Los Universitarios hablan es un espacio abierto a la comunidad estudiantil, inicialmente la que funciona en la Ciudad de México. Pretende ser un espacio en el que maestros y alumnos opinen libre y responsablemente sobre temas de actualidad.
En esta entrega participa el alumno Yamil Alvarado de la Escuela Libre de Derecho. Da su visión respecto de un tema específico y actual: los movimientos estudiantiles.
Elisur Arteaga Nava
El futuro mexicano es revolucionario
Por Arturo Yamil Alvarado Díaz Slim
La última semana de abril, explotó en redes sociales la Universidad Iberoamericana, a raíz de una movilización estudiantil. Comenzaron con protestas pacíficas que fueron gradualmente aumentando de intensidad conforme sus reclamos no eran atendidos. Y así, México recuerda que, históricamente los estudiantes universitarios han reclamado sus derechos una y otra vez en nuestro país.
Advertía ya el espíritu revolucionario mexicano que tiene su hogar en la juventud, desde aquel 2 de octubre de 1968 que pasaría a volverse uno de los días más recordados en los anales de la historia mexicana e internacional. La Matanza de Tlatelolco fue la masacre y aplastamiento sistemático, perpetrado por el propio gobierno mexicano, en contra de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas. Protestaban las detenciones, desapariciones y torturas de elementos policiales, denunciando las violaciones a derechos humanos que sufrían.
Miembros del Batallón Olimpia infiltraron los rangos estudiantiles vestidos de civiles para pasar desapercibidos, pero con un distintivo que les permitía reconocerse entre ellos: el guante blanco en la mano izquierda. Así, llegaron al edificio Chihuahua para flanquear a los estudiantes. Y así, las bengalas arrojadas desde el helicóptero que sobrevolaba cual cuervo carroñero dieron la señal para que los francotiradores y miembros del ejército arrancaran el genocidio.
Encerrado en un baño de la misma Universidad Iberoamericana, el entonces candidato a la presidencia, Enrique Peña Nieto esperaba que sus elementos de seguridad averiguaran una salida del establecimiento, pues los estudiantes de su alma máter coreaban protestas en su contra. En respuesta a ello, miembros de su partido y otros aliados políticos señalaban que los que se manifestaron en su contra no eran más que acarreados políticos.
En respuesta a ello, 131 estudiantes publicaron sus datos de identificación que los acreditaban como alumnos matriculados, manifestando que no tenían afiliación política. En apoyo a ellos, nació el movimiento #YoSoy132, que se volvió insignia de los opositores de quien llegó a ser después, Presidente de México.
Llegaba el nuevo milenio cuando el Consejo Directivo de la Universidad Nacional Autónoma de México, liderado por el Dr. Francisco Barnés de Castro planeaba reformar diversas disposiciones internas de la máxima casa de estudios de México. Entre los cambios propuestos, estaba el de aumentar algunas cuotas al alumnado. En abril de 1999 comenzó una de las huelgas más grandes que ha visto la universidad, pues terminaría casi un año después en febrero del 2000, después de una serie de escalaciones que sólo terminaron con el ingreso de la policía federal a las instalaciones.
Hoy en día, los estudiantes de la Universidad Iberoamericana reclaman el aumento de los costos de la universidad y el recorte presupuestal a diversos servicios y sectores de la misma, reclamando también conductas de su rectoría. Por otro lado, la rectoría también señala los problemas económicos que afrontan y muestran una apertura al diálogo y el debate para dar seguimiento a las demandas del alumnado. Generaciones después, los estudiantes universitarios mexicanos siguen teniendo la semilla rebelde que por décadas los ha caracterizado, prometiendo una sociedad informada y políticamente muy activa en los años por venir.
@arturoyamilads

