que nunca en la historia se había realizado un programa que abarcara tantos estudiantes y tanto tiempo en la escuela; y el tercero, es que toma en cuenta la dinámica de las drogas actuales como el fentanilo, el cual es muy diferente a la marihuana y otras sustancias.

Un tema en especial es evitar la normalización del consumo de drogas, tanto como la frivolización del consumo de la marihuana, que en lo personal pienso que debe legalizarse, pero no normalizarse.

Los maestros queremos enseñar los daños y riesgos de las drogas; sin embargo, canciones muy populares refieren con naturalidad y normalizan el consumo de éstas; por ejemplo, Farruko con su canción “Pepas”, con 1,700 millones de reproducciones, cuando dice “To’ el mundo en pastilla’ en la discoteca”, realmente no creo que hable de aspirinas; o la de Cartel de Santa, “Shorty Party”, con más de 150 millones de reproducciones en 3 semanas, que dice “fumando Mary” y “tomando Molly” (éxtasis). Estas canciones, como muchas otras, acaban siendo una especie de comerciales para la normalización y aceptación social del consumo de drogas.

Lo más importante de esta estrategia es que hace énfasis en la gravedad del fentanilo, esta sustancia no tiene nada que ver con las drogas del pasado, su precio en la calle está aproximadamente entre 20 y 50 pesos, lo que la hace muy accesible. Además, es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina, convirtiéndola en una de las sustancias más adictivas y peligrosas. El tema no se agota ahí, no hemos visto el fondo de las nuevas drogas, surgirán nuevas más agresivas y destructivas, como en EU donde surgió el “tranq” la droga “zombie”, que es fentanilo con anestésico para bovinos, que es todavía más adictiva y más peligrosa.

Como la Suprema Corte señaló, el consumo de drogas como la marihuana es un acto de libre desarrollo de la personalidad, sin embargo, sería un grave error tratar de normalizarlo o romantizarlo; como sociedad no podemos permitir algo que a todas luces es destructivo y maligno. Por todo esto, es de la mayor trascendencia y pertinencia el programa lanzado por el Presidente y la Secretaria; pues la única alternativa que tenemos para enfrentar desafíos de esta naturaleza es el humanismo, la educación y la comprensión.

@LuisH_Fernandez