Morena, el partido en el poder, ha vuelto a mostrar su desprecio por la autonomía de los poderes en México al atacar al Poder Judicial. La decisión de extinguir 13 fideicomisos debería haberse tomado con un análisis objetivo y claro, permitiendo a los legisladores tomar decisiones informadas. Además, la falta de un parlamento abierto demostró la indiferencia de Morena hacia los derechos de miles de trabajadores afectados por estas modificaciones.

El partido en el poder le robó a los trabajadores del Poder Judicial con la finalidad de llenar el “cochinito de Claudia Sheinbaum”. El robo, lamentablemente, parece ser una estrategia recurrente en su búsqueda de consolidar el poder. Este actuar no es nuevo; en 2020, Morena eliminó 109 fideicomisos que desempeñaban roles cruciales en el desarrollo científico, tecnológico, cultural y en la reconstrucción posterior a desastres naturales, cuyos fondos también fueron saqueados.

Hoy, Guerrero es un ejemplo palpable de las consecuencias nefastas que pueden derivarse de las decisiones impulsivas de un solo individuo.

El intento de Morena de aparentar generosidad hacia los acapulqueños, ofreciendo un único día de salario, resulta hipócrita y deshonesto. ¿Cómo esperan que la población les agradezca cuando se han robado miles de millones de pesos del FONDEN?

La realidad es innegable: el saqueo del FONDEN ha dejado a Guerrero en una situación desesperada, sin posibilidades de recibir la ayuda gubernamental que tanto necesita, todo gracias a las acciones despiadadas de Morena.

La aprobación de un paquete económico motivado por ambiciones políticas y una falta evidente de empatía es un golpe adicional a la confianza ciudadana. En lugar de priorizar el bienestar de los mexicanos, Morena privilegia sus intereses políticos, ignorando las necesidades de la población.

Morena no ha demostrado merecer la confianza del pueblo mexicano al comportarse como un gobierno inhumano, saqueando fondos destinados a situaciones de emergencia y dejando a miles en una situación vulnerable. Y hay que decirlo: la alcaldesa de Acapulco y la gobernadora de Guerrero son cómplices de esta irresponsabilidad.

En medio de la crisis, mientras Acapulco enfrenta la carencia de servicios básicos como agua, comida, electricidad, y comunicaciones, Morena persiste en su arrogancia. La realidad es que los más afectados son los pobres, aquellos a quienes Morena prometió defender.

La demanda es clara: Morena debe cesar el saqueo de los recursos de los mexicanos, restituir el fideicomiso del FONDEN y permitir a todos los mexicanos, sin que el gobierno estorbe, ayudar ante esta crisis.