El 1 de junio pasado, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Suplemento del Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad 2023, en el que el Comité de Normalización de la Secretaría de Salud, encabezado por el Subsecretario Hugo López-Gatell, resolvió cancelar diversas Normas Oficiales Mexicanas que tienen que ver con temas de gran importancia para el sector de la salud, los profesionales de la salud y los pacientes, como:

Atención al cáncer de mama;  atención al cáncer cervico-uterino; cáncer de la próstata; vigilancia epidemiológica, obesidad; atención a la diabetes; prevención y control de diversas enfermedades; prevención, tratamiento y control de la diabetes mellitus o Hipertensión arterial sistémica; dislipidemias;   Infecciones de transmisión sexual y enfermedades transmitidas por vector o Prevención; tratamiento y control de las adicciones ; Osteoporosis;  cirugías oftalmológicas y Prestación de servicios de asistencia social para niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y vulnerabilidad, entre otras.

Más de 50 Colegios, Federaciones y Asociaciones médicas del país en un comunicado oficial conjunto, expresaron su preocupación por la decisión de la Secretaria de Salud de cancelar al menos 35 Normas Oficiales Mexicanas en materia de salud. Señalaron que: “Nos preocupa la eventual cancelación de las Normas Oficiales, se estarían dejando a millones de mexicanas y mexicanos que padecen diversas enfermedades en total incertidumbre respecto a diagnósticos y tratamientos, tanto en sector público como en el privado”  “Sin Normas Oficiales generales y obligatorias, es posible que cada médico o institución de salud adopte diferentes enfoques en la atención de los pacientes. Esto podría llevar a una mayor variabilidad en la calidad y la efectividad de los tratamientos entre las instituciones y los profesionales de la salud, o podría generar confusión al momento de prestar los servicios de salud”.

La cancelación de dichas normas, podría llevar a una mayor variabilidad en la calidad y la efectividad de los tratamientos entre las instituciones y los profesionales de la salud, o podría generar confusión al momento de prestar los servicios de salud, y por otro lado no obliga al Estado a brindar un servicio de salud de calidad y tampoco a proporcionar insumos o medicamentos para el ciudadano.

La inexistencia de normas oficiales implica riesgos para la seguridad del paciente pues las normas están diseñadas para garantizar la seguridad del paciente y prevenir riesgos asociados con la atención médica. Sin estas normas, pudiera existir la posibilidad de que los médicos no se actualicen y no estén al tanto de las mejores prácticas en términos de seguridad y confiabilidad, lo que podría aumentar los errores, la mala praxis y los riesgos para los pacientes.

Algunos de los impactos que traerá consigo la eventual desaparición de las Normas Oficiales son incertidumbre legal y responsabilidad profesional ya que los médicos enfrentarán una mayor incertidumbre en cuanto a sus obligaciones legales y su responsabilidad profesional. Los médicos quedarían expuestos a enfrentar procesos de responsabilidad, en el orden civil y penal, sin un marco que evalúe su culpabilidad en términos de la práctica médica, lo que puede llevar a abusos, criminalización de los profesionales de la salud o que no se sancionen adecuadamente ciertas acciones que perjudiquen al paciente.

Ambigüedad y confusión en la práctica médica pues sin normas oficiales generales y obligatorias, es posible que cada médico o institución de salud adopte diferentes enfoques en la atención de los pacientes. Lo anterior podría llevar a una mayor variabilidad en la calidad y la efectividad de los tratamientos entre las instituciones y los profesionales de la salud, o podría generar confusión al momento de prestar los servicios de salud.

Por otro lado, no obliga al Estado a brindar un servicio de salud de calidad y tampoco a proporcionar insumos o medicamentos para el ciudadano. Y por otro lado deja en completo estado de indefensión a os pacientes frente al reclamo de reembolsos en caso de contar con un Seguro de Gastos Médicos Mayores.

Los  derechos humanos protegen, desde luego, determinados bienes vitales que, a su vez, son valores existenciales. La salud como un bien fundamental del ser humano dentro de nuestro sistema de valores, representa un derecho esencial que el Estado está obligado a garantizar y satisfacer, procurando la salud integral de todos los habitantes. El derecho a la salud está presente en diversas declaraciones e instrumentos internacionales

Son derechos humanos,  la vida y a la integridad física  psicológica y moral, esto implica el deber de respetar la vida y la integridad física y psicológica de los demás. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que: “…la salud es el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades; y el logro del grado más alto posible de salud es un objetivo social de la mayor importancia”.

En este sentido, la salud es un valor importante que, sumado a otros que condicionan un bienestar general, se constituyen como indicador del logro de oportunidades para el desarrollo de los individuos en igualdad de circunstancias. Entonces, la salud es un bien vital, que además de ser un bien biológico para que el individuo pueda desarrollarse de manera armónica física y mentalmente, también es un bien social y cultural imprescindible para la convivencia humana en sociedad.

Ahora como nunca antes, los mexicanos estamos en completo desamparo respecto de la protección de nuestros derechos humanos, no existe una supervisión por parte de la institución creada para velar por el respeto de los mismos, más aun cuando se trata del sistema de salud ahora tan deficiente y que desde hace cuatro años  ha cobrado la vida de cientos de miles de mexicanos.