¿Por qué en 2018,  AMLO hizo senadores a Germán Martínez y a Lilly Téllez y diputada federal a Gabriela Cuevas? No hay que darle muchas vueltas: lo hizo porque quiso y porque convenía a sus intereses en ese momento.  Simplemente se dio el gusto de sumar a sus filas a personajes que en el pasado reciente fueron furibundos opositores a su arribo al poder.

AMLO quizá pensó, como ocurrió en otros casos,  que serían contagiados por la vehemencia del converso. Eso no ocurrió. Gabriela Cuevas prácticamente desapareció de la escena política. Germán Martínez y Lilly Téllez muy pronto voltearon bandera y se convirtieron en rabiosos opositores a López Obrador. Sin rubor alguno dieron la espalda a quién los llevó a esos puestos de poder. Ninguno de ellos hubiera ganado por sí solos un escaño en el Senado.

¿Lilly Téllez y Germán Martínez traicionaron a AMLO? No, lo que hicieron simplemente está en su naturaleza. En Morena lucían acartonados con una camisa de fuerza guinda que les impedía expresarse. Fuera de Morena se expanden como pavorreales.

En una primera imagen, ambos aparecen como rabiosos opositores del gobierno. Si se mira con mayor atención o mejor dicho se abre la toma y se intenta ver completo el panorama, en donde están le son más útiles a AMLO que en las filas de su partido.

Más te ayuda quien señala tus errores y excesos, que quien te alaba todo el tiempo. Uno de los mayores problemas de los hombres de poder es que se rodean de aduladores, miedosos y mercenarios, los creadores de chismes e intrigas, que alejan al poderoso de la realidad.  Germán Martínez es abogado, agudo polemista y buen orador. Ayuda mucho al Presidente al señalar decisiones que atentan contra la gobernabilidad, estabilidad y violación de derechos o incluso de desplantes o torpezas de sus colaboradores.

Lilly Téllez le da voz y rostro institucional a la extrema derecha. Lo cual es positivo porque se convirtió en una válvula de escape a las tensiones sociales y al rencor acumulado en esos grupos. Sin una voz así en el Senado, dichos sectores buscarían expresarse de formas alternas a la tribuna legislativa, a los medios de comunicación o a las redes sociales. Por supuesto que Lilly Téllez tiene excesos verbales y su discurso está cargado de odio, pero también con orgullo se declara vocera de la derecha moderna, expresa su franca oposición a varios temas como el aborto y el lenguaje incluyente. Además promete meter a la cárcel a AMLO,  lo cual es el sueño dorado de esa extrema derecha.

El problema es que la soberbia consumió a estos dos personajes. La popularidad los mareó. No   entienden el papel que les corresponde jugar en esta coyuntura. Pensaron que podrían ser candidatos de la oposición a la Presidencia de la República. ¡Ternuritas! Ambos recibieron un bañó de política real. El procedimiento que decidieron las dirigencias del PAN, PRI y PRD los dejó fuera y decidieron no participar. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

@onelortiz.