Algunos ven preocupado a AMLO; otros lo notan ausente, perdido. No le faltan razones para estarlo. Tiene problemas para dar y prestar; propios y ajenos. Lo de las chinches en las aulas universitarias, aunque preocupante, dada la autonomía de que goza la UNAM, no es un problema de su incumbencia. No las ha mencionado en Las mañaneras.
La presencia de esos bichos en el campus universitario, a lo que más pudiera dar lugar es a que nos alejemos, una rayita, del sistema de salud de Dinamarca. En diciembre próximo, a pesar de las promesas, por ellas y por otras razones, no alcanzaremos al país nórdico.
Los problemas que AMLO tiene, en mucho se deben a que, si bien entregó el bastón a Claudia, se reservó para su uso exclusivo, el devised o control de mando. El bastón que ella recibió, como es de madera, únicamente le alcanza para hacer uno que otro nombramiento de aquellos que la apoyarán en su campaña; no recibió el poder de decisión en lo importante. Todo indica que él está decidiendo, cuando menos hasta ahora, lo relativo a los candidatos a gobernadores. Llegado el momento veremos que él tendrá voz y voto en lo relativo a los candidatos de Morena al Congreso de la Unión. Cómo que no, si Morena es de su propiedad.
Después de haber criticado a Fox por intervenir en el proceso electoral de 2006, no hay razón, justificada o no, que explique el hecho de que AMLO no deje de interferir en el proceso electoral que, de hecho, ya esté en curso. A pesar de ser mayor de edad, fue necesario que el INE, implícitamente lo reprendiera y explícitamente se lo prohibiera.
Existen problemas graves en lo interno y externo que deben estar quitando el sueño a AMLO. El hecho de que en los Estados Unidos de América algunos congresistas insistan en una intervención militar es y sería una mala noticia estando en curso un proceso electoral. Xóchitl, en ese supuesto, podría asumir una posición nacionalista, frente a una actitud indefinida o tibia de Claudia.
En ese mismo rubro, la militarización de la frontera con México para disminuir el flujo de inmigrantes ilegales o dificultar la entrada de drogas, podría dar al traste con la política bilateral de colaboración que hasta este momento se ha dado.
El actuar de los morenistas respecto a las encuestadoras, denota: que no confían en que su candidata alcance el triunfo o que ella, llegado el momento, no logre una cuota de poder que ponga a AMLO a salvo de eventuales responsabilidades.
AMLO a algo le teme. Tal vez contempla la posibilidad de que, en breve tiempo, cuando él ya no esté en el poder, haya un Fiscal General de la República que no sea a modo. Un Senado en el que Morena no cuente con las dos terceras partes de sus miembros seria un peligro muy serio. En todo lo anterior, no está de por medio el destino de la 4T, hay algo más particular, raya en lo personal: su seguridad y libertad
Los pre destapes de los gobernadores han sido erráticos, eso se observa aún en los estados que tiene asegurados. AMLO pudiera estar perdiendo su sentido de lo político. Esto no es seguro. También pudiera de tratarse de un juego perverso para destruir a quienes no considera leales o seguros.
Hay otros pendientes: la niña de sus ojos: las fuerzas armadas, han sido cuestionadas. Sus grandes proyectos no funcionaron y, al parecer, no funcionarán. No pudo someter a la Corte. El hecho de que, según las encuestas, su candidata si va a ganar, pero no de manera contundente y de que existe la posibilidad de que el Congreso de la Unión quede fuera del control de Claudia, lo debe de tener preocupado.
El que se reduzca el presupuesto al Poder Judicial pudiera terminar en radicalizar el enfrentamiento que existe entre él y AMLO. Finalmente, Claudia, sin contar con el poder que actualmente tiene el presidente de la República, va a heredar, y tratar de manejar, sus relaciones con los jueces y asumir un conflicto que no inició, pero que sí contribuyó a que se agravara. Este tema se llevará ante los tribunales y se resolverá en perjuicio de la 4T.
Todo apunta a que si bien Morena ganará una mayoría absoluta en las Cámaras que integran el Congreso de la Unión, no existe la seguridad de que vaya a poder por sí y con la complicidad de sus partidos satélites, modificar la aprobar los nombramientos que se vayan dando y que requieren de la intervención del Senado o de la Cámara de Diputados.
La candidatura de Rocío Nahale para Veracruz pudiera caerse por ser contraria al artículo 116 constitucional. La pueden cuestionar tanto los morenos preteridos, como los candidatos y partidos de oposición. El que el Tribunal Electoral le niegue su candidatura, obligaría a AMLO, sobre la marcha, a procurarse un nuevo candidato. Quien resulte como sustituto no dejara de tener rencor por haber sido ignorado en su momento. En este supuesto, su agradecimiento a AMLO no será íntegro.
En cuando a las candidaturas para Chiapas se ha notado indecisión y la solución que finalmente se dé terminará por lastimar a quienes dentro de Morena se sintieron con méritos para ocupar el cargo. Pudiera ser una posición negociada para el Verde. Al parecer no se avisó a los morenos de la existencia de un posible pacto.
Los gobernadores de Michoacán y Guerrero, más están para crear problemas que para resolverlos. La de Guerrero ha demostrado su incompetencia; quien mal gobierna es su padre, el senador Félix Salgado Macedonio.
La simple posibilidad de que Dante Delgado se lance como candidato por Movimiento Ciudadano es algo que debe estar preocupando a AMLO. Tenía la seguridad de controlar a Samuel García, pero no la tiene respecto de Dante. Éste pudiera vender caro su amor, de que se sume a los ataques a Claudia o, lo más grave, de que se una a Xóchitl para hacerle la vida de cuadritos a su delfina.
Es casi seguro que las obras insignias del sexenio no estarán terminadas durante el proceso electoral y que Claudia no tenga nada positivo que ofrecer.
Las chinches son un problema grave; la frase: deja de estar enchinchando, para demandar que dejen de molestar, lo prueba. AMLO tiene demasiadas cosas de que preocuparse y que no lo dejan dormir, que lo están enchinchando.