El virus del Covid-19 se fortalece y en los Estados Unidos, ha despertado la atención de los Centros para el Control y la prevención de Enfermedades (CDC) por el incremento nuevamente en los contagios e incluso de fallecimientos.

Y el gobierno de Biden, no quiere llegar a los terrenos del 2020, el martes pasado un grupo de asesores de los CDC anunciaron que 2 nuevas vacunas contra el Covid-19 fueron aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y recomendaron también las vacunas reformuladas desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna, la cuales anunciaron estarán listas para su aplicación la próxima semana para todas las personas a partir de los 6 meses de edad.

La ruta que había seguido el virus rumbo a la baja simplemente cambio y este 2023 volvió a repuntar, simplemente evolucionó y mutó, reportan los especialistas gubernamentales de los CDC.

Hasta mediados de septiembre se han detectado más de 20 subvariantes diferentes y con ello la inmunidad de la vacuna igualmente se redujo.

Las autoridades de salud estadounidenses señalan que poco más de 20 por ciento de la población recibieron el refuerzo anterior, una vacuna bivalente que llegó el otoño pasado y que fue diseñada para brindar protección contra el virus original, así como contra las subvariantes de ómicron BA.4 y BA.5. Y explicaron que, aunque algunas partes de nuestro sistema inmunitario tienen buena memoria, los anticuerpos que ayudan a prevenir las infecciones disminuyen de manera importante en cuestión de meses.

Las vacunas reformuladas contra la Covid-19 pueden ayudar a combatir mejor el último grupo de subvariantes que circulan en Estados Unidos y esto es lo que hay que saber antes de descubrirse el brazo ante la aguja.

Las voces expertas de los médicos, epidemiólogos y en general de los estudios del Covid-19 señalan que las últimas vacunas de ARNm desarrolladas por Pfizer y Moderna son monovalentes, lo cual significa que están diseñadas sólo para proteger contra una variante: la XBB.1.5, una nueva descendiente de ómicron que apareció a principios de este año.

Aunque la variante XBB.1.5 ya no es la versión predominante en circulación, investigaciones preliminares han demostrado que, de todas maneras, las nuevas vacunas deberían brindar protección contra la variante EG.5 que es la predominante en la actualidad, así como otras variantes que han provocado cierta inquietud entre los científicos como la BA.2.86.

Un estudio reciente de la Universidad de Columbia firmado por el virólogo David Ho, señala que los datos procedentes de algunos laboratorios académicos indican que los pacientes infectados con XBB.1.5 que aún no han recibido la vacuna, habían desarrollado suficientes anticuerpos neutralizantes como para “gestionar de manera adecuada” las versiones actuales del virus. “Creemos que eso sería equivalente a recibir la vacuna basada en la XBB1.5”.

Lo cierto es que los casos de contagio por el virus del COVID 19 vuelven a elevarse en diversos puntos de los Estados Unidos, las hospitalizaciones aumentaron casi un 16 por ciento del 20 al 26 de agosto pasado, según reportes de los Centros para Control de Enfermedades (CDC) en las dos primeras semanas de agosto, las hospitalizaciones crecieron entre un 18 y un 24 por ciento en tanto los fallecimientos alcanzaron ya los 2 dígitos.

En Texas, las variantes XBB y XBB.1.5 constituyeron la mayoría de los casos en la más reciente escalada de verano. A nivel nacional la cepa EG.5 está impulsando el aumento de casos.

De acuerdo con información del mismo gobierno, vía los CDC, esta variante (EG.5,) también conocida como Eris, representó casi el 21 por ciento de los casos de COVID-19 en la tercera semana de agosto.

Los datos duros nos permiten ver el comportamiento del virus y los nuevos contagios y fallecimientos alcanzados. Entre el 20 y el 26 de agosto pasado, se produjeron 17 mil 418 hospitalizaciones en todos los Estados Unidos según los CDC. Esta cifra queda lejos de las más de 100,000 internaciones diarias que se produjeron en varias ocasiones durante 2021 pero la llamada de atención está y no hay que ignorarla.

Las vacunas contra este virus, sin duda que han servido, pero parece que tendremos que aprender a vivir con él. Los contagios generan síntomas más leves en la mayoría de los casos, pero no por ello debemos bajar la guardia.

Los médicos han sido muy claros, la mayoría de las personas que llegan a contagiarse y que han necesitado hospitalización tienen enfermedades preexistentes o han estado “inmunocomprometidos”, lo que los hace más susceptibles a enfermedades graves.

Según reportes de los CDC las nuevas cepas del virus han sido menos graves que las que circulaban al principio de la pandemia en 2020.

Hasta la semana pasada la administración Biden había aplicado 672 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19, según datos de la Universidad Johns Hopkins.

Los avances están por llegar en estos días según han manifestado los voceros de los CDC y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), quienes dicen que las nuevas vacunas reforzadas podrán enfrentar las nuevas variantes, con lo que se esperan menores contagios.

Lo cierto de todo esto, es que los contagios en mayor número han regresado e incluso las defunciones, pero los científicos están en una mejor posición ya que conocen como está conformado este virus y las vacunas han sido ya desarrolladas, ahora toca a la ciudadanía cumplir con algunos requisitos como: el lavado de manos, evitar las aglomeraciones y continuar con el uso de gel antibacterial para evitar un resurgimiento importante del este virus.

@lalocampos03