Los partidos políticos se fundaron para alcanzar el poder, constituyen una vía legítima y pacífica para lograr tal propósito, además son imprescindibles en un régimen democrático que toma distancia de cualquier esquema monolítico, más bien se estimulan voces discrepantes que rubrican la diversidad.

Seguramente en muchos casos lo que se discuten son los modos en que los partidos políticos se organizan y diseñan sus estrategias para alcanzar el poder como causa última, en nuestro país los partidos están en el trance u odisea de llegar fortalecidos al próximo año en que se renovarán las representaciones populares.

Algunos partidos en México ya no cuentan con numerosos referentes, evidencian su declive, además de una evidente pobreza ideológica que ha sido casi borrada y ello ha mermado su identidad. Digamos que lo verdaderamente importante es ganar comicios como sea, todo ello bajo un marco maquiavélico que se traduce en la obtención del poder como sea.

Morena y sus aliados, Va por México con sus respectivos partidos también; han definido qué hacer para lograr sus respectivas nominaciones que buscarán la primera magistratura de la nación.

Hasta el momento no hay proyectos necesariamente, si hay mucho ruido, expectativas y apuestas ante un evidente vendaval de encuestas.

En su momento será necesario escuchar planteamientos serios para el abordaje de los grandes temas que están latentes, por ejemplo el tema de la seguridad, combate a la impunidad, crecimiento económico, la emigración, asuntos de salud pública y una lista que aumenta porque las insuficiencias saltan a la vista y demandan una atención seria, más allá de la diatriba y  las descalificaciones cotidianas.

Ello implica la construcción de políticas públicas, la apertura de los actores políticos porque ni lo saben todo y además es un ejercicio democrático escuchar todas las voces, de no hacerlo se corre el riesgo de que impere la soberbia y el autoritarismo.

Es temprano para predecir cómo serán las elecciones con todo y algunas tendencias reiteradas que sitúan a Morena como el partido favorito, en su momento se medirá la participación que debiera ser copiosa porque es un instrumento de legitimación, la suma de las voluntades son la principal fortaleza de la democracia y la nuestra necesita madurar.

Por ello insistimos que más allá de las recomendaciones de los mercadólogos que le apuestan más a los asuntos emocionales para conseguir los votos, se necesitan auténticos proyectos de nación que se vertebren sobre las necesidades de la población porque la actualidad ha coloreado de rojo el mapa de México con los cuantiosos homicidios dolosos y una impunidad insultante que socava la certidumbre para fortalecer la zozobra.

Hacen falta propuestas creíbles en temas fundamentales como lo es el de la educación pública que es un elemento imprescindible si hablamos de la toma de conciencia.

Lo mismo sucede con el tema de la cultura, este es un rubro regularmente castigado en términos del presupuesto en los gobiernos de todos los niveles, al hablar de recortes de recursos es uno de los más afectados.

Nuestro país necesita de proyectos, voluntad verdadera y el armado de políticas públicas que se constituyan como el eje de la recuperación en diversos campos que hoy lucen erosionados.