De manera contundente afirmo que Claudia Sheinbaum no es fascista y rechazo firmemente cualquier insinuación en este sentido. Representa una posición y un movimiento, el de regeneración nacional, con el cual simpatizamos y apoyamos millones de mexicanas y mexicanos.

También afirmo que la Revista Siempre es uno de los pilares de la libertad de expresión en México. La prueba es la publicación de estas líneas. La polémica en torno a la portada de la semana pasada y al editorial que lo acompañó ponen a prueba ambas afirmaciones.

La Revista Siempre es un espacio abierto y plural. En donde una opinión es eso, una opinión, así sea de su directora. Bien la reacción de múltiples voces, simpatizantes y críticas a Claudia Sheinbaum, que alertaron sobre los riesgos de rebasar la línea de la libertad de expresión. Bien por la Revista que cambió la portada, donde una flor blanca de la paz sustituyó a la suástica nazi.

Habrá oportunidad en éste y otros espacios de poner sobre la mesa distintos puntos de vista, debatir con libertad y con respeto con la señora directora y con cualquier colaborador de la revista.

Las palabras tienen peso e historia. Hay que usarlas con responsabilidad. La historia de México es prolija en golpes de Estado y revueltas militares. El último, el asalto al poder de Victoriano Huerta, con las consecuencias que todos conocemos. Las posiciones fascistas afortunadamente siempre han sido marginales en nuestro país.

El frenesí de la política, el calor de la polémica y la indeseable polarización, llevan a extremos. Ni Andrés Manuel López Obrador es un dictador, ni la oposición es golpista, pero debe reconocerse que existe una disputa real por el destino de la nación.

Andrés Manuel López Obrador está en el poder por decisión mayoritaria de la sociedad. Su estilo personal de gobernar, como acertadamente definió Daniel Cosío Villegas, puede criticarse o apoyarse. Ese es nuestro derecho. Tiene exactamente las mismas facultades y recursos de sus antecesores. Ni una atribución más, pero tampoco ni una menos. Lo más importante, en nueve meses dejará la Presidencia de la República de manera democrática. No hay intento de perpetuarse en el poder.

La oposición ha ejercido la crítica dentro de los parámetros que permite la política y la ley. Lo cual debe celebrarse.  Desde mi punto de vista han sobrado descalificaciones, faltado propuestas y autocrítica. En cinco años la oposición no ha realizado el mínimo ejercicio de reflexión respecto a su derrota del 2018.

Claudia Sheinbaum y Xóchilt Gálvez son dos mujeres profesionistas y políticas experimentadas. Representan distintos proyectos de país. Disputan el poder de manera democrática y legal. El hecho de que una mujer sea presidenta de la República representa un punto de inflexión. Manda un poderoso mensaje para hacer política de forma diferente.

Xóchilt Gálvez tiene mi respeto como persona y mi crítica como representante de los partidos y grupos políticos que saquearon al país. Claudia Sheinbaum busca continuar con un proyecto que consolide un estado liberal con sensibilidad y compromiso social. Tiene mi apoyo, pero no mi incondicionalidad.

Reitero que la Revista Siempre es un espacio plural, con capacidad de rectificar y uno de los pilares de la libertad de expresión. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?

@onelortiz