Por fin despierta el México de la ciudadanía, no como el México Bronco y rijoso, sino como uno plenamente democrático que hace uso de su  poder de convocatoria para arropar a su futura candidata que llevará el triunfo en las elecciones presidenciales del año próximo, a Xóchitl Gálvez, mujer admirable con una voluntad de hierro, que supo  desde su infancia abrirse camino frente al mundo para llegar a abrazar sus sueños; mestiza de origen ñañú (otomí) de una comunidad del municipio de Tepatepec del Estado de Hidalgo, de donde salió con una beca para cursar sus estudios en la UNAM la carrera de Ingeniería, una vez titulada fundó dos empresas: High Tech Services, dedicada al desarrollo de proyectos de alta tecnología dirigidos al diseño de edificios y áreas inteligentes, ahorro de energía, automatización de procesos, seguridad y telecomunicaciones y,  la empresa OMEI, dedicada a la operación y mantenimiento de infraestructuras inteligentes. Fue  Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en el gobierno de Vicente Fox.  En 2010, candidata a la gubernatura de Hidalgo, elección que no ganó, y en 2015 fue electa por tres años como Jefa delegacional de la Alcaldía Miguel Hidalgo de la Cd México. Desde el  2018 es Senadora Plurinominal por el PAN.

Hoy día en México, después de casi  cinco años de este gobierno,  nadie puede negar que el gobierno de Morena es una mala copia del régimen autoritario del viejo sistema político revolucionario, de predominancia de un partido casi único, del viejo PRI;  ahora con Morena en el gobierno cuyo líder y militantes niegan a los mexicanos poder vivir en  un régimen democrático, con instituciones y actores plenamente definidos y legitimados, sin querer entender que para que exista una democracia, se requiere de auténticos demócratas que nos hacen falta.

Esta reflexión, la estimo útil, porque hoy escuchamos voces que daban por muertos y enterrados al PRI y al PAN y por supuesto al PRD, frente a una corriente que propugna por las candidaturas independientes, las que finalmente enriquecen el sistema político obligando a los partidos constituidos a dejar viejos vicios y a enmendar errores. Por fin los dirigentes de los tres partidos de oposición dejaron a un lado sus intereses personales y de grupo, para establecer una alianza que junto con la Sociedad Civil Organizada, tenga la fuerza suficiente para hacer frente al partido en el poder y de esa manera buscar el triunfo en las elecciones federales del 2024.

El impacto que Xóchitl Gálvez ha tenido, principalmente en las redes sociales y en los medios de comunicación devuelve la esperanza a los mexicanos en general y a los opositores al partido en el poder, la futura candidata atrae por su frescura, su lenguaje sencillo, y su independencia de los partidos políticos que la apoyan y por su innegable determinación y tenacidad en lograr alcanzar sus objetivos

Reconocer nuestro pasado milenario precolombino, la riqueza de las culturas originarias, la herencia hispánica, la riqueza de nuestro mestizaje, así como, el legado del liberalismo y la revolución; es importante porque a partir del conocimiento de nuestro pasado, podremos entender el presente y construir un mejor futuro para todos los mexicanos. El llamado de la sociedad es a construir un futuro promisorio, hacerlo sin enconos, ni discordias, a privilegiar lo que nos une y a debatir con serenidad lo que nos divide. A construir consensos, a priorizar los acuerdos, a hacer a un lado las mezquindades y los intereses facciosos personales y de grupo.

La nueva etapa histórica que queremos para México es una democracia probada, con Instituciones sólidas y procesos electorales confiables, con estabilidad macroeconómica y  finanzas públicas sanas, que sirva de plataforma para detonar el crecimiento y desarrollo. Resulta singular y relevante asumir el compromiso de disminuir la pobreza, en especial la alimentaria. Pobreza inadmisible que no podemos permitir que subsista y debemos emprender una gran cruzada nacional para combatirla.

Otro tema a resaltar es que quien gobierne asuma el compromiso de escuchar todas las voces de la sociedad, que al gobernar lo deberá hacer  abiertamente, hablar con la verdad. Queremos un gobierno facilitador, que pueda escuchar la pluralidad, cercano a la gente,  ejecutor de  acciones que respondan a las mejores propuestas de todos los mexicanos. Lo anterior, no es menor, cuando lo “normal y cotidiano de este gobierno” ha sido el establecimiento de un gobierno autócrata, ciego, sordo y mudo a las demandas sociales.

El próximo gobierno también deberá de retomar el liderazgo internacional y regional que México ostentaba como resultado de una Política Exterior de Estado que basada en principios jurídicos, valores éticos y dignidad republicana colocó a nuestra Nación como la voz a escuchar en nombre de la justicia, los derechos humanos y equidad en la resolución de los conflictos internacionales.

Ahora el reto para los mexicanos es el de adoptar una cultura democrática de participación ciudadana de apoyar a la o el candidato que consideremos que cuenta con el perfil más idóneo para gobernar, cuya forma de pensar y de hacer son congruentes con los ideales de todos los mexicanos, y que nos comprometamos de convencer a  las personas de nuestro entorno de participar el día de la elección para vencer el abstencionismo.