En la división de poderes prevista en nuestra Constitución y cuyo funcionamiento implica la existencia de contrapesos a fin de evitar el dominio o supremacía de algunos de ellos, en nuestro caso del ejecutivo, tanto en el siglo XIX como en el XX, que tan funesto resulto para la Nación; se otorga al legislativo un papel relevante.

Así, cuando los lectores de Siempre tengan a la vista este número se habrá aprobado la Ley de ingresos y el Presupuesto de egresos de la Federación, que la actual legislatura corresponde aprobar para el próximo año, tal como lo prevé el numeral 74 IV de nuestra Carta Magna, se desahogaran temas vitales para el porvenir inmediato del País.

En nuestra opinión, el paquete fiscal es el tema de mayor calado que los legisladores debatirán, discutirán y en su momento votaran y aprobarán por la  mayoría que tiene Morena, sin cambiar ni una coma, legisladores que sólo cumplen las órdenes del ejecutivo. A muchos nos preocupa que la mayoría, que ha logrado el actual gobierno en el poder, con la suma de votos de otras minorías pertenecientes a formaciones políticas afines y francamente mercenarias, se sigan imponiendo numéricamente.  Estaremos repitiendo una película que ya vimos, la bancada mayoritaria pierde el debate pero numéricamente se impone en la votación.

Es por estas y otras razones que hemos perdido la esperanza respecto de que el actual legislativo pudiera estar a la altura del reto histórico, de que los parlamentarios, parlamenten; que debatan, que discutan, que argumenten y que se oigan, pero que también se escuchen. Todos queremos un México en paz, más justo y democrático, y no la imitación de dictadura que ensaya el actual presidente.

En el último año de gobierno del actual sexenio, prevalecen y ahora aumentados, los problemas que teníamos al iniciar este gobierno, en muchos sectores se ha deteriorado la producción de bienes y servicios, como en el sector salud que ya prácticamente dejó de atender en el segundo y tercer nivel, por el desabasto de medicamentos y de insumos para la atención de lo enfermos.

Por lo que hace a la seguridad, al margen y en contra del texto constitucional en las últimas décadas se ha  distorsionado las funciones constitucionales del Ejército mexicano,  una Institución republicana que hay que cuidar y preservar, se le ha encomendado las  tareas de seguridad pública, que la propia constitución encomienda a corporaciones civiles y más aún prohíbe tajantemente a las fuerzas armadas realizar tareas ajenas a las de la disciplina militar.

Reiteradamente se ha expresado que se entiende perfectamente que ante la inoperancia y corrupción de las policías de los tres ámbitos de gobierno fue necesario el apoyo e intervención del ejército, solo que hasta la SCJN, se pronunció que fuese temporal  y solamente en coadyuvancia.  Pero la temporalidad, es ya de décadas.

Los resultados no han sido satisfactorios: miles de muertos, centenares de desaparecidos, desplazados, violaciones de derechos humanos y un largo etcétera;  pero el tráfico de estupefacientes y de personas,  el trasiego de armas, el secuestro, la extorsión, la sustracción  y robo de combustibles, persisten o se han incrementado. En materia de seguridad pública el gobierno debe presentar ajustes en táctica y estrategia, sin abandonar los lineamientos prioritarios de prevención, inteligencia y coordinación entre los tres ámbitos de gobierno.

Esa es la disyuntiva. Seguimos con la misma estrategia, dejando ahora con mayores responsabilidades al ejército que en gobiernos pasados estuvo al frente de  la persecución y abatimiento de la delincuencia organizada, y ahora además se encarga de realizar obras públicas, de las aduanas, de puertos y aeropuertos y de varias funciones que no le son propias.

Otro tema prioritario que será un reto histórico formidable es la Reforma del Campo. Para este gobierno  el Campo dejó de ser prioritario y cayó en el olvido total, se le retiraron todos los apoyos a los productores que en muchos casos se vieron imposibilitados de producir. Para el próximo gobierno que iniciará en octubre del año próximo, se tiene que recuperar el desarrollo del campo, se trata de elevar las condiciones de vida de los habitantes de las áreas rurales, de producir los alimentos suficientes para atender las necesidades de nuestra población, de organizar a todos los productores, de generar empleo, de allegar crédito, fertilizantes, semillas, plaguicidas, en fin, todos los insumos para elevar la productividad. La fortaleza y solidez del sector primario, le otorgara vigor a nuestra economía. Los mexicanos unidos podemos lograr vencer los retos y cristalizar las esperanzas.

Cuando testimoniamos las atrocidades que aprueba el Congreso por instrucciones de su amo el inquilino del palacio, entendemos la urgente necesidad de hacer una exhaustiva campaña para crear conciencia entre los ciudadanos de que es muy importante que en el Congreso no exista una mayoría de los diputados y senadores de un mismo partido o coalición; para un verdadero ejercicio parlamentario se requiere de la pluralidad para que existan diversas expresiones de opiniones e ideas, para debatir y llegar a consensos en beneficio de los ciudadanos. Por ello es muy importante que en las próximas elecciones del 2024, reflexionemos bien nuestro voto y que luchemos por el equilibrio de los poderes para evitar los abusos que en este sexenio ha cometido la clase gobernante.