En esta colaboración propongo a la señora Xóchitl haga una gira por todo el territorio nacional para agradecer a los mexicanos por haberla preferido. Ya se posesionó del micrófono, lo aconsejable es que no lo suelte. La gira es un buen pretexto para no hacerlo. No es algo descabellado. Paso a explicarme:

Las sorpresas: AMLO, como no la esperaba, ante el triunfo de doña Xóchitl Gálvez, como candidata del Frente, no reaccionó rápida ni adecuadamente. Tampoco esperaba los discursos ante el Congreso de la Unión y en la Columna de la Independencia; éstos lo dejaron anonadado y a los morenos aterrorizados. Los “agarro fuera de lugar”.

En el recinto parlamentario, ante el posicionamiento de la señora Gálvez, los legisladores de Morena, ayunos de argumentos, optaron por retirarse. Dieron la espalda a la enemiga. AMLO, ante el discurso de la señora Gálvez frente al Ángel de la Independencia, optó por llevarse la noticia recurriendo al expediente de estrenar el flamante e inconcluso Ferrocarril Peninsular. En el pecado llevó la penitencia: se le descompuso el tren en el momento más inoportuno. Es de suponerse que su precipitación hizo que muchos militares fueran arrestados.

Se trató de otro estreno precipitado para llamar la atención sobre su persona. Se le acabaron las argucias; los argumentos nunca los tuvo.

Ante dos hechos inesperados: los dos discursos, AMLO ciertamente hizo algo más; no fue lo que esperaba de él; lo que hacía en sus buenos tiempos, cuando AMLO era AMLO. Repito: Todo por servir se acaba y acaba por no servir. Es el caso. No hubo respuesta. Rectifico, la hubo: un gran festejo familiar de quince años; como los que hacen los fifís, los aspiracionistas, los conservadores y demás malandrines. Ese acontecimiento puso en evidencia que el triunfo de la reacción moralmente sí es posible en los actuales tiempos y en las presentes circunstancias.

Al parecer es cierto que Morena trató de interferir en el proceso de selección de la candidata del Frente. AMLO prefería a doña Beatriz para enfrentarla a su “gallina” Claudia Sheinbaum. Vio a doña Beatriz con bastón; la juzgó por su físico y se dijo a sí mismo: De aquí soy. Se equivocó doblemente; la señora Paredes no es una tullida ni un costal político a quien golpear. Lo hecho, hecho. Salió doña Xóchitl. Ni modo don AMLO, tendrá que recapacitar; va a llegar a la conclusión de que se equivocó en su selección, la que tomó bajo el expediente de una supuesta consulta. Visto los espolones de la hidalguense, sobre la marcha va a tener que cambiar su decisión.

 

Un recorrido de agradecimiento

Es propio de todo ser humano el ser agradecido; la señora Xóchitl Gálvez, ha demostrado ser una toda una dama y, además valiente. No estaría demás que también sea agradecida.

Ahora que ha sido declarada coordinadora de los partidos que integran el Frente, no le faltan razones para seguir en campaña de aquí hasta el último día del mes febrero de 2024. Ahora, lo aconsejable, es que recorra todos los estados de la República para agradecer el apoyo que los ciudadanos le brindaron para serlo. En esa empresa, de paso, se da a conocer de más electores y se puede ir enterando de los problemas particulares que aquejan a los mexicanos en función de las regiones que visite. Hablando directamente con ellos, puede ir substituyendo a AMLO como interlocutor.

En la práctica morenista y sobre todo el en proceder de AMLO, el hacer un recorrido por el territorio de la República mexicana para agradecer a la ciudadanía su apoyo y simpatía, nunca ha sido acto de campaña. La gente debe ser agradecida y, mucho más, como en el caso de la señora Gálvez.

La señora Xóchitl en los próximos días, en el recorrido por toda la República que aquí aconsejo, realizaría la campaña política que Claudia Sheimbaum y los pre candidatos de Morena hicieron durante los pasados cinco años. Sin adversario al frente, debe recorrer, en lo posible, todos los grandes y medianos municipios de la República. Digo los grandes y medianos por cuanto a que a que no le alcanzaría el tiempo para recorrer todos.

En el recorrido por toda la República la señora Gálvez, dada la urgencia que hay, debe elaborar unos cinco o seis programas o propuestas que ofrecer a la ciudadanía y no gastar tiempo en buscar nuevos modos para cada foro. AMLO, durante sus campañas, siempre repetía los mismos temas, sin importar los auditorios. Lo digo por experiencia propia. Me tocó acompañarlo en los mítines que en 2005 realizó en varias ciudades del estado de Morelos: Cuernavaca, Puente de Ixtla, Yautepec y Tepoztlán, recuerdo claramente que en todos ellos repetía lo mismo.

Doña Xóchitl debe arrebatarle el micrófono a AMLO. Para que no diga que es copiona, debe inventar, no unas “Mañaneras”, que ya existen, sino unas·¨Tardecitas” o unas ”Nochecitas” y hacer llegar a los electores un mensaje antes de que se duerman. Eso sería trabajar con el subconsciente de los ciudadanos. Lo anterior supone que urge que le arrebate a AMLO el micrófono. Eso no lo podrá hacer la candidata de Morena, por el respeto que le tiene a su jefe.

No sería una novedad que la candidata del Frente lo haga. En el estado de Guerrero, para festejar el cumpleaños de alguien, se cantaban “Las mañanitas”; pero sí el día ya estaba avanzado, también se cantaban “Las tardecitas” o ¨Las nochecitas”, según el caso. Ignoro si en la actualidad subsiste la costumbre.

Doña Xóchitl puede tener la seguridad de que los medios le irán haciendo un espacio, que pueda convertirse en habitual, conforme vaya avanzando la campaña. De obtener el triunfo, llegado el momento, deberá resolver si sigue con la práctica de hablar a los electores todos los días. Muchos de los dueños de los diarios, de los canales de tv y radio y el público, en general, están hartos de la verborrea de AMLO.

En ese contexto, el papel de Xóchitl pudiera ser más fácil. No tiene un amo a quien atender, ordenes que obedecer, inválido a quien cuidar y ni un superior con quien quedar bien.

Algo importante: como AMLO, para defender a su espantada “gallina”: Claudia Sheinbaum anda buscando pretexto para meter a la cárcel a doña Xóchitl, lo aconsejable es no que pida licencia al cargo de senadora que desempeña. Que se dé tiempo para asistir a las sesiones, cuando menos a pasar lista, como lo hacen muchos. Si siguen las sesiones vía zoom, las cosas se le presentan más fáciles. En esto no debe hacerle caso a Gerardo Fernández Noroña. Él la quiere ver sin inmunidad, para que AMLO esté en posibilidad de entambarla, sin necesidad de agotar el proceso de declaración de procedencia.

Llegado el caso, doña Xóchitl debe tener presente que un desafuero es un escenario ideal para hacer propaganda en grande y a nivel nacional. Muchos estaríamos día y noche afuera de su prisión exigiendo su libertad. Llenaríamos todo el país de leyendas: “Presos políticos, libertad”, “Libertad a Xóchilt”, como lo hicimos en la década de los 60, con David Alfaro Siqueiros, Filomeno Mata y Demetrio Vallejo. Usted, mi querida Xóchitl, como Madero, saldría de la cárcel a la presidencia de la República.