La demanda de alimentos en el mundo y el cuidado de la tierra requieren de un cambio de paradigma en la forma en la que la producción agrícola tradicional se ha llevado a cabo a lo largo de los años. Anualmente se pierden millones de toneladas de tierra fértil por erosión, lo cual pone en riesgo la alimentación de generaciones futuras.

Transitar a un modelo de producción de alimentos que sea sustentable y sostenible es posible gracias a la sensibilización de todos los actores involucrados en la necesidad de buscar la forma de hacer diferente las cosas.

Las nuevas tecnologías, un robusto sistema de medición basado en el análisis de información, un sistema de mejora continua con la revisión ciclo a ciclo para evaluar el avance de las prácticas implementadas; y principalmente y el trabajo colaborativo entre agricultores y empresas de alimentos ha llevado a poner en marcha modelos diferentes de producción agrícola.

 

En esa búsqueda por regresar la salud al suelo se han desarrollado prácticas sostenibles que permiten disminuir los efectos de la agricultura en el medio ambiente y “regenerar al campo” con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, regresando el carbono al suelo retirándolo de la atmósfera para recuperar la biodiversidad; incrementar la actividad microbiana y eliminar la dependencia de insumos químicos.

La agricultura regenerativa considera algunas prácticas sostenibles como: i) reducir o eliminar la labranza de la tierra; ii) dejar parcial o totalmente los residuos de cosechas anteriores en el suelo cubriendo al menos el 70% de la superficie total; iii) mantener raíces vivas la mayor parte del tiempo por medio de rotación de cultivos y del uso de cultivos de cobertura que mejoran la actividad biológica en el suelo, aumentando la materia orgánica y el secuestro de carbono; iv) aplicar dosis óptimas de nutrientes de forma adecuadas, por ejemplo, fertilizantes orgánicos, v) tener un control biológico de plagas; vi) usar sistemas de riego presurizado para reducir el uso de agua.

La implementación de estas prácticas no sería posible sin el compromiso de los agricultores y proveedores para crear sistemas agrícolas más resilientes y regenerativos; ahí es así como Grupo Bimbo ha puesto en marcha un programa que busca empoderar a los agricultores y transitar a un modelo más sostenible.

 

 

En 2018 Grupo Bimbo arrancó el proyecto para impulsar prácticas de agricultura regenerativa en México; de la mano del CIMMYT, que es el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, y de otros aliados, y con el compromiso de los agricultores iniciaron acciones para sensibilizar, capacitar y empoderar a los agricultores y transitar a un modelo más sustentable.

Como parte de su estrategia de sustentabilidad, la cual fue renovada recientemente y en la que la empresa eleva su nivel de ambición, Grupo Bimbo se ha comprometido a que en 2050, el 100% de sus ingredientes clave provengan de tierras cultivadas con prácticas de agricultura regenerativa.

Algunos de los avances de esta iniciativa son:

Al 2022 se han alcanzado 86,000 hectáreas cultivadas con prácticas de agricultura regenerativa. De estas, 9,900 son en México, de las cuales se cosecharon más de 81,700 toneladas de maíz y trigo que mejoran la salud del suelo. Para lograr esto, se han capacitado a 570 productores.

En México, se cultivaron 6,776 hectáreas de trigo en Sinaloa, Sonora y Guanajuato, logrando un incremento del 15% de productividad en el uso del agua comparado con prácticas convencionales; logrando la reducción potencial de 11,925 Ton C02e de emisiones.

En el caso del maíz, en 2022 se cultivaron 3,158 hectáreas en Sinaloa y Jalisco; logrando un 3% de productividad en el uso del agua comparado con prácticas convencionales. Se alcanzó la reducción potencial de 5,000 Ton C02e de emisiones comparado con la agricultura tradicional.

 

 

Además, el proyecto de papa que promueve Grupo Bimbo con los agricultores considera la implementación de rotación de cultivos, reducción de la labranza y cultivos de cobertura. La empresa apoya a sus proveedores de papa a contar con la Certificación Global GAP la cual puede llevarse a cabo en distintos cultivos y garantiza que se están realizando buenas prácticas agrícolas, cubriendo aspectos como inocuidad alimentaria, medio ambiente, biodiversidad, salud, seguridad y bienestar del trabajador, manejo integrado del cultivo y manejo integrado de plagas, gestión de calidad y análisis de puntos críticos de control.

Como empresa global líder en panificación Grupo Bimbo busca contribuir a resolver los grandes desafíos planetarios como el cambio climático, el agotamiento de recursos o la mal nutrición, por medio de las prácticas agrícolas resilientes que se han descrito se mejora la productividad agrícola, y simultáneamente la resiliencia del campo y de los agricultores, garantizando de esta manera sistemas sustentables de producción de alimentos, concretamente los ingredientes clave que usa para la elaboración de sus productos.

Todas estas acciones forman parte del trabajo que Grupo Bimbo llega a cabo desde diferentes frentes para avanzar hacia su compromiso de convertirse en una empresa cero emisiones netas de carbono en 2050.