Oficialmente las campañas darán inicio hasta la tercera semana de noviembre, sin embargo tanto dentro de Morena y sus aliados como en el Frente Amplio por México existe una efervescencia y luchas internas por obtener las candidaturas  en disputa. El próximo año será un año que cambiará el mapa político ya que habrá elección de titular del Poder Ejecutivo, pero también se renovarán  las cámaras de Diputados y Senadores. Además se elegirán ocho gubernaturas del país y la jefatura de la Ciudad de México. Habrá,  más de 2,000 cargos de elección popular en disputa.

Las pre-campañas no han iniciado aún, sin embargo los y las aspirantes a contender por un cargo de elección, realizan actos de proselitismo sin admitir que están en franca campaña violando la Ley electoral, y eufemísticamente le llaman actos de coordinación de sus partidos o grupos que representan.

Las precampañas debían de iniciar el 4 de noviembre por acuerdo del INE, sin embargo la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó al INE dictar un nuevo acuerdo respecto de las fechas de inicio y fin de las precampañas para la elección de la Presidencia de la República, toda vez que el INE había adelantado las fechas de inicio para el 4 de noviembre y su fin el 3 de enero lo cual contraviene la Ley electoral (COFIPE) que señala que deberán dar inicio la tercera semana de noviembre es decir del 20 al 26 de noviembre  y no podrán durar más de 60 días.  Las campañas oficiales deberán  ser del 1 de marzo al 29 de mayo.   El día de las elecciones será el domingo 2 de junio en donde se instalarán más de 150,000 casillas en todo el país.

Ahora es momento de organizar los equipos con los mejores talentos probados, de elaborar un programa de gobierno, de buscar los mejores aliados y de trazar un plan de campaña; acciones que no pareciera que se estén realizando en el grupo opositor, tal pareciera que en el Frente Amplio por México, una vez designada a su candidata propuesta, la han abandonado a su suerte, la Senadora Xóchitl Gálvez está llena de entusiasmo y compromiso, pero con eso no alcanza, se requiere de un grupo bien estructurado y confiable, un equipo de ganadores que tengan experiencia en campañas y en proyección de imagen. Xóchitl requiere ser arropada, acompañada, apoyada y protegida.

Una vez que se inicie el periodo de precampañas internas, aunque  los  partidos se encuentran en el proceso de designación de sus candidatos a los diferentes cargos, hemos comenzado a testimoniar el inicio, sólo el inicio, de lo que será el proceso electoral. Una degradación de la política, una verdadera guerra de lodo. Resulta muy desafortunado que esta despreciable práctica prevalezca en nuestros procesos electorales y se privilegien las acciones de descalificación y denostación del adversario, que se sustituya la competencia limpia con tretas de albañal. Que los argumentos se suplan por injurias. La verdadera y auténtica lucha democrática debe privilegiar el debate y las campañas electorales tienen que basarse en principios, valores, convicciones y propuestas.

La ciudadanía está hastiada, cansada, harta pues, de que la política se convierta en la ocasión para arrojar agravios al adversario,  y no como debiera ser, de exposición de propuestas, de oportunidad de cambios, de esperanza de mejoría. Lo delicado y muy preocupante es que por hartazgo y temor a la violencia, la ciudadanía se abstenga mayoritariamente de acudir a las urnas. Los actores políticos y, lo que resulta sumamente grave, el propio Gobierno federal, algunos estatales y el de la Cd. De México que están interviniendo en las elecciones, se han enfrascado y han metido a la sociedad en una dinámica deplorable de barbarie política.

Otra arista son las campañas mediáticas e informáticas y los spots de los partidos, que han iniciado y habrán de crecer, a través de los cuales todos buscan descalificar al adversario y llenan de oprobio las campañas. Y por lo que hace a las encuestas la mayoría no refleja la verdadera intención del voto, máxime que aún faltan siete meses para la jornada electoral, y como reza el refrán “las encuestas son de quien las paga”, más bien quienes las ordenan buscan disuadir al electorado de su intención de ir a votar al hacerle creer que ya todo está decidido con anticipación.

Y respecto de las autoridades electorales, nada puede esperarse, a la vista de su creciente pérdida de legitimidad y lo que resulta más condenable es que los árbitros electorales estatales continúen como apéndices serviles de los gobernadores y no parece que puedan detener o erradicar el cinismo y desparpajo con que se utilizan los recursos fiscales para torcer el sentido del voto.

Estamos a tiempo de evitar la utilización de los recursos fiscales del Gobierno Federal, de la Ciudad de México y de los Estados con propósitos electoreros. Los mexicanos tenemos claro que todos los partidos, lo han hecho en el pasado y lo están haciendo ahora, intentar un recuento sería interminable.

La sociedad deberá estar pendiente de que ninguna fuerza política utilice el gasto público, los recursos a su disposición o los programas de desarrollo social federal y de gobiernos estatales en su conjunto para apoyar las aspiraciones de sus candidatos. Los tiempos han cambiado, la gente no se deja engañar y cada vez se politiza más y se vuelve más participativa.

Por ello, reiteramos, como lo hicimos en ocasión de pasadas elecciones, que la sociedad civil organizada debe luchar por la dignificación de la política, entendida ésta como la acción superior del hombre para beneficiar a su comunidad y mejorar sus condiciones y calidad de vida.