La desesperación y urgente necesidad crecen entre los habitantes de Acapulco, tras el huracán Otis. En los gobiernos anteriores para una respuesta inmediata a desastres naturales se había creado el FONDEN, pero el actual gobierno lo desapareció junto con otros 109 fideicomisos.

Para hacer frente a las emergencias y desastres naturales, el gobierno Federal creo en 1999  el Fondo de Desastres Naturales, hasta que en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el 2021 ordenó su fin. El FONDEN durante varios años operó como un instrumento financiero, dentro del Sistema Nacional de Protección Civil, del que salían los recursos para enfrentar emergencias ya que no se podían presupuestar porque son imprevisibles como consecuencia de los efectos de la naturaleza.

Dicho Fondo operaba como un mecanismo presupuestario  para apoyar de manera oportuna y eficaz  a los damnificados y a la rehabilitación de la infraestructura federal y estatal por desastres naturales.

Sin embargo, el 21 de octubre de 2021 el Congreso de la Unión  aprobó, la iniciativa enviada por el presidente, de la desaparición de 109 fideicomisos, entre ellos el FONDEN. Según reveló el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas,  el gobierno actual recibió más de 135 mil millones de pesos del  Fondo de Salud para el Bienestar, el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y de los fideicomisos desaparecidos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

El FONDEN se integraba con  recursos cuyo ejercicio era  inmediato y fundamental para la población que se encuentra vulnerable frente a desastres naturales como sismos, huracanes,  sequías, inundaciones, erupciones volcánicas y explosiones, entre otros. Con la desaparición de este Fideicomiso se pone en riesgo la vida de las personas, así como el desarrollo de las comunidades, al tener que pasar por un proceso burocrático para la asignación de recursos para tales fines.

Ante las críticas de algunos medios y de los políticos de oposición, el presidente  respondió  en su mañanera,  que se tienen suficientes recursos para hacer frente a la reconstrucción de vías de comunicación, sitios turísticos e infraestructura en el puerto de Acapulco. Por su parte el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Juan Pablo de Botton, declaró  que no hay límites para atender la emergencia en Acapulco, por el paso del huracán Otis; hay disponibles 14,278 millones de pesos del desaparecido Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales. Explicó que después de la extinción de este, se reubicó el recurso como un programa  del Ramo 23.

En el 2018 el FONDEN contaba con 41 mil millones de pesos,  para el 2023 según el PEF se asignó al ramo 23 de la Secretaría de Hacienda 13mil 702 millones de pesos, cantidad insuficiente para atender el desastre en Acapulco causado por el huracán.

Hasta ahora la emergencia provocada tras impacto de Otis, que entró como huracán de categoría 5 el pasado miércoles 25 de octubre no ha sido atendida con la celeridad que se requiere y que en ocasiones de desastres naturales anteriores se atendió de inmediato, lo que produce frustración y desesperación entre los habitantes de la ciudad de Acapulco, y sus poblaciones aledañas, tras la devastación del  huracán Otis, debido a la falta de alimentos, agua y servicios básicos e insalubridad.

Es muy lamentable que los políticos de MORENA utilicen la desgracia de la población de Guerrero para hacer proselitismo al enviar a los “siervos de la Nación” que no son otra cosa que agentes de Morena para supuestamente levantar un censo de los ciudadanos que requieren ayuda de alimentos, agua y que sufrieron daños en sus viviendas. La oportunidad política se debe dejar para otras actividades y en otros lugares, y no condicionar la ayuda a los damnificados y lucrar políticamente con el dolor y desesperación de la población que perdió todo.

Las quejas de los ciudadanos que intentaron llevar ayuda a la población de Acapulco al ser detenidos en los retenes del ejército en la autopista, siguiendo las instrucciones de su “Comandante Supremo”   de que toda la ayuda sería entregada exclusivamente por el Ejército y no se permitiría a la Sociedad Civil de participar. Esa es otra acción encaminada a hacer creer a la población que todos los víveres y agua que se reparten los entregan en nombre del Gobierno Federal, siendo que son aportaciones de la población civil.

Hoy como nunca en la desgracia se desnudan los políticos mezquinos y rapaces del gobierno federal, estatal y municipal, que no han sabido llevar ayuda ni contener tan siquiera el orden público en aquel otrora paraíso vacacional de México.