Graham Allison en su libro Destinados a la guerra: ¿puede EUA y China escapar de la trampa de Tucídides? argumenta básicamente que es muy probable una nueva guerra mundial derivada del crecimiento de China y la competencia por el liderazgo mundial. El libro retoma lo escrito por Tucídides y plantea que el riesgo de una guerra entre ambos países es alto pero también evitable; retomando al historiador ateniense: “fue el ascenso de Atenas y el temor que eso inculcó en Esparta lo que hizo que la guerra fuera inevitable”. Esta premisa nos puede ayudar a entender el escenario actual.

El conflicto no es nuevo, ya desde las Guerras Médicas, las cruzadas y la caída de Constantinopla, por mencionar algunas, han representado este enfrentamiento entre Oriente y Occidente. La guerra entre Israel y Hamás no se puede abstraer de un reacomodo global en el que Rusia lucha por mantener su papel de superpotencia en la guerra en Ucrania; mientras que Francia reacomoda su presencia en África, con lo que probablemente China tenga mayor acceso a los recursos del continente, y otros movimientos que se están dando a nivel mundial. Además, Hamás (que no es la Autoridad Nacional Palestina) no hubiera hecho un ataque así, sino se observara esta vulnerabilidad de Occidente.

El tema de fondo es un realineamiento de fuerzas entre las occidentales como Estados Unidos y Europa, frente a las emergentes como China y Rusia. Pero a diferencia de lo que señala Graham, es posible que esto no sea una guerra frontal, sino parte de una serie de conflictos en zonas específicas.

Este proceso generará un gran desgaste en todos los participantes: China tiene que lidiar con su situación económica que se está volviendo frágil, con el yuan en su nivel más bajo y la quiebra de Evergrande, el gigante inmobiliario; Rusia con los costos de Ucrania y sin tomar Kiev después de año y medio de conflicto (como lo escribimos en este espacio); y Estados Unidos que no sólo enfrenta una crisis de liderazgo, sino que entrará en la mayor paradoja de su historia.

¿De verdad va a tratar de salvar a Israel cuando sus ciudades como Nueva York, San Francisco o Seattle se están perdiendo por los zombis de fentanilo, la migración descontrolada y los saqueos en tiendas? ¿No le vendría bien un poquito de visión social e implementar programas como los que se han hecho en la Ciudad México y crear condiciones de desarrollo? Y todo esto sin organismos institucionales que tengan la potencia para poder enfrentar estos retos. Naciones Unidas se ha convertido en un elefante caro, fifí e inútil, donde los asistentes a la asamblea hablan al vacío mientras se excitan de oír su propia voz.

El reacomodo es innegable, el conflicto es evitable, sin embargo, la pregunta es: ¿quién tendría el liderazgo, la solvencia moral, y talento político para hacerlo?, no se ven muchos Metternich o Kissinger por ahí. Y sobre todo ¿a quién le interesará, a Putin y a Xi?, es claro que no. Por lo que queda una de las tareas diplomáticas más grandes de la humanidad. Lo que sucede en Israel no es un tema que atañe únicamente al pueblo del libro, puede significar un golpe al orden mundial y a los valores occidentales, por lo que sería un grave error minimizarlo.@LuisH_Fernandez