Para Jane Friedman la sorpresa fue mayúscula al encontrar en Amazon, que se está convirtiendo en una distribuidora de libros impresos y electrónicos más importantes del mundo, encontrar dos obras con su nombre como autora. Al solicitar a la plataforma que bajará dichos textos, pues ella no los había escrito, la respuesta la decepcionó, ya que pidieron que demostrara que tenía los derechos de autor de su nombre, motivo por el cual rechazaron remover los títulos que señaló.

Friedman es una autora que ya tiene varios libros en su haber, pero lo que más la sorprendió al investigar quien estaba detrás de tales textos, fue descubrir que ambos fueron escritos por una Inteligencia Artificial, con lo que alguien con poco esfuerzo podría empezar a ganar dinero al distribuirlos con una plataforma como la que mencionamos al inicio de este espacio.

Así, empezamos a ver que gracias a esta tecnología es posible crear obras literarias y como no hay manera de comprobar que el autor es quien dice que es, pues podríamos ver de nuevo libros de autores que han fallecido, pero que permiten hacer negocio con esto.

Y esto es parte del impacto que está teniendo la Inteligencia Artificial en nuestra sociedad, algo que parece que no sólo nos sorprende, sino que se trata de algo para lo cual no estamos preparados por su rápida irrupción en nuestras vidas.