Para detener los flujos migratorios en la frontera México-Estados Unidos se ha recurrido a mil y un alternativas…perros vigías, cámaras que registran el calor, drones, aparatos de visión nocturna, por sólo citar algunas pero la imaginación (por decirlo de forma elegante) da para mucho más y ahora el gobernador texano recurrió a poner boyas en el Río Bravo.

A principios de julio, el polémico Gregg Abbott, ordenó la instalación de unas boyas de color naranja con unas filosas navajas en la parte ubicada bajo el agua, cada una de ellas de tamaño de una bola de demolición a lo largo de un kilómetro aproximadamente en el Río Bravo.

El gobierno texano implementó una estrategia, no probada, para disuadir a los inmigrantes a lo largo de la frontera estadounidense ya fortificada en amplios tramos con altas vallas de acero y alambre de púas. La instalación de las boyas en el Río Bravo ha llevado a Texas a un nuevo enfrentamiento con el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden sobre la inmigración en los 1,930 kilómetros de frontera del estado con México.

Y bueno, la administración Biden por medio del Departamento de Justicia ha pedido a un tribunal federal que ordene a Texas retirar las boyas alegando que la barrera genera problemas humanitarios y medioambientales a lo largo de la frontera internacional, situación que no le gustó al gobernador quien públicamente ha desestimado la demanda manifestando que el estado que gobierna es autónomo y nadie les puede decir qué sí y qué no.

Incluso esta barrera ha comenzado a generar inquietud entre los vecinos, John Kirby, vocero del Consejo de seguridad de la Cada Blanca señaló…” claramente no es algo que esté ayudando. Pero no puedo confirmar que haya habido un impacto directo en las relaciones diplomáticas con México”, pero las quejas gubernamentales seguramente comenzaran.

Esta batalla legal se produce mientras el gobierno del presidente Biden defiende ante los tribunales una nueva norma de asilo.

Cabe señalar que el martes pasado un juez federal bloqueó la política que el gobierno de Joe Biden considera una forma de controlar la frontera sur y que al mismo tiempo mantiene vías para que los inmigrantes puedan presentar solicitudes de asilo válidas. Sin embargo, esta orden judicial no entrará en vigor hasta dentro de dos semanas.

Y también, México ya presentó acciones por el actuar del gobernador Abbott a través la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena en declaraciones públicas señaló que México envió dos notas diplomáticas al gobierno estadounidense, donde manifiesta su desaprobación sobre la instalación de boyas en la frontera, como una forma de frenar la migración.

La canciller incluso y de manera aparentemente accidental destacó la problemática que se vive en el mismo país, ya que, el mismo Departamento de Justicia de Estados Unidos está en contra de la decisión del gobernador de Texas.

Es por este motivo que el gobierno mexicano solicita información sobre la situación en el país, puesto que también informó que se están construyendo terraplenes que provocan obstrucción y desviación del flujo del río.

Esta nueva barrera acuática, está conformada con boyas plásticas de casi un metro de diámetro con un revestimiento de púas que se encuentran unidas con cuerdas con una aleación de materiales y que, flotan en aguas del Rio Bravo para marcar la línea fronteriza entre México y los Estados Unidos.

Estas boyas forman parte del programa “Lone Start” en busca de combatir la migración sin documentos y que incluye el traslado masivo de los “detenidos” a ciudades “santuario” en diversas regiones del centro y norte estadounidense. El gobernador Abbott impulsó una estrategia mediática basada principalmente en las imágenes de la maquinaria en los momentos en que descargaban las boyas en las cercanías de El Paso y Eagle Pass.

El motivo principal de estas acciones de Abbott no es detener el flujo migratorio, lo que realmente está buscando es sumar más simpatizantes para alcanzar la candidatura republicana para la contienda presidencial de noviembre del próximo año. Los migrantes que llegan por miles y millones, es lo que menos le importa.

Esta misma estrategia electoral, con distintas acciones se repite también en Florida, donde su dirigente estatal Ron DiSantis, también busca la simpatía de los votantes para llegar a la representación republicana ante las urnas en busca de llegar a la Casa Blanca.

Faltan 16 meses para las elecciones presidenciales estadounidenses y seguramente veremos más acciones “ingeniosas” en contra de los migrantes, con el objetivo real de no detener este fenómeno social sino sólo para conquistar la voluntad de nuevos electores.

Esta lucha por alcanzar la candidatura republicana realmente puede causar un conflicto entre naciones, ya que las boyas, han comenzado a desplazarse hacia territorio mexicano al no estar ancladas en territorio estadounidense y bueno, estas acciones, puede ser encuadradas en los rangos de la intromisión y hasta de espionaje.

Por avanzar posiciones políticas que lo lleven a la Casa Blanca, todo… estará pensando Greg Abbott.

Atentos.

@lalocampos03