Lo que es día de fiesta para algunos, en otros es señal de graves problemas. El viernes 15 de septiembre en México es jolgorio nacional: se festeja la Independencia de los mexicanos del imperio español. Originalmente era el día 16 del noveno mes del año. Pero, el general Porfirio Díaz Morí, que nació un día antes, decidió cambiar la fecha para celebrar su onomástico, y así “mataba dos pájaros de un tiro”. San Porfirio de Gaza fue obispo y eremita, en lo que ahora es territorio palestino. Es venerado santo en las comunidades cristianas y católicas desde tiempo inmemorial: la quinta centuria después de Cristo. Simple breviario cultural.

Recordatorio que sirve solo para referir que desde el viernes 15 del mes en curso, la ciudad de Detroit, capital del estado de Míchigan, la vigésima cuarta urbe más poblada de Estados Unidos de América (EUA) está en huelga, dictada por el sindicato United Auto Workers of America (UAW), enfrentándose a los “tres grandes” grupos automotrices de la nación: GM, Ford y Stellantis, que antes abarcaba a Fiat-Chrysler. Denver también es conocida como Motor City y la Automotive Capital of World; el lema urbano escrito en latín: Speramus meliora, resurget cineribus, significa: “Esperamos cosas mejores; Resurgirá de las cenizas”; la urbe tiene fama  de ser el centro de la industria automotriz de EUA; y la cuarta ciudad más grande del país después de Nueva York, Chicago y Filadelfia merced al auge de la industria automotriz desde principios del siglo pasado. Ojalá su lema latino tenga visos de verdad. Más vale que así sea, porque el UAW representa al 40% de los empleados de la industria en la Unión Americana. Uno de los objetivos de la huelga es que los obreros de los vehículos eléctricos formen parte del sindicato. Y no hay fecha para que termine.

Los analistas del movimiento huelguístico de UAW, no se anduvieron con chiquitas. Dijeron que cuando el sindicato de trabajadores automotrices declaró la huelga a primeras horas del viernes 15 de septiembre, “no fue una huelga cualquier. Fue un ya basta”. En concreto, las huelgas de la industria automotriz “siempre son importantes, pero esta lo es en particular”.

David Brooks, en su columna American Curios, titulada simplemente Strike (Huelga), del lunes 18 del mes curso, dice: “Es la primera vez que ese sindicato nacional se atreve a estallar en huelga contra las tres principales empresas automotrices del país, al mismo tiempo…y después ir ampliando si las negociaciones siguen estancadas, y también es un anuncio de una nueva postura más militante”.

“Las demandas del sindicato —agrega Brooks—, al negociar un nuevo contrato colectivo por casi 150 mil de sus agremiados en fábricas de Ford, General Motors y Stellantis son 40 por ciento en incremento salarial en los próximos cuatro años y una semana laboral de 32 horas, ente otras. Implican el fin de décadas de demandas condicionadas por la ofensiva neoliberal, que incluyó el debilitamiento del poder sindical tanto económica como políticamente en este país, al reducir la tasa de sindicalización de Estados Unidos a sólo 10.1 por ciento”.

Rana Fordoohar, en su análisis escrito en Nueva York —Arriesgado, paro laboral en sector automotor de EUA—, explica: “Los sindicatos no pelean solo por unos cuantos dólares. Esta batalla no solo puede determinar el futuro de la transición a la energía limpia en EUA, sino potencialmente el resultado de las elecciones de 2024, y el futuro del Partido Demócrata. Es una batalla que vale la pena, pero también es una batalla muy arriesgada”.

Desde su inicio, los huelguistas no caminaron a tontas y a locas. “Las empresas automotrices, entre otras —aclara Brooks en American Curios—, registraron ganancias récord que aumentaron 65%en los últimos cuatro años, mientras los salarios de sus trabajadores sólo subieron 6% en ese tiempo; de hecho, los salarios reales de trabajadores automotrices se han desplomado en 30% desde 2003, según cifras oficiales. Con esta huelga, Shawn Fain, el nuevo presidente de UAW electo hace seis meses, está dejando claro un hasta aquí. “Este es el momento de definición de nuestra generación. El dinero (de las empresas) está ahí, la causa es justa, el mundo nos está observando”, declaró a sus agremiados poco antes de estallar la huelga. “Es hora de escoger un lado. O estás con la clase multimillonaria o está con la clase trabajadora”.

Por su parte, la 78° secretaria del Tesoro en la administración de Joe Biden, Janet Louise Yellen —anteriormente encargada de la Reserva Federal con el presidente Barack Obama y el propio Donald Trump—, el lunes 18 estimó que era “prematuro” calcular los costos de la huelga en las plantas de los mayores fabricantes de autos estadounidenses. “Pienso que es prematuro hacer pronósticos sobre lo que significa para la economía nacional. Eso dependerá mucho de la duración de la huelga y de quiénes se vean afectados”, concretó la funcionaria a la cadena CNBC. Y agregó: “El punto importante, pienso, es que las dos partes deben limar asperezas”.

Activa en el desempeño de sus responsabilidades, Yellen resaltó que durante la administración Biden “a la industria le va bien y que el Jefe de la Casa Blanca desea que a los trabajadores también les vaya bien. Esperemos que pronto se encuentre una solución”.

Asimismo, la secretaria del Tesoro puntualizó que el activismo laboral del año en curso en la Unión Americana —las huelgas de escritores de guiones y de actores de Hollywood, de empleados en 150 locales de Starbucks y huelgas que se evitaron por poco en United Parcel Service y en los puertos de la costa oeste del país—, ha sido potenciado por un fuerte mercado laboral y una alta demanda de trabajadores.

Mientras las negociaciones siguen su marcha, la calificadora Fitch Rating informó que las armadoras Ford, General Motors y Stellatins cuentan con 160 mil millones de dólares en conjunto para hacer frente a los gastos que ocasionaría el paro.

Indicó Fitch: “Ford cuenta con más de 50 mil millones de dólares en efectivo y capacidad de líneas de crédito, mientras que MG tiene casi 40 mil millones. Y Stellantis con aproximadamente 70 mil millones en divisa estadounidense. También esperamos que la caja crezca rápidamente una vez que llegue a su fin la huelga y se reanude la producción”.

Mientras el problema de la huelga no finalice, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y Janet Yellen coinciden en que aún es difícil evaluar los daños provocados por la misma. No obstante, un análisis de Goldman Sachs valoró que habría pérdidas de hasta 125 millones de dólares semanales para las armadoras.

Alrededor de 13 mil obreros de la UAW están paralizados por la huelga como parte de la acción laboral que afecta a tres plantas de montanea estadounidenses, después de que expiraron los anteriores acuerdos laborales de cuatro años. Y el líder sindical Shawn Fain, declaró que solo hubo conversaciones mínimas durante el fin de semana, “por lo que la pelota está en el lado de las empresas… Nos queda un largo camino por recorrer”. Como gesto de buena voluntad, el sindicato ofreció rebajar sus exigencias a 36 por ciento. Pero, además de salarios más altos, UAW exige semanas de trabajo más cortas, el restablecimiento de las pensiones con prestaciones definidas y mayor seguridad laboral en tanto las automotrices hacen el cambio a vehículos eléctricos. El asunto va para largo. VALE.