Como el partido más antidemocrático que existe en México, Morena anunció que sólo dejará participar a 6 “corcholatas” en su ilegal proceso interno para la elección presidencial de 2024. Además, sólo podrá ser por invitación, es decir, no dejarán que el pueblo de México postule a nadie más que el dedito del presidente no haya aprobado ya.

El Acuerdo del Consejo Nacional de Morena además de dictar quiénes son los elegidos, trata de engañar a los mexicanos porque hipócritamente ahora dicen que deben ser austeros, sin derrochar en gastos publicitarios, sin acarrear, sin coaccionar, cuando lo que han hecho es todo lo contrario, dispendio, ominosa promoción y abuso de poder. De resultados nada, pero de campaña ilegal todo.

La realidad es que todo este teatrito es para seguir haciendo campañas ilegales a costa del dinero de los mexicanos, sin transparencia, sin fiscalización, sin rendición de cuentas. Al final, la única opinión que va a valer es la de Palacio Nacional.

Lo único positivo que tiene esta farsa de Morena es que al fin la señora Sheinbaum se fue de la Jefatura de Gobierno y con ello, dejará de dañar a los capitalinos. Los asesinatos, las fugas de agua, los baches, la inseguridad, la falta de vialidades, las tragedias en el Metro, y la extorsión en la Ciudad de México, son el legado que Claudia Sheinbaum dejó con su salida.

Esta decisión articulada por López Obrador para que las corcholatas estén en una campaña ilegal viola la ley electoral. En nuestro sistema normativo, el proceso de precampañas inicia la tercera semana de noviembre conforme lo mandata la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales en su artículo 226.

Esta decisión de Morena deja en la ilegalidad a todas las corcholatas porque estarán violando la ley nada más y nada menos que 5 meses. Es claro que a López Obrador en su ambición de poder, no le importa lo que las reglas electorales establecen y desafía de manera irresponsable a las autoridades electorales, porque en estricto derecho podrían perder su registro como candidatos.

Vemos cómo una vez más Morena y López Obrador mandan al diablo a las instituciones y por eso mismo, el pueblo de México mandará al diablo a Morena.