La actualidad está marcada por los lances políticos de cara al proceso electoral del próximo año, en particular llama la atención lo que concierne a quienes aspiran a la presidencia de la república, lo que dicen o callan, hay momentos de aburrimiento, cuestionamientos y reyertas de sus seguidores que le agregan una narrativa esperada a una lucha que inició de manera previsible, ahora hay más discusión.

La confrontación entre Morena y la oposición se agudiza, hay quienes se asumen como poseedores de la verdad, exhiben sus dogmas de fe para agregar un discurso maniqueísta que suele ser cansado porque al final cada cual elegirá por quién deberá sufragar, se entiende que es una decisión personalísima.

En las últimas semanas cobró mayor auge Xóchitl Gálvez, a quien durante días menciona en sus conferencias mañaneras el presidente Andrés Manuel López Obrador, ello significa que la aspirante de la oposición se haya vuelto más popular empero no significa, necesariamente, que tenga un mayor respaldo ciudadano.

Faltan aún muchos meses para saber, valorar y pronosticar que sucederá en los comicios del próximo año, el mandatario actual concentra poder seguramente más que sus antecesores, incluso en otras épocas el presidente priista una vez que se destapaba el candidato de su partido afrontaba una disminución en su liderazgo, la atención se volcaba con el que habría de ser el sucesor; no olvidemos que en aquellos años no había otra opción porque se podía visualizar que no había de otra.

El partido hegemónico durante 71 años consecutivos fue una aplanadora, el asunto era blindar a dicha organización de alguna ruptura, al final había manera de establecer compensaciones para los no favorecidos, es decir fue una familia feliz.

Con el paso de los años se diseñó una etapa de transición a la democracia, en dicho lapso jugaron un papel destacado algunas figuras de la oposición como Cuauhtémoc Cárdenas, Luis H. Álvarez y el recientemente fallecido Porfirio Muñoz Ledo.

Los componentes políticos actuales difieren de los que podríamos observar hace 30 años o más, en nuestro país se tiene la alternancia, aunque las caras de los políticos en su mayoría no revelan novedades, ahí están casi los mismos que en algunos casos mudaron de partidos, se trata de la alineación ya muy vista si hablamos al estilo de un partido de fútbol.

Antes se hablaba de los tapados ahora de las corcholatas, lo cierto es que la política es una opción válida para buscar el poder a través de los partidos que se crearon para alcanzar dicha finalidad por la vía pacífica, es conveniente que se registre una competencia auténtica porque ello enriquece el debate respecto a los temas de nuestra vida pública.

La historia reporta que la lucha por el poder es permanente, lógica y necesaria, en décadas anteriores existía una marcada diferencia ideológica en el periodo de la llamada Guerra Fría, dicha polarización influía para la conformación de partidos de derechas e izquierdas, en la actualidad se vive y padece un esquema pragmático en donde parece que todo vale con la finalidad de alcanzar el triunfo electoral.