Color, como lo entiendo

Don Luis de la Borbolla, admirado maestro, “de los De la Borbolla de Tacubaya”, además de ser mi profesor de matemáticas y alemán, era catedrático en matemáticas y en alemán en la UNAM; Autor de varias gramáticas alemanas, tratados de álgebra y matemáticas complejas, agregado cultural de la embajada de nuestro país en la Alemania de la República de Weimar y en la Alemania Nacional Socialista.

Don Luis me aplicaba el mote de, “Mein Junge”, o mi joven en alemán. Entre clase y clase, sorbo y sorbo de cognac Curvoiser que le encantaba, y cigarrillos Delicados sin filtro, hablábamos de música clásica, de los barrocos al romanticismo; de los grandes escritores españoles como Garcilaso, Cervantes, Sor Juana, Góngora, Quevedo, Juan Ruíz de Alarcón, a Unamuno, los hermanos Machado, Ortega y Gasset, García Lorca, y mil más.

¡Ahhh! Cuánto color de diálogos de amistad entre un mocoso y el maestro, hombre culto. ¡Cuánto color de experiencia, de vivencia, aunados a la disciplina de clases y estudios!

Pero Don Luis y el de la pluma, -en ese momento tan idiota como en el presente-destacaba el acento político, social, “los matices de colores, vibraciones de sus obras, aromas”, y Don Luis gritaba: “¡Muy muy cierto, Mein Junge!”. Las tardeadas en su casa de Tacubaya, por supuesto, para escuchar nuestra adorada música clásica en el sentido más amplio, -de barrocos, a románticos, el realismo, impresionismo, cubismo, y los grandes eslavos del siglo XXI.

¡Ahhh! El siglo XXI, los genios eslavos, la represión estalinista: Rachmaninov, Prokóviev, Shostakóvich, acusados con muchos, muchos más, de ser regresivos, retrógrados, aliados a los conservadores blancos, a los oligarcas, a los “machuchones”.

No les quedó otra que convertir su música en distorsionada, con colores informes, raros, oscuros, muy muy oscuros, grises depresivos, con tal de salvar el pellejo, y continuar sus presentaciones en público. Miedo, mucho miedo al asesinato, o si la buena suerte les favorecía, los gulags.

Algo así como miedo a los robos en Antara o presenciar ejecuciones de X o Y en Cancún, en Acapulco, en Michoacán, Zacatecas, Chiapas, SLP, Chihuahua, Tamaulipas, o Baja California, por mencionar unos cuantos.

El Hombre de Fuego de la filosofía de Vasconcelos, convertido en El Mexicano en Fuego, incendiado, de la filosofía lopezobradorista. Colores en rojo, sí, pero rojo fuego de muerte, coches bomba, como los de ISIS y Al Quaeda, que   seguramente asesoran a algunos grupos de terror mexicanos.

Fiesta de colores de incendio, de muerte, de impotencia, azules que transfugan al rojo, bailes macabros de machetes, de cuerpos desesperados, bolsas con restos, cabezas tiradas como basura, cuerpos colgados, secuestrados para ser masacrados, o por qué no, para ser fusilados.

¡El año de Villa! Bailemos todos al son de la madre muerte, con un pueblo amante de Coatlicue, más que de Guadalupe. Coatlicue, la de los colores de sangre negra, de vida solo con muerte, para que renazca el sol, Huitzilopochtli, discretamente disfrazada de Tonantzin, -nuestra madre-, que Guadalupe de nombre, pero descarnación, placer en las cabezas coleccionadas por vocación.

Nadie dice, nadie habla. Todos se resignan a los colores de la muerte. Arte impulsado por el miedo, más que arte inspirado por el alma. Corridos narcos, más que corridos de amor.

 

México 2023

Colores. ¡Vaya que tenemos, – o tuvimos alguna vez -, la fortuna de vivir en una patria de múltiples colores, creación, alegría, formas derivadas de la síntesis de múltiples culturas indígenas, negras, españolas, criollas, mestizas, del México Independiente, al Revolucionario, al institucional, al de hoy!

 

Pero ¿Qué es esto del hoy mexicano?

Colores, formas y sonidos apagados. Ruido, mucho ruido. Que no crea, ni genera, menos aún estimula, pues es oligarca, aspiracioncita, clase mediero. Es la inducción mañanera, ¿qué no? Mejor Clase Mierdero, como los acólitos de la 4T, que Clase Mediero.

Veo en mi Patria colores múltiples de tal belleza y plenitud, profundidad, y aromas, que asoman por fosas nasales y se transforman en colores celestiales; colores de arte que calan ojos, vibratos, a la médula espinal, espiritual, y me hierven de patria.

Se han convertido en colores múltiples de tal horror y asco, profundidad, y aromas fétidos, que asoman por fosas nasales con náusea y se transforman en colores de muerte, ardor, y cánticos de dolor y rencor; colores de muerte que me recuerdan a esa etapa demencial de Goya, que cala ojos, vibratos, a la médula espinal, espiritual: “Saturno devorando a su hijo”, o el “Aquelarre”, o ese bello al tiempo que espantoso, “Perro semihundido”, que al día de hoy no comprendo. Por más que lo admiro, no lo entiendo ni comprendo.

La locura del aquelarre en toda la tierra mexicana. Colores oscuros, carcajadas demenciales por doquier, pinceladas majestuosas de locura, tal vez aquí perversas, calculadas por líderes que no creen, a los que no les interesan decenas y más decenas de muertes y despojos humanos. “Lo de menos son los despojos; lo demás son los triunfos electorales”. ¡Esos son nuestros políticos, nuestros artistas, los colores mexicanos del 2023!

Nosotros somos el ganado listo a ser sacrificado para crear color, color de muerte y dolor, pero aun así arte necrófilo. Reprimo en la calle mi sentir, para que no me digan “conservador”, vende patrias, o qué se yo.

 

El Color de la Violencia: Aún hay Más

Colores de selva, de altos y sierras de suma belleza; convertidos en tiraderos, fosas clandestinas, destrucción de selvas de vital importancia para nuestra subsistencia, que las violan, las asesinan los militares, para que circule un maldito tren, negocio redondo para ellos y sus jefes máximos, aunque acaben con México.

 

Danza Macabra

Muertos, acribillados, asesinados, fusilados, qué más da. Todo por el triunfo de la 4T. Los pobladores huyen, regresan disque bajo protección de fuerzas armadas. Estas se retiran y vuelve la matanza.

 

Pueblos nobles, ¿ingenuos? ¿idiotas? Pregunto

Color turquesa de ríos, esteros cancelados, matados para el trenecito del señor. Ríos rojos con blanco de sangre que circula por sus avenidas, como en poblaciones, sierras, ciudades.

Mientras. Mundo de Juguete. Como aquella telenovela del canal de las estrellas. Digo. Asesinatos, casi nulas judicializaciones, mejor quemarlos en caliente, que procesos tediosos de ley.

 

Erlkönig

El rey de los elfos o alisos, que Johann Wolfgang von Goethe lo lleva a un poema terrible.

El padre con el hijo muerto. Los colores mágicos de la noche, la discusión embrujante entre niño, padre y rey de elfos.  Al niño le, “llegaba el momento” de la muerte. El padre no quería entender ni aceptar, aún cuando el hijo lo advertía porque lo presentía.  El hijo no sabía explicar. El rey advertía al niño.

Colores, ruidos del humor, del caballo, del clima, ruidos de hojas, vientos, ramas de árboles, sangre por morir. El niño al final irremediablemente muere en brazos del padre. En México se repiten decenas de estas escenas cada día.

 

Erlkönig en Palacio Imperial

El Erlkönig en Palacio Imperial afirma que no pasa nada. Lo importante es la evolución de sus corcholatas y el fracaso de la oposición, en especial de Xóchitl. Los muertos… mmm, estaban relacionados con los criminales …

 

México en estado de coma.

¡Patria mía! ¿Qué no escuchas, no me entiendes? Ya llegamos con el médico, responde la Patria. Al llegar al consultorio, la Patria estaba muerta. Rojo sangre. Verde árboles, hojas. Gris de viento y oscuridad con luna en cuarto. Grises con rojo de locura, cinismo, desfachatez, pérdida de toda ética, amoralidad con deformidad demente. Saturno devorando a México. Pregunto, ¿Dónde están los millones de mexicanos patriotas que lo impidan? Como loco de la casa, grito, imploro, nadie escucha. Hacen cuentas para ellos. México, que se las arregle solo. Tal vez ya no existe.

 

Todos dan Asco

Colores fétidos, grises con manchas de estómagos revueltos. Corcholatas de vómito. Opositores nauseabundos. MC prostituto, al mejor postor. Al final, ¿Y México? ¿Quién piensa en México, en 130 millones? Pueblos hediondos por sangre. Perros solitarios. Sicarios y narcos adueñados. Jefes máximos con mega ranchos…, y nadie dice nada. Millonarios discretos y prudentes. Y, ¿el maldito México?

¿Quién piensa en mi Patria, en mi México? Parece que nos amenazan: “Tiene usted 24 horas para desalojar, o aténgase a las consecuencias”. Mientras en Palacio Imperial, afuera en esa su Plaza, la del Erlkönig, todo es fiesta, color, música, texturas, alegría. ¡Ahhh! ¡Què belleza del regreso del estalinismo, disfrazado de obradorismo, escoltado por su, “seguridad nacional”, que silencia todos los bellos colores del espíritu natural mexicano, que se forjó después de más de 600 años de vida.

 

Colores grises hoy

Espero que muy pronto, este mismo lustro, se retomen los colores, texturas, aromas, vibraciones brillantes, fuertes, como los de Velasco a Atl, Rivera, Orozco, Siqueiros, sin olvidar los colores de Vasconcelos, Ponce, del Moral, Grever, Tata Nacho…

Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 40 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos, impresos, digitales, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor. Efrén Flores nunca ha pertenecido a Partido Político alguno… hasta ahora.