El próximo domingo 4 de junio se llevarán a cabo las elecciones para Gobernador en los Estados de México y Coahuila, organizadas por los Institutos electorales de cada uno de los Estados en coordinación con el INE, los dos estados bastiones del PRI en los que en más de ochenta años no ha habido alternancia con otros partidos.

Se ha dicho que en estas elecciones se juega el destino de las elecciones federales de 2024, porque el Estado de México es la entidad con mayor número de votantes que cuenta con 12 millones 693 mil 054 personas en la lista nominal de electores, esto hace que el resultado de la elección del próximo domingo inclinara la balanza de las preferencias para la elección del año próximo.

El Estado de México por sus características geográficas que circunda a la Ciudad de México, y en cuyo territorio oriente se han asentado una gran cantidad de migrantes en busca de oportunidades de trabajo  provenientes de varios estados con escaso desarrollo, los municipios ubicados en el oriente de la entidad se caracterizan por tener mayor presencia de los partidos Morena, PRD y PRI, mientras que los municipios ubicados en el área poniente de la Ciudad de México, a los que se ha llegado a denominar el corredor azul, la presencia del PAN y del PRI es preponderante.

El abstencionismo es el principal enemigo a vencer, solo si participan más del 60 por ciento de los electores se podrá llegar a tener un gobierno legitimado con el apoyo de la mayoría. En los últimos 20 años se han sucedido diversas transformaciones políticas en nuestro país, sin embargo la cultura política del ciudadano mexicano se ha quedado estancada; nuestra sociedad presenta características que no propician la participación de los ciudadanos de manera activa, en amplios sectores de la población hay un gran desconocimiento de las acciones públicas, y una gran desconfianza en las instituciones y en los procesos democráticos, lo cual propicia que en las estructuras de gobierno existan rasgos autoritarios apoyados en el clientelismo y el corporativismo propiciado por los partidos políticos.

Resulta muy preocupante el nivel de abstencionismo en nuestra población.  Unos gobernantes y representantes populares electos de esa manera pierden legitimidad y todos perdemos la oportunidad de decidir el rumbo del país en los tres ámbitos de gobierno, de premiar o castigar al partido gobernante en turno y desde luego de participar activamente en la elección de quienes para bien o para mal en el corto y mediano plazo, habrán de ejercer el poder.

Para vivir en un verdadero Estado de Derecho como una Democracia Plena, debemos como sociedad dejar la apatía y el miedo, debemos tomar la iniciativa y organizarnos para poder ser más participativos y no dejar que otros decidan por nosotros. Es muy importante que todos participemos acudiendo a votar; si bien la democracia no se agota en las urnas, pasa necesariamente por estas. La incipiente, incompleta y poco comprendida democracia mexicana, funciona y los votos de los electores cuentan y se cuentan.

En el umbral de esta elección decisiva quisiera recordar a los integrantes de Morena, el viejo apotegma de: en Política “ni las victorias, ni las derrotas son para siempre”. Si bien no han gobernado el Estado de México, el hecho de que la candidata del parido Morena cuente con el total apoyo moral político y económico del gobierno federal, ocasiona que se sientan triunfadores, pero ello no significa que los partidos de oposición en unión con una candidata común hayan bajado la guardia y se den por derrotados antes de los comicios.

La sociedad civil, y esencialmente la clase media se ha manifestado de marera masiva en tres ocasiones en la ciudad de México y en las principales ciudades en los Estados, para exigir el respeto a la Constitución y a las Instituciones, respeto que el propio titular de ejecutivo perdió desde el inicio de su mandato. Las consignas fueron en defensa de la Constitución, de la democracia, y los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con los lemas “Mi voto no se toca”, “La ley sí es la ley”, “Norma Piña no estás sola”

El despertar de ese gigante que es la Sociedad Civil, es la respuesta a una urgente necesidad, porque una auténtica democracia va más allá del ejercicio electoral; supone una participación real de los ciudadanos en las grandes decisiones del gobierno. Sólo mediante el ejercicio de un verdadero gobierno democrático, se consigue una mayor participación de todos los sectores de la sociedad en la vida política, con objeto de promover la justicia social, luchar contra la corrupción y atacar de raíz las causas de la marginación. Por un México unido y en Paz.