Entre los controvertidos actos del régimen y de sus allegados, la renuncia de Arturo Zaldívar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha generado un debate que no se puede pasar por alto.

En el Partido Acción Nacional (PAN) votamos en contra de la renuncia del señor Zaldívar, no porque aboguemos por su permanencia, sino debido a su cuestionable renuncia que nada tiene que ver con causas graves. Que se vaya de matraquero de Claudia Sheinbaum, deja al descubierto su verdadero rostro: es un aliado del régimen morenista.

La imparcialidad e independencia son pilares fundamentales de la justicia, pero parecen desvanecerse cuando se trata del ministro saliente. Su fanatismo es tan falso como su independencia. Su partida destapa una realidad incómoda: el TikTokero se va, pero su traición a la ley se quedará registrada en la historia.

La decisión de acompañar a la responsable de tragedias como la de la Línea 2 y el Colegio Rébsamen, sin duda, levanta cuestionamientos éticos. Incluso Taylor Swift, estaría avergonzada de la conducta de Zaldívar. Pero es claro que la señora Sheinbaum se lo lleva porque necesita que el Tiktokero levante su aburrida campaña.

La pregunta inevitable surge: ¿cómo será recordado Arturo Zaldívar? Su legado, lamentablemente, se vislumbra como el de un ministro sumiso, sin independencia, sin imparcialidad, sin neutralidad, sin autonomía. Un personaje que, lejos de ser el defensor imparcial de la justicia, se arrodilló ante el régimen.

El señor Zaldívar será recordado por sus votos denigrantes. Por aprobar las consultas “patito” de este gobierno. El ministro que se va era un oficialista con toga. Cómo olvidar cuando en el Senado, mañosamente quisieron ampliar su mandato. Hoy sabemos que era por su servilismo a este gobierno.

La realidad es que la renuncia de Zaldívar, es un regalo al gobierno de Morena para que designen a su sucesor. Recordando las palabras del Diputado José Santos Alonzo en 1931, resuenan muy acorde a la actualidad: “Se acepta su renuncia no por lo que él dice, sino porque demuestra poca seriedad y porque es indigno de ocupar el alto sitial que actualmente tiene en la Suprema Corte”.

Zaldívar se fue pero no por la puerta principal. Su destino parece ser el basurero de la historia. La Suprema Corte de Justicia de este país merece más que ministros que se despiden entre sombras; merece figuras que brillen con la luz de la verdadera justicia y la integridad.

Y por cierto, te adelanto mi voto: votaré en contra de cualquier terna de Lopez Obrador con la que pretenda secuestrar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una ministra empleada del gobierno le hace daño a México.