Donald Trump parece, pero cada vez menos, inmune a las situaciones legales y mediáticas en su contra. Parece algo ya común su presencia en diversas cortes estatales y federales en donde se presenta para responder acusaciones de todo tipo.

Esta semana, por ejemplo, la ciudad de Miami fue objeto del show en el que se ha vuelto cada una de sus “visitas obligadas” ante los juzgadores.

Sin embargo, las voces que comienzan a cuestionar las constantes acciones defensivas y de clarificación que realiza, cobran más fuerza y la base del partido Republicano manifiestan su inconformidad y desacuerdo en su ruta a la candidatura presidencial para noviembre de 2024.

Y es que los cargos federales de los que es acusado no son cosa menor.

El futuro de este polémico político-empresario se va complicando sólo es cuestión de detenerse en algunas de las acusaciones en su contra, ahí está, por ejemplo, el tema del estado de Georgia y su supuesta injerencia electoral, que a decir de especialistas legales lo acerca cada día más a la cárcel, parece ser solo cuestión de tiempo.

A 17 meses de la elección presidencial no se percibe por parte del partido Republicano una estrategia de contención, de control de daños y muchos menos cohesiva ante estas acusaciones contra uno de los suyos y no cualquiera, un expresidente.

Lo cierto es que todas las campañas, que no son la de Donald Trump, están recibiendo presiones de los donantes para ir más en contra del expresidente y esto no lo van a dejar pasar, sobre todo porque, hacer política cuesta y más cuando hablamos de la que búsqueda para recuperar la Casa Blanca.

Al seno del partido republicano ya se percibe consternación por la posibilidad de acabar con un candidato que ya haya sido condenado por delitos federales y esto, se está generalizándose y no es para menos ya que, la última acusación en contra de Trump está causando afectaciones que cada momento parecen crecer. Y es que, las presuntas acusaciones entre los mismos rivales republicanos de Trump comienzan a alienarse rápidamente y no tardaran en cobrar factura con la normalización de daños, afectaciones y hasta fracturas.

Y no dejan de tener razón los republicanos de cepa, sólo hay que ver cómo Donald Trump llegó la tarde del lunes a Miami para participar como estrella principal, el escenario, la Corte Federal Sur de esta turística ciudad, él guio hacia su arresto, toma de fotografías y huellas digitales, además de la presentación ante un juez federal.

Una cantidad considerable de invitados (o fanáticos seguidores) fueron convocados para generar el clima de expectación, incluso hicieron correr el rumor de que se podrían dar acciones violentas a lo que llamaron, una cacería de brujas.

El equipo de campaña de Donald Trump, para ser más exacto, él mismo ha mostrado hacer cualquier acción en su contra un acto publicitario favorable a sus intereses para regresar a la Oficina Oval.

Las instituciones y los actores involuntarios para este show, entre ellos, los representantes del Departamento de Estado, la fiscalía general, el partido Republicano, incluso elementos del Servicio Secreto que desempeñaron un doble papel de escudo protector para el exmandatario, pero también como responsables de un detenido. Sin hacer presencia física, se sentía un fantasma de la administración Biden en el ambiente.

Y dentro de este espectáculo, al sur de Miami, encontramos que Aileen Cannon, la jueza asignada para supervisar el caso de los documentos clasificados encontrados en la casa de Mar-a-Lago de Donald Trump, fue nombrada precisamente por el expresidente y así la suerte se hizo presente.

Llegamos a las horas previas del histórico martes en donde, una caravana de vehículos resguardaba al expresidente Donald Trump desde su club de golf en el suburbio de Doral con dirección al Palacio de Justicia Federal, Wilkie D. Ferguson Jr. en Miami, en donde el actor principal sería procesado y escucharía los cargos levantados en su contra por el fiscal especial.

Ya al interior de la Corte Federal y después de haberse presentado y arrestado, Donald Trump escuchó los 37 cargos de los que se les acusa, entre los que destacan: La retención intencional de documentos confidenciales, obstrucción a la justicia, ocultamiento ilegal de documentos y falsas declaraciones.

Junto con Trump también llegó ante la Corte, su asistente personal, Walt Nauta, quien a su vez enfrenta seis cargos.

Y bueno, ya en la Corte Federal llegó el momento estelar, se encendieron todas las luces, los reflectores y checaron que todo funcionara a la perfección para que el expresidente se declarara “not guilty” (no culpable) de todos y cada de los 37 cargos federales que enfrenta en el caso del manejo ilegal de documentos confidenciales de la Casa Blanca. Fue un momento de gran intensidad, de poca duración, pero climático.

Y para cerrar esta histórica jornada Donald Trump lanzó muy a su estilo de confronta ataques contra su posible rival en la contienda presidencial, Joe Biden y las autoridades judiciales, que mencionó, responden a los intereses del peor presidente que ha tenido los Estados Unidos.

¿Le quedará larga vida política al quien hoy está al frente en las preferencias al interior del partido republicano?

¿y qué puede suceder sí Trump logra superar estos duros meses de estar bajo la presión judicial?

A esta historia le faltan varios capítulos por escribirse.

@lalocampos03