La memoria, pero sobre todo el hacer del segundo hijo del matrimonio de Joe y Jill, en verdad que les ha sacado no sólo canas sino profundos problemas que parecen los seguirán por el resto de su vida política. El desordenado y arrebatado accionar de Hunter, flota como un fantasma.

Y en la antesala de buscar un segundo periodo al frente de la Casa Blanca, los Biden, vuelven a luchar con el pasado de su hijo y es que los problemas de abuso con el alcohol, las drogas, el tráfico de influencias, la portación ilegal de armas y el fraude fiscal simplemente no lo dejan.

Los periodistas de Los Angeles Times; Adam Entous, Michael S. Schmidt y Katie Benn, han seguido los pasos de este hijo problema de los Biden que, por la posición de su padre, primero en el Senado, después como vicepresidente y finalmente como presidente, lo han salvado de la cárcel.

Y es que, según la versión de los republicanos, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido cómplice en un esquema que lleva mucho tiempo en operación para sacarle provecho a su posición mediante acuerdos cuestionables por todo el mundo ideados por su hijo, Hunter Biden.

El tema de este hijo “incómodo” ha recobrado fuerza en estos momentos de arranque de la carrera en busca de la nominación partidaria de los demócratas, pero también, como un instrumento que la dificulte. Y bueno, no han logrado su encarcelamiento, pero tampoco han cejado en su intento.

Los republicanos en muy diversos espacios han hecho eco de una idea que más se escucha en estos tiempos políticos en referencia a Hunter…” queremos demostrar que de manera deliberada y en repetidas ocasiones se ha engañado al pueblo estadounidense aprovechado el poder Ejecutivo para beneficio personal, usado el poder del gobierno para obstruir la investigación”.

Bajo ninguna circunstancia quiero defender a Hunter Biden, ni a sus padres, pero creo que en su descargo, hay que reconocer que después de que su padre se convirtiera en vicepresidente, este abogado de 52 años, que estudió en la Universidad Yale, forjó relaciones de negocios con intereses extranjeros que le redituaron en millones de dólares, generando cuestionamientos sobre su intención de aprovechar el apellido de su familia causando alarma entre los funcionarios del gobierno por los posibles conflictos de interés y les dieron a los republicanos un motivo para atacar a su padre durante años.

Después de la muerte de su hermano, Beau en 2015, Hunter cayó en una espiral de adicciones y comportamientos sórdidos y autodestructivos, hoy sus abogados, familiares y amigos señalan que se mantiene sobrio y ya no está involucrado en negocios en el extranjero.

Lo cierto es que no solamente es Donald Trump quien está enfrentando problemas extrapolíticos en la ruta por alcanzar la nominación de su partido para la presidencia, también lo es Joe Biden, quien ahora tiene que sortear el actuar delictivo de su hijo, Hunter.

El martes de esta semana trascendió el acuerdo al cual llegó el hijo del presidente con el Departamento de  Justicia, en donde se declaró culpable de dos cargos fiscales menores relacionados con la falta del pago de sus impuestos y con ello evitó un juicio en su contra dándole elementos a los republicanos e incluso a los mismos demócratas que están metidos de tiempo completo en la contienda presidencial de noviembre de 2024.

Como parte inicial del acuerdo y a pesar de la intención de Hunter por impedir que este acuerdo se hiciera público, se supo que se dio un arreglo extrajudicial con los fiscales por los cargos de posesión ilegal de armas, así como el de ser consumidor de drogas y a cambio tendrá la posibilidad de quedar en libertad condicional y con ello no tocar la cárcel, según el expediente judicial.

Los problemas de Hunter Biden con las armas se remiten a octubre de 2018 donde aceptó la posesión ilegal de por lo menos una pistola sin licencia, pero ahí no queda todo, ya que, en esa época reconoció también que era consumidor de drogas, este delito tiene una pena de cárcel de hasta 10 años, pero el Departamento de Justicia dice que Hunter Biden llegó a un acuerdo sobre ese proceso. No se difundieron los detalles completos del caso.

Lo realmente relevante de este asunto, es sin duda, el reconocimiento del hoy hijo del presidente de los Estados Unidos de ser un delincuente, no más.

Los periodistas se abocaron por todos los caminos posibles para conocer la opinión del presidente y ante la presión, la Casa Blanca manifestó que el presidente respeta el actuar del Departamento de Justicia, sobre el efecto político que esto implica, no hizo mención alguna.

Christopher Clark, el abogado del hijo presidencial, dijo que la investigación de hace casi cinco años ha concluido… “sé que Hunter cree que es importante asumir la responsabilidad por los errores que cometió en una etapa de turbulencia y adicción en su vida, pero está ansioso por seguir con su recuperación y pasar la página”.

Este escándalo legal de la familia Biden parece estar en su etapa final pero los alcances en lo político están por conocerse, ya que, los republicanos no dejaran pasar esta acción que Hunter les entregó en charola de plata en un momento clave, los demócratas deben definir quién será su candidato presidencial en 2024, así de grave, así de fuerte.

@lalocampos03