Samuel García, quien se dice gobernador de Nuevo León, ante la posibilidad de que el Congreso local le niegue una licencia temporal para separarse del cargo, amenazó con recurrir al TRIFE para que se la conceda. También pretende que, mientras este ausente, ocupe su cargo alguien de todas sus confianzas; no es su mujer, es el secretario general de gobierno. (Reforma, 6 de octubre de 2023, nacional, p. 9).
Como pedirle a Dios: el gober quiere todo. Es hombre de fe, en una de esas se le hace, no importa que sea ilegal. Pudiera salirse con la suya.
En sueños le fue revelado que tiene méritos y edad para aspirar a la presidencia de la República. El mensaje se lo hizo llegar un ángel tabasqueño metido a consejero desinteresado, inocuo y anodino. Corre la conseja de que se le apareció en su casa, en Monterrey. El gober se voló; dio crédito a su sueño; como no da brinco sin huarache, pretende repicar y andar en la procesión: estar en campaña, inaugurar obras inconclusas, seguir gobernando y hacerlo por interpósita persona.
El artículo 116 de la Constitución de la República, establece las bases fundamentales para la organización política de los Estados; lo no previsto, queda a la discreción de los constituyentes locales; éstos, en ejercicio de su autonomía, son los competentes para determinar los requisitos para ser gobernador, conceder licencias a sus servidores públicos, establecer los sistemas y condiciones en que puede operar su sustitución y los trámites a seguir. Se debe entender que regular la materia es facultad privativa del constituyente local y que nadie puede sustituir su voluntad. Así de sencillo.
La Constitución del estado de Nuevo León, en lo relativo a la materia dispone:
“Artículo 98.- Corresponde al Congreso del Estado:
XXI. Nombrar al Gobernador interino o sustituto del Estado, en los casos previstos en esta Constitución;
Artículo 120. El Gobernador no puede ausentarse del Estado por más de treinta días naturales sin autorización del Congreso del Estado o de la Diputación Permanente.
Artículo 122. Si la licencia fuere por más de treinta días naturales o en caso de impedimento del Gobernador debidamente comprobado, el Congreso del Estado o la Diputación Permanente, en su caso, nombrará al ciudadano que se encargue interinamente del Poder Ejecutivo.”
Esas son las normas aplicables en lo relativo a las licencias y sustitución del gobernador. No es admisible pretender aplicar normas diferentes; tampoco procurar que conozcan de ellas instancias diferentes. El Constituyente local es quien tiene, de manera exclusiva, la facultad de disponer los sistemas de suplir las acefalías, temporales o definitivas, que se presenten en la titularidad de los poderes. De conformidad con los textos transcritos es el Congreso local, en aplicación de lo que dispone la Constitución local, el que puede proveer lo relativo a la licencia del gobernador y a su sustitución.
La substitución de un gobernador no es una materia electoral. El Trife carece de competencia para intervenir; no puede: ignorar la normatividad local; pasar por alto a los poderes locales; conceder licencias o proveer lo relativo a la suplencia del gobernador.
Sería violatorio de la autonomía que la Constitución General reconoce al Constituyente local, que el Trife, en substitución del Congreso del Estado, conceda la licencia. Ese tribunal, por sí, no puede ampliar su competencia. La función jurisdiccional del Trife es especializada, está referida a lo estrictamente electoral. Ese tribunal, con base en la circunstancia de que sus resoluciones son definitiva e inatacables, no puede por sí asumir una competencia que no tiene conferida por la Constitución General. La competencia de los tribunales únicamente la determina la Ley.
En esta materia lo dispuesto por la Constitución del Estado de Nuevo León no es contrario a la Constitución General, por lo mismo, en lo relativo a licencias del gobernador, debe estarse a lo que aquella dispone.
Sólo falta que don Samuel García también pretenda que su sueldo y el bono por su buen desempeño le sea depositado en su cuenta bancaria o entregado su señora esposa.
Samuel García no se ha querido dar por enterado de que lo están chamaqueando. Como AMLO está preocupado por razón de que su gallina, a pesar de las encuestas y del dinero que le están invirtiendo, no levanta, no quiere correr riesgos; lo aceleró para que le quite votos a doña Xóchitl Gálvez, la precandidata del Frente.
Dante Delgado, que es un viejo lobo de mar, para detener al ambicioso gober, también ha mostrado interés en figurar como candidato. El mensaje es: “Ni se te ocurra, no te muevas, primero yo y después ya veremos.”
Ciertamente ya cumplió los treinta y cinco años que de conformidad con el artículo 82, fracción II de la Constitución general, se requieren para ser presidente de la República. Pero él, con su pre destape, está demostrando que todavía usa pañal y que requiere de alguien que esté cerca de él para cambiárselo regularmente. El gober todavía se “hace” en la cama y huele a orines; para que me entienda: aún está verde. Ya llegará su tiempo. Para seguir saliendo en los medios, lo aconsejable es que inaugure la planta de Tesla; no importa que no se haya comenzado a construir.
Póngase en paz joven gobernador; madure y no se deje acelerar. AMLO lo chamaqueó. Él es un auténtico dinosaurio. Alguien que sí sabe de política se lo comió vivo. Dedíquese a ver que los responsables de la obra, den fin al acueducto que llevará agua a la sedienta capital de su Estado. Ya se prestó a inaugurarla, a pesar de que aún no está terminada; no se preste a otra maniobra sucia.
Le recuerdo que Miguel Miramón vivió muy aprisa; cuando andaba por los 26 años, mediante un cuartelazo, en 1857, pretendió ser presidente de la República; no lo fue; quien constitucionalmente ocupaba el cargo era don Benito Juárez. Ese mismo usurpador, antes de cumplir los 36 años ya estaba viendo crecer las plantas de abajo para arriba. Lo fusilaron los soldados republicanos en el Cerro de las Campanas de Querétaro, junto con su jefe Maximiliano. En el caso resultó cierta la predicción del poeta anónimo respecto del supuesto emperador:
Viniste Maximiliano;
Te irás Maximilí;
porque lo que trajiste de ano,
lo vas a dejar aquí.

