En las elecciones del 2024 en México elegiremos un nuevo titular del Poder Ejecutivo, ese día también se elegirán 128 senadores y 500 diputados federales, en tanto que se renovarán 9 gubernaturas, y la Jefatura de la Ciudad de México 16 Alcaldías, así como 30 congresos locales.

El domingo 2 de junio de 2024 son las próximas elecciones en México;  en donde más de 95 millones de mexicanos deberían acudir a las urnas a elegir al que será el presidente número 66 y el sucesor de Andrés Manuel López Obrador. El listado nominal al 6 de mayo pasado, se integraba con 95 millones 637,183 de ciudadanos; en esa elección participarán, de forma individual o coaligada, los partidos: PAN, PRI, PRD,  MC, MORENA,  PVEM) y PT. Los estados en donde habrá cambio de Ejecutivo son: Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

La inquietud y bullicio que existe en el ambiente político es el preámbulo del proceso  de la selección interna de los candidatos o candidatas electorales, tal cual a usanza de otros países los partidos en coalición seleccionaran a su mejor gallo o gallina para la gran pelea por la Presidencia de la República. Por lo pronto  el presidente ya dio el banderazo de salida para los partidos Morena, PVE y PT proceso de selección, a todas luces simulado, pues el dueño de Morena ordena todas las directrices a seguir desde el inicio y anuncia su pretensión del control transexenal que tendrá,  pues ya desde ahora designó a los líderes de las bancadas de Morena en ambas cámaras y nombró al Secretario de Gobernación como premios de consolación para los no designados candidatos; por el otro frente los partidos en coalición con la sociedad civil organizada iniciaron su proceso de selección de la o el candidato. Competencia que al igual que en una partida de Póker esperan que el contrario muestre su carta o corcholata designada para mostrar la suya.

Deberemos estar atentos a la conformación del Maximato que pretende instituir López Obrador  al igual que el General Calles,  quien gobernó 12 años manejando a los presidentes impuestos por él.

Al término de la Revolución, en 1917 Venustiano Carranza fue asesinado siendo todavía presidente. Le sucedió en la presidencia Álvaro Obregón, y después Plutarco Elías Calles, de 1924 a 1928. En 1928 Obregón fue nuevamente electo pero no llego a su segundo mandato ya que su asesinato nulificó su reelección. A la vacancia de la  presidencia, Calles creo el PNR de donde eligió a Emilio Portes Gil, como el nuevo presidente provisional. Y de igual modo eligió a los siguientes presidentes; Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, que también fueron impuestos por Calles quien se autonombró “Jefe Máximo de la Revolución”.

A este periodo de 1928 a 1934  se le conoce como el «Maximato” en donde los presidentes eran solo las figuras manejados como títeres pues quién gobernaba y dirigía la política del país, de hecho, era Plutarco Elías Calles. En 1934 cuando Cárdenas ganó las elecciones, Calles pretendió gobernar por encima de Lázaro Cárdenas como lo hizo con los tres presidentes anteriores, y Lázaro Cárdenas recién electo presidente rompió con ese esquema y para sacudirse el yugo no tardo en mandarlo al exilio.

Con el actual presidente la pretensión de imponer su “Maximato” es patente, la cerrazón autoritaria es notoria en las irracionales respuestas en sus intervenciones en público en sus mañaneras y en sus giras, quien pareciera que ha perdido el sano juicio y reacciona con reclamo emocional a los señalamientos sociales, es sólo evidencia de su alejamiento de la realidad, por lo demás sintomático de quien ya perdió el piso bajo el peso del poder,  característica de los presidentes desde el viejo sistema, en el cual el Presidente en turno secuestrado por sus allegados y corifeos se sentía dueño del destino de la patria.

Que importante es conocer nuestra historia para no volverla a repetir.  Los momentos históricos que acabo de narrar, nos proyectan nuestra realidad actual. Tenemos un gobierno unipersonal sin respeto de la división de poderes, con un presidente que ejerce un gran poder político.

Morena gobierna junto con sus aliados 22 estados de la República, lo que significa que gobierna  al 72 por ciento de la población. A lo anterior debemos  sumar la estructura construida mediante los programas sociales,  y además el monólogo de la figura presidencial que invade la información diaria.

Por otro lado, en nuestro entorno político tenemos a la oposición que se encuentra extraviada. Sus temas se centran en cómo definir el proceso de elección del candidato.  En vez de  apresurarse y tener ya definido al candidato  capaz de enfrentar a la maquinaria de Morena y aliados.

Sin querer jugar a la adivina ni confrontar a la política de la 4t, es muy visible que el inquilino del palacio realiza todas las acciones para implantar un Nuevo Maximato, claro que al final de su mandato se retirará a “la Chingada” su finca en Palenque en donde dictará todas las órdenes para controlar al nuevo gobierno desde la comodidad de su rancho.  En este fin de sexenio el presidente actúa la comedia de la sucesión dentro de Morena y le apuesta a su propio Maximato.