Los medios de comunicación y la política estadounidense están construyendo una nueva relación en la que se mezclan las nuevas variables en el proceso de comunicación. La era digital, sin duda, ha sido un punto de quiebre en esta relacion.

Las plataformas digitales, las redes sociales y en general el internet, facilitan la: producción, diseminación y el intercambio de contenido en general particularmente en lo político, ya que permiten la interacción y la colaboración de los usuarios.

Estos nuevos espacios de comunicación intangibles han evolucionado a lo largo de las tres últimas décadas de una forma exponencial, incluso su desarrollo transita por las rutas de lo novedoso e incluso de lo inesperado. Estos nuevos espacios de discusión han logrado modificar de manera radical las formas en que funcionan las instituciones gubernamentales y cómo se comunican los líderes políticos.

La comunicación digital aceleró la forma de relacionarse e incluso de interactuar con la política y sus diversos actores han venido redefiniendo el papel de los periodistas. Esta relación ha influido enormemente en cómo se disputan las elecciones y cómo han cambiado la forma en que los ciudadanos se implican en la política.

Hoy los medios de comunicación anteriores al internet, tales como los: periódicos, radio y la televisión viven acelerados cambios en busca de una más amplia aceptación social, coexisten con las plataformas, redes sociales y en general con espacios digitales que lucen ágiles y dinámicos.

Mientras los medios tradicionales mantienen formatos relativamente estables, la lista de novedades incluyen páginas web, blogs, plataformas para compartir vídeos, aplicaciones digitales y redes sociales, que rápidamente se expanden incluso de forma innovadora. A los medios de comunicación de masas diseñados para difundir noticias de interés general a un gran público, se les han unido fuentes especializadas que difunden noticias selectivamente a un número limitado de usuarios.

Los nuevos medios pueden incluso eliminar la función de los “editores” en su concepto tradicional para alcanzar una comunicación directa, pero, esto a costo de una inestabilidad e imprevisibilidad en el proceso de comunicación política.

Sin embargo, dentro de esta diferente manera de relacionarse entre la política y los medios, hay acciones que influyen y marcan agenda pero sobre todo, dejan ver la fortaleza e importancia de los llamados hoy en día medios tradicionales. Tan es así que las sorpresas en estos tiempos electorales en los Estados Unidos no dejan de sucederse, hoy quiero detenerme en un hecho sorprendente en la política y en los medios de comunicación, la entrevista hecha a Donald Trump en la cadena noticiosa CNN.

Un hecho que representa un cambio en la política editorial de una de las empresas de comunicación más importante a nivel mundial.

El pasado 11 de mayo la periodista Kaitlan Collins considerada una entrevistadora dura y conocedora, se reunió durante 70 minutos con un hombre al cual, en repetidas ocasiones le ha cerrado espacios noticiosos. En esta reunión Collins hizo una verificación de hechos a Donald Trump durante un foro en vivo.

Esta entrevista, entre el expresidente Trump y una de las más destacadas periodistas, generó un cúmulo de comentarios y no sólo durante la poco más de una hora, sino que incluso en los días posteriores.

Y cómo no, si la periodista le dijo al expresidente… “La elección no fue manipulada, señor presidente, no puede seguir diciendo eso toda la noche”.

A pesar de estas y otras frases similares Trump siguió en lo mismo y con frecuencia ignoró o interrumpió a Collins durante toda la noche mientras desataba una andanada de desinformación sobre el país, que es en lo que una gran parte del Partido Republicano sigue creyendo.

Trump mostró ser una máquina de mentiras profesional que disparó falsedades a un ritmo rápido mientras usaba su bravuconería para abrumar a Collins, intentando arrebatarle el control del escenario en algunos puntos del foro en vivo.

Hasta donde ha trascendido Trump mintió sobre las elecciones del 2020, simplemente no se hizo, ni se ha hecho responsable de la insurrección del 6 de enero que esas mismas mentiras incitaron, pero además, se burló de las acusaciones de violación sexual de E. Jean Carroll, de las que un jurado lo encontró responsable recientemente.

Y sobre las elecciones del 2020 Collins lo cuestionó desde diversos ángulos, pero Trump no se salió de lo que ha repetido infinidad de ocasiones, “que le robaron la elección”, pero la periodista contraatacó…”la elección se ha mostrado, no fue robada y hoy podemos decir que no estuvo amañada” y concluyó este tema señalando que… “no hay evidencia de las mentiras que ha diseminado en el escenario”.

Nada fácil fue este encuentro para ninguna de las partes, pero para los televidentes, los políticos y los estudiosos de los medios sin duda fue un avance muy importante, ya que, las partes mostraron flexibilidad, CNN en busca de mantener audiencia y Trump en busca de mayores simpatías que se traduzcan en votos.

Lo sucedido el 11 de mayo, aún sigue y seguirá dando mucho de qué hablar, esto a pesar del nuevo espacio de convivencia mediática, donde la lucha para bien de todos nosotros sigue siendo la búsqueda de nuevos y mejores contenidos.

@lalocampos03