En el mundo de la literatura, hay autores que buscan experimentar y, con eso, crear nuevas obras que reten a los lectores a una nueva experiencia. Es el caso de la novela Gadsby escrita en 1939 por Ernest Vincent Wright y que tiene la particularidad de no tener en sus párrafos ninguna letra E, que es la vocal más usada en el idioma inglés.

La obra se promocionó como una novela de 50 mil palabras sin la letra E, algo que se consideró un logró, aunque no fue un éxito de ventas.

Este tipo de escritos se conoce como novela lipogramática, es decir, un texto en el que se omite sistemáticamente una o varias letras del alfabeto, un esfuerzo que se remonta al siglo VI A.C., momento en que Laso de Hermione escribió Oda a los centauros y su Himno a Démeter sin utilizar la letra sigma.

Más recientemente, Perec con su novela negra La disparation logró en 300 páginas evitar escribir alguna palabra con la letra E, la más usada en el idioma francés.

Ruben Dario también ensayó este tipo de escritura en su relato Amar hasta fracasar, pero en este caso con la letra A.

Como vemos, la experimentación en la escritura es algo que puede llevarnos por nuevos rumbos y es un reto para los autores, además de algo que puede refrescar la actividad de lectores que buscan algo novedoso o poco común en los libros, por lo que le dan la oportunidad a este tipo de trabajos.